Facetas


Micrófonos fuera de control

JOYCE CANTILLO ALTAHONA

26 de julio de 2009 12:01 AM

“Hola mami, cómo te gusta de lado o de frente”, “un saludo para el propio Pelu, allá en Olaya”, “alista tu picó esta noche pa`que festejemos la fiesta de la Virgen del Carmen”, “de qué color tienes puesto el interior”. Estos y más comentarios de doble sentido, un tanto soeces y a veces incitantes, se escuchan a diario en algunas emisoras FM de Cartagena, donde la radio ha ido perdiendo calidad, pero ganando una audiencia –que tal vez–, desconoce el verdadero papel de este medio de comunicación: educar, entretener e informar. Es por ello que la radio – siempre- ha sido decisiva en la construcción de la sociedad. E igualmente se ha constituido en un agente clave para la generación de opinión pública. Pero de un tiempo para acá ese rol se ha venido desvirtuando en las emisoras comerciales, donde prima la chabacanería y la ramplonería, que están muy lejos del propósito de entretener con un ambiente festivo. El comunicador social y periodista, investigador y docente en el Programa de Comunicación Social de la Universidad de Cartagena, Ricardo Chica, afirma que “los comunicadores de la radio proponen una oferta de identidad a su audiencia, basada en nuestra forma de ser festiva, y a partir de ahí, ellos (los locutores) organizan su mensaje con cierta intención de seducir e interpelar. “Tratan de llamar la atención de la audiencia de una manera efectiva y a través de los códigos populares. Pero lo que pasa es que exageran y la oferta de mensajes se hace truculenta, agresiva y desconsiderada. Y eso, hasta cierto punto, vende porque hay público para todo y se forma público para la chabacanería. “Entonces la radio gana, pero la sociedad pierde. Reitero nuevamente nuestra forma de ser es festiva, franca y directa, en especial en los sectores populares de la sociedad, pero, cuando esta manifestación pasa por la intención de los medios, cuyo propósito es el rating en la audiencia, se tiende a deformar, a exagerar”. LA RADIO EN DECANDENCIA Ciudadanos del común, esos que todos los días buscan en la radio entretenimiento e información, consideran que la radio cartagenera pasa por su peor momento. Es el caso de Rafael Enrique Guzmán, un cartagenero asiduo a la radio, quien se queja porque “la obscenidad y vulgaridad han sido adoptadas por algunos periodistas radiales y locutores”. “La radio cartagenera, en general, atraviesa por un periodo decadente, pues un grueso número de sus oficiantes desconocen los principios fundamentales del medio y adolecen de cultura y ética. “Por el contrario acuden a tan deleznables maneras de hacer radio. Considero que no sólo la carencia de vigilancia del Ministerio de Comunicaciones tiene que ver con este problema, también la impudicia de directores de algunas cadenas radiales que se hacen los de la vista gorda y no ejercen ningún control de calidad (no censura) sobre lo que producen sus periodistas y locutores”. Lo mismo asegura Benjamín García, otro radioescucha cartagenero, quien critica al Ministerio de Comunicaciones por la falta de control sobre la radio cartagenera. “Estos son uno locutores que no aportan nada bueno a los oyentes, me sorprende escuchar cómo se expresan a pesar de que son emisoras que las escuchan en toda la ciudad. Esos locutores deben repetir los cursos de locución, y recordar que en las emisoras, deben expresarse con educación y no utilizar términos que dañen la formación de niños y jóvenes que los escuchan”. HABLAN LOS LOCUTORES Luis Alberto Funes, director de la emisora radial Olímpica Stereo, es tajante y dice que su vocabulario no es vulgar sino popular y que por el contrario es similar al que utilizan los oyentes que acostumbran escuchar dicha cadena radial. “Hablamos popularmente para poder llegar al pueblo, que es el que nos escucha. De cierta manera hacemos lo que hacen en los picós. Ahora si un oyente champetúo te llama tu le hablas igual, pero si llama un man con tronco de seriedad tu le hablas igual”, afirma Funes, quien tiene entre sus obligaciones como director de Olímpica Stereo hacer la programación de los diferentes programas. Funes escuda su posición basado en la teoría de que a la gente se le da lo que le gusta y en que además la empresa les exige resultados, es decir mayor sintonía. “Hace dos años y medio el EGM (Estudio General de Medios) no medía al estrato 1 y 2, pero ahora el ECAR (otro estudio de medios) sí los mide, lo que reflejó que en estos estratos hay mayor sintonía, por eso nosotros estamos enfocados en atraer esta audiencia y mantenerla, y la mejor manera es identificándonos como ellos”, dice Luis Alberto Funes, quien a su vez reconoce que de ninguna manera educa a través de la emisora radial para la que trabaja, pero que por el contrario ayuda a mucha gente, pues les entregan mercados a través del programa “Temprano es más bacano”. Por su parte el locutor Julio César “El emperador” también de Olímpica Stereo, considera que sí educa a través de su profesión como comunicador pues “siempre trato de aconsejar a los jóvenes, motivarlos a que estudien y que cuando vayan a algún baile se diviertan sanamente”. En cuanto al lenguaje que utilizan para dirigirse a sus oyen-tes, “el emperador” afirma que nunca ha utilizado un vocabulario vulgar sino popular, y que lo hacen con el fin de atraer a los jóvenes, para adquirir mayor sintonía. La posición de Rossana González, locutora de Olímpica Stereo, es totalmente opuesta a la de sus compañeros de cabina. Ella comparte el hecho de que efectivamente en una emisora comercial se deben obtener resultados, que en este caso se derivan de la sintonía, pero que eso no es objeto para justificar el comportamiento de algunos colegas. “No entiendo, por ejemplo, cómo en un noticiero que se supone es serio, tengan que burlarse de las noticias. Yo creo que todo lo que uno dice tiene un efecto y más en la radio que es un medio masivo y que uno no sabe quién lo está escuchando”, puntualiza González. SE ABRE EL DEBATE Alex Varelo, director de la emisora Rumba Stereo de RCN, opina que es totalmente falso que para llegar a un público de-terminado se tenga que hablar en términos “champetudos” o populares. “No hay necesidad de eso, dicha posición es totalmente falsa. Nuestra herramienta es hablarles normal a los oyentes y eso de una u otra forma obliga a que los oyentes se dirijan a noso-tros de la misma manera, sin vulgaridades. No usamos protocolos para decirles las cosas, somos claros pero sin llegar a ofender ni ser groseros con nuestros oyentes”. Igual que Olímpica, Rumba Stereo también está dirigida a los estratos 1 y 2 de Cartagena. De otro lado, Eduardo Castellanos, director de la emisora La Mega, dice que el lenguaje de algunos locutores se debe a que “manejan los mismos códigos para identificarse con sus oyentes y desde ese punto es válido lo de la sintonía. Aunque no nos digamos mentiras, ninguna de las cadenas radiales educa, su interés es vender y generar audiencias”. Por su parte, Martha Amor, directora de la primera emisora cultural de Cartagena: la U de C Radio (Universidad de Cartagena) afirma que el argumento utilizado por algunos locutores evidencia la carencia de gusto, responsabilidad social, compromiso y creatividad. “Es falso que ser vulgar les genera mayor sintonía, el estudio de medios situó en los primeros lugares a emisoras cuyos locutores no son vulgares. Les pregunto a estos locutores si ellos han hecho una medición que les indique si los que los escuchan lo hacen por su vocabulario soez o quizás por la programación musical”. Para Amor, la obtención de más sintonía no es pretexto para pasar por encima de los valores y principios. Por el contrario, esto indica que hay escasez de ética y profesionalismo. “Quiero aclarar que distingo lo vulgar de lo popular, y que el lenguaje puede ser utilizado como estrategia de acercamiento a nichos específicos, pero eso es otro tema. “Y con respecto a educar, es una lástima que algunos no puedan dimensionar el poder que les da un micrófono abierto en un medio de comunicación, donde tienen el poder de transformar positivamente una sociedad, de hacer ciudad, y de generar opinión, participación, equidad, cultura. Son muchas y más importantes las cosas que puedes hacer que ir tras una sintonía barata. “Pero aún así, el objetivo de educar no se ha perdido de la radio, por allí está, dando batallas y teniendo sus conquistas”, concluye Martha Amor. EL CAMPEÓN DE LA AM Campo Elías Terán Dix es sin duda el rey de la sintonía en la frecuencia AM, con su Noticiero Popular en la cadena radial RCN. Terán Dix posee una singular manera de informar a los cartageneros sobre las noticias que se generan. Se caracteriza por utilizar modismos y dichos propios del argot cartagenero. “El mandarinosqui”, como es conocido, defiende su manera de comunicar las noticias y dice que siempre trata de darle un toque de humor a las informaciones, porque de esta manera se distensiona el ambiente tenso que se produce con algunos hechos trágicos. “Las noticias, aunque muy crueles, tratamos de meterles humor para que no sean tan burdas y eso ha generado aceptación; en ningún momento le resta credibilidad, porque cuando hay que ponerle seriedad se le pone. Es un humor lejos de la ramplonería. Además, tengo mucho cuidado con mi vocabula-rio porque tengo audiencia infantil”, dice Campo Elías. A su vez el locutor asegura que sí enseña a sus oyentes pues los instruye de cómo usar el español correctamente. “En el Noticiero Popular orientamos a la gente sobre las enfermedades comunes y el trato que deben darles, los orientamos en la parte política y tenemos campañas de cultura ciudadana”. Terán Dix niega rotundamente que las empresas radiales o gerentes les exijan –de manera rigurosa- mayor sintonía. Lo cierto de todo esto es que la radio cartagenera, esa que tuvo su época de oro y de la que salieron locutores que gozaban del reconocimiento y prestigio por su labor y su voz, sólo queda en el recuerdo. Porque al parecer ahora a los directivos y locutores radiales no se preocupan por manejar una buena fluidez verbal, excelente vocabulario, sino que simplemente se ciñen en lograr mayor sintonía a costa de lo que sea. El debate esta abierto y lo que queda es que los mismo cartageneros opten por ejercer el control que debería asumir el Ministerio de Comunicaciones, el gran ausente en este tema. Lo que dice el Decreto 2805 de 2008 de Mincomunicaciones Capítulo II Clasificación del Servicio de Radiodifusión sonora Radiodifusión sonora comercial. Cuando la programación del servicio está destinada a la satisfacción de los hábitos y gus-tos del oyente y el servicio se presta con ánimo de lucro, sin ex-cluir el propósito educativo, recreativo, cultural, científico e informativo que orienta el Servicio de Radiodifusión Sonora en general.

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