Facetas


Retrato de un terrorista

GUSTAVO TATIS GUERRA

13 de diciembre de 2009 12:01 AM

He leído con interés los testimonios de Omar Bin Laden, el hijo del terrorista Osama Bin Laden, y su primera esposa Najwa, recogidos en el libro Bajo la sombra del terror, con la sabia y fluida narración de la escritora estadounidense Jean Sasson. Este libro de 367 páginas que ha sido traducido al español y publicado por el grupo editorial Norma, me reconfirma la certidumbre de que toda la esencia de la violencia humana en el mundo, se gesta como semilla monstruosa en las diversas formas de intolerancia: social, racial, religiosa, sexual, política. “Nadie se hace terrorista de la noche a la mañana”, dice Jean Sasson. “Es un verdadero campo de cultivo que se dispone para la siembra”. La escritora americana Sasson vivió 12 años en el Medio Oriente y conoce las particularidades de esa cultura y sus conflictos. A lo largo de tres décadas ha viajado allá para profundizar sus investigaciones. Tuvo el contacto con la familia de Bin Laden y se propuso escribir el primer libro que retrata la vida familiar de Osama, el hijo único de Allia y Mohammed, nacido en Riad el 15 de febrero de 1957, desde la perspectiva de su hijo Omar y Najwa, recordándonos siempre que detrás de ese ser violento hay millares de seres afectados y no sólo las víctimas innumerables de todos los atentados de Al-Qaeda que él ha liderado sino también en su propia familia. Siempre se resistió a creer Allia Ghanem (Latakia, Siria, 1943), la madre de Osama, que su hijo fuera capaz de liderar una monstruosidad como la ocurrió aquel 11 de septiembre de 2001. También su hijo Omar, el cuarto de sus hijos, descreía de eso, pero cuando su padre admitió su responsabilidad, al hijo no le quedó otra alternativa que decidirse por un camino distinto al de ordenar la muerte de civiles inocentes. Reconoció Omar que desde que su padre emprendió la primera batalla contra los soviéticos en Afganistán, no ha hecho sino matar seres humanos. “A veces me pregunto si por haber matado tanto, el acto de matar ya no le produce placer ni dolor”. No ha vuelto a ver a su padre desde aquel año pesadillesco. Recuerda a su tío entrando intempestivamente a la casa gritando: ¡Mira lo que ha hecho mi hermano! ¡Mira lo que ha hecho mi hermano! ¡Ha arruinado nuestras vidas! ¡Nos ha destruido! Y mientras veían las imágenes terribles y espantosas de aquella mañana, se acercaba a sus sobrinos para decirles: ¡Ven a ver lo que ha hecho tu padre! Toda la familia de Bin Laden estaba sobrecogida ante aquellas imágenes y el silencio los fue cercando hasta que el mundo se cerró para ellos. Todos estaban en silencio y rehuían a referirse a ese hecho, cada uno perdido en sus propios pensamientos. La familia empezó a huir y a refugiarse ante la amenaza inminente. Omar no volvió a ver a sus hermanos. “No soy absoluto como mi padre”, confiesa Omar. “Mientras que él ruega por la guerra, yo ruego por la paz. Ahora vamos por caminos separados, cada uno pensando que tiene la razón”. En uno de sus recuerdos de infancia, lo recuerda resolviendo sin papel en mano complicadas operaciones matemáticas desafiando a las computadoras. Los muchachos de la vecindad iban a casa a hacerles preguntas para comprobar su prodigiosa capacidad matemática. Los recuerdos son también infelices: un padre autoritario encubierto en una serenidad pasmosa con la que resuelve los asuntos más terribles, pequeños y mayúsculos, como castigar con una vara a los tres hermanos mayores de Omar porque el niño ha hecho carantoñas en el cuarto del padre y ha entrado sin avisar haciendo payasadas. Los sorprendidos hijos no sabían por qué eran castigados y el padre les dijo que por la desobediencia de su hermano menor. Y los puso en fila y les fue dando a cada uno con la vara. Su primera esposa Najwa Ghanem se casó a sus 15 años en 1974, con su primo Osama Bin Laden, a quien recuerda desde niño como un ser silencioso, misterioso, serio y apasionado desde joven a los automóviles nuevos con grandes motores, recorrer el desierto y emprender largas caminatas, y se sabía de memoria innumerables pasajes del Corán. Además de su fascinación y facilidad por las matemáticas y el inglés, era un estudioso de la naturaleza. Su padre Mohammed Bin Laden, era un musulmán devoto que exigía a sus hijos honrar su fe, murió en 1967 en un accidente de aviación. Tuvo muchas esposas y una enorme prole: veintidós hijos y veintitrés hijas. Osama fue el décimo octavo hijo y su hijo único con Allia, quien a su vez se casó con Muhammad al- Attas, con quien tuvo cuatro hijos. Osama vivió con su padrastro y hermanos en Mushraf en donde creció y atrajo a su novia, la prima mayor que sería su esposa. Najwa cuenta en su testimonio que su primo tenía 10 años cuando su padre murió al estrellarse en una avioneta: “Amaba y respetaba profundamente a su padre. Osama siempre había sido muy reservado en sus modales y en su manera de hablar, pero fue tan fuerte el golpe de la muerte de su padre que su comportamiento se hizo más retraído”. Todo parecía normal en aquel marido silencioso que antes de sus veintidós años estudiaba en la Universidad Rey Abdulaziz y su preocupación era el estudio de la economía y la religión. Poco a poco descubrió que los asuntos del mundo exterior y el poco respeto al Islam lo alteraban y mortificaban. Todo se radicalizó cuando en diciembre de 1979 la Unión Soviética invadió Afganistán. Se consagró a comprar alimentos, suministros médicos y armas con las donaciones que había recibido. Tras llegar a Pakistán organizó camiones y conductores para entregar las provisiones a los combatientes. El marido con una frialdad matemática resolvía los asuntos de su hogar, más concentrado en la guerra que en los asuntos domésticos y empezó el camino demencial de las huidas y los escondites clandestinos. La reconstrucción de Afganistán eran su objetivo. Su pasión delirante por el yihad o guerra santa se estaban formando luego de una aparente calma política. Su profesor, el palestino Abdullah Azzam, escritor y activista, su mentor, le dijo que consagrara su vida a un objetivo distinto al de aumentar la fortuna de la familia Bin Laden. El profesor participa en la resistencia palestina y el joven Osama abandonó sus estudios universitarios para responder al ataque soviético en Afganistán y se convierte en el financiador de la resistencia. Es el germen de lo que en agosto de 1988 funda: Al Qaeda, que traduce Base militar. Es considerado ya un héroe en la prensa árabe. En 1990 el gobierno saudí permite a Estados Unidos formar una coalición de muchos países para combatir a Saddam Husseim. Estados Unidos envía tropas a Arabia Saudita. Osama considera la intromisión de las tropas militares un desaire en la tierra santa islámica. El 29 de diciembre de 1992 ocurre un ataque terrorista en el hotel de Adén, Yemen, en donde se hospedan tropas estadounidenses. Dos turistas austríacos mueren. Curioso pero ese mismo día los americanos habían abandonado el hotel rumbo a una misión humanitaria en Somalia. Se considera que fue el primer ataque organizado por Osama Bin Laden. De allí en adelante hasta el 11 de septiembre de 2001 en que mueren 3 mil personas luego de que 19 integrantes de Al Qaeda secuestran cuatro aviones estadounidenses de pasajeros y los estrellan: dos contra el World Trade Center, uno contra el Pentágono en Washington y otro desviado por sus propios pasajeros que se resisten cae en un campo de Pennsylvania. Las amenazas siguieron después y Osama condenó en un video que a través de los medios se burlaran a través de caricaturas del profeta Mahoma. Hizo advertencias a los europeos y en una nueva aparición en la que urge a los musulmanes lanzar una yihad contra Israel. La amenaza contra Estados Unidos y sus aliados siguió en un nuevo mensaje de 2009. Osama, hombre fundamentalista, convencido de su guerra, escondido como un topo debajo de la tierra, no tiene paz ni siquiera para comer sus calabacines rellenos, lo que más le gusta. Es como un fantasma que amenaza a su propia familia.

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