Acabo de leer de una sola sentada la séptima novela breve, Benkos, héroe de La Matuna, del escritor Iván González (Cartagena, 1962), publicada en 2016 por Editorial Magisterio.
Estas 166 páginas nos devuelven el retrato conmovedor de Benkos Biohó, príncipe Malí, entrelazado en la epopeya de encontrar su libertad y regresar a África, mientras surge una historia de amor, heroísmo, tradición y muerte.
Entre todos los libros que aluden a Benkos, para el escritor fue básico “Cartagena de Indias en el siglo XVII”, de Adolfo Meisel y Haroldo Calvo Stevenson.
¿De qué imagen o referencia documental surgió la novela Benkos Biohó?
-Antes que nada quiero aclarar que Benkos no es historia, ni es una novela histórica. Es una novela de ficción, una novela de aventuras, basada en la leyenda de BenkosBiohó, que toma elementos de la tradición oral, de la antropología, de los cuentos callejeros. Es una novela basada en el mito libertario de San Basilio de Palenque y toda la población afro. Por lo tanto no pretende una precisión histórica que además, no puede existir. Son varias la imágenes que rondaban en mi cabeza, sobre este súper héroe negro, invencible. La primera es la de Toluamba, un personaje de una radio novela llamada Arandú, que escuché, durante toda mi infancia, sentado en la cocina de mi abuela Manuela, tomando tinto y comiendo cazabe. Se trataba de un negro enorme al que le llamaban el gigante de la piel de ébano. Luego fue la imagen de Pambelé, el héroe invencible de nuestra generación, que nos hacía levantar en la madrugada para verlo derrotar boxeadores en cualquier lugar del mundo. Y por último una imagen de un negro cimarrón que está pintada en el palacio de la Inquisición. Esas tres imágenes me ayudaron mucho con Benkos.
Hice todo un rastreo del que hicieron parte textos como: MaNgombe. Guerreros y Ganaderos en Palenque de Nina Friedemann, el primer estudio serio que se hace sobre el Palenque de San Basilio. En él se pretende, no solo un estudio histórico, sino también antropológico y cultural. A partir de vestigios históricos, de leyendas escritas y de la tradición oral, el texto intenta a un retrato y una biografía del legendario héroe.
También leí, Palenque, primer pueblo libre América: Historias de las sublevaciones de los esclavos de Cartagena de Roberto Arrazola. Un estudio acerca del siglo XVII, al cual el historiador cartagenero llama el siglo del terror en Cartagena de Indias.Cuando la población de la ciudad estaba poblada en una proporción de seis negros por cada blanco y los esclavos se fugaban y se rebelaban.
Palenques de negros en Cartagena de Indias a fines del siglo XVII, Sevilla: Escuela de Estudios Hispanoamericanos de, María del Carmen Borrego Plá y Luis Navarro García. Un estudio basado en dos documentos del archivo de Indias publicado en España sobre los palenques de negros en Cartagena de Indias en el siglo XVII.En él que se delimitan las áreas geográficas de los palenques.
Y otro que me pareció interesante:Historia, leyendas y tradiciones de Cartagena de Camilo Delgado, porque evidentemente, es un libro de ficción, que se basa en los cuentos que se cuentan del tal Benkos.
Es una recolección de tradición oral, que aparecieron publicadas por entregas, en el periódico El Porvenir de Cartagena. La que nos interesa salió con el título de “El rey del Arcabuco”, sobre el origen del famoso Palenque de negros rebeldes.
¿Qué conflictos surgieron entre la ficción y la verdad histórica?
-En principio creí estar escribiendo una novela histórica e inicié el rastreo, pero, a medida que avanzaba, iba comprendiendo que Benkos no era un personaje histórico, que era verdadero, pero no histórico. Era mítico y había existido en el deseo y la necesidad de que existiera. Benkos era el espíritu de la libertad de la población negra, esclavizada. Era un misterio, como la santísima trinidad, un solo Benkos, pero muchos Benkos, que desaparecían y reaparecían en sitios diferentes. Por eso, me tocó enfrentar muchas inconsistencias históricas.
¿Cómo deslindó leyenda popular con recreación literaria?
-Cuando me di cuenta, que no había un solo Benkos, que cada cual tenía su propio Benkos, surgido del mismo Benkos, ya no me preocupé más. Sentí que yo conocía la historia de mi Benkos y empecé a escribirla, como si alguien me la hubiera contado, como si muchos me la hubieran contado y comencé a moverme como pez en el agua por el África occidental, las islas Bigajo, la Cartagena del siglo XVII y el palenque de la Matuna. Fue realmente divertido.
¿Cómo fue la experiencia de hallar un ritmo narrativo y un tono y estructurarla?
-Eso es como algo mágico. Cuando escribo voy narrando en voz alta lo que escribo para escucharme, para ver si funciona como en el teatro. De esa manera encuentro el tono y el ritmo. Los diálogos me ayudan muchos. Creo que en el manejo de los diálogos está la clave de mi ritmo narrativo.
¿Cuánto tiempo transcurrió?
-La idea, la tuve en la cabeza durante mucho tiempo, la maduré mientras trabajé en la casa de la cultura de San Basilio de Palenque, luego la volví una obra de teatro, más tarde una novela gráfica, hasta que por fin “parió Pabla”, como tres años después. Escribiéndola duré unos tres meses.
¿En qué otros proyectos trabaja?
-Este año, después de Benkos, sale la tercera edición de “La Pelota Caliente” y un cuento para niños llamado “Un Trencito para Tere”, que trata el problema de la demencia senil. Para principios del próximo año: ¿Qué pasó con Martina?, que es la segunda de la saga de Martina. Trabajo todos los días con mi grupo de teatro Zambapalo, con el cual tenemos varios montajes, entre ellos “El Caballero de la Mancha”, basado en el Quijote y “Anna Park”, que cuenta la lucha de los negros en los EEUU. Estamos trabajando en la obra “La paz nunca llega tarde” una parodia sobre los procesos de paz en Colombia desde la amnistía a Guadalupe Salcedo hasta el proceso de La Habana.
Además trabajo en el departamento de investigaciones de UNIBAC y en el colegio Salesianos, mi colegio del alma, en procesos creativos y teatrales con adolescentes.
Epílogo
La historia del héroe africano que fundó el primer Palenque en Colombia, empieza a conmover a los lectores de Cartagena y Colombia, especialmente del barrio Torices, en donde “nací y aprendí a defenderme del mundo. Quiero convertirme en el escritor de los jóvenes colombianos y latinoamericanos. Quiero escribir para los jóvenes. Deseo que esta novela sea leída por jóvenes de todo el mundo, para que conozcan al héroe afro de Colombia. Que llegue a todas escuelas del país, y conmueva a mi barriada natal: Torices”.
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