Si San Pedro Claver viviera en los tiempos actuales, de seguro que trabajaría con el mismo ahínco que lo hizo por los esclavos, por las comunidades afrodescendientes y el desplazamiento que han sufrido en los últimos tiempos.
A esa conclusión llega el sacerdote Álvaro Gutiérrez Toro, superior de la comunidad jesuita en Cartagena de Indias, con sede en el claustro San Pedro Claver, y director del Centro Cultural Afrocaribe.
La reflexión surge en momentos en que esa comunidad religiosa, la misma a la que pertenece el Papa Francisco, se apresta a celebrar la fiesta de San Pedro Claver, el santo que se autodenominó el esclavo de los esclavos, y que tantas enseñanzas de vida le dejó a la humanidad, esa misma que hoy parece haberse acostumbrado a otras clases de esclavitudes no menos ofensivas que la compra y venta de seres humanos.
El sacerdote Gutiérrez Toro dice que esa reflexión hoy se la hace esa comunidad y la respuesta termina siendo la misma.
“Nosotros decimos que las comunidades afrodescendientes donde están, están bien y que no debería haber ninguna excusa, ni siquiera la del desarrollo, para sacarlos de su hábitat, sobre todo porque siempre se toma por excusa un desarrollo mal entendido, que es lo que está pasando, por ejemplo, en Bocachica.
“Estamos seguros que San Pedro Claver trabajaría hoy por rescatar el respeto tanto por la persona humana como por la cultura de las comunidades negras, porque esta no se da en el aire, sino en un lugar específico, que es de donde se están desplazando a los afrodescendientes.
“Hoy, a los negros, los quitamos de aquí y los llevamos a otras tierras donde la pluriculturalidad que pregona Colombia no se da. Durante esos desplazamientos no se tiene en cuenta lo felices que son esas comunidades en esos entornos y en eso hay que ser serios.
“También sé, en lo personal, que Pedro Claver hoy hubiera tenido dificultades para expresar su pensamiento”,
“Si hay afros, también puede haber ‘amosdescendientes’”
Dice el sacerdote Gutiérrez Toro que a pesar que la esclavitud fue abolida, en ciudades como Cartagena esta se sigue dando aunque de otra forma.
“En Cartagena para encontrar la paz hay que lavarle el cerebro a muchas personas, sobre todo a esas que se resisten a acoger la diversidad cultural.
“Aquí se requiere una terapia intensiva para superar muchos siglos donde se consideraba a los negros como seres inferiores”.
CIUDAD RACISTA
También dice que Cartagena es una ciudad racista, aunque cree que hoy existe un poco más de respeto por las comunidades afrodescendientes.
“Por la historia de la esclavitud quedaron muchos vestigios. Se necesita de mucho coraje y determinación para tratar esos temas abiertamente. En otras partes del país hay racismo, pero en Cartagena se evidencia más porque aquí hay población negra.
Dice que es tal la influencia de la población afrodescendiente en Cartagena que a veces no encuentra mucha diferencia entre la comunidad del Congo, África, donde estuvo como misionero 30 años, y comunidades negras de esta ciudad.
“Hay tantas actitudes y ciertas maneras de ser de personas de origen africano con las de Cartagena que no queda más que afirmar que ambos tuvieron un ancestro común. Ellos perciben las cosas de una manera distinta a los demás seres humanos, y eso hay que respetarlo, aunque con ello no se pueda afirmar que son mejores o peores, Simplemente son lo que son.
“A mí me gustó mucho el lema de una campaña que existió en Cartagena que decía ‘Negro tenía que sé…;’ y me gusta porque es reconocerle a los negros su forma distinta de ser, la que forma parte de la pluriculturalidad de la que ya hemos hablado. Hay que respetar que ellos simplemente tienen una manera de ser distinta. Por eso vale la pena preguntarse: ¿qué hago yo para hacer una sociedad más humana? Pedro Claver optó por hacer el bien a los negros, y usted, ¿qué está haciendo?”.
PANDILLAS
Dice que posiblemente otro segmento de la población por el que trabajaría Pedro Claver es lo que se denominan pandillas, que ahora los sociólogos califican como jóvenes en riesgo.
“Pandilla es una palabra peligrosa porque estigmatiza. Yo me prevengo con ellos, y ellos se disgustan más por el abandono. Y sin meterle religión a este problema hay que saber que esa es una realidad del ser humano, y a partir de ello podemos construir una mejor humanidad, respetándonos unos a otros. “Dialoguemos con ellos – los pandilleros – porque seguramente tienen mucho que decirnos”.
Finalmente, el padre Gutiérrez Toro invita a toda la comunidad a reflexionar sobre la vida y obra de San Pedro Claver, cuya fiesta, el 9 de septiembre, sirve de marco a la Semana por la Paz y derechos humanos.
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