Facetas


William Vargas, el otro desaparecido de Mompox

En casa esperan alguna noticia sobre aquel ‘niño gigante’ que un día salió a caminar. En el pequeño pueblo ribereño, poder encontrarlo se ha vuelto como hallar una aguja en un pajar.

CRISTIAN AGÁMEZ PÁJARO

20 de enero de 2019 12:00 AM

EL UNIVERSAL

20 de enero de 2019 12:00 AM

Es terrible: no hay noticias. Con esa realidad despierta Josefina Beatriz Cabrales Jiménez, quien intenta remendar heridas en un corazón hecho añicos, y seguir. Carga un costal de sentimientos encontrados, sobre su espalda hay un pesado bulto de misterios. Por momentos, un rosario de preguntas la abruma. En los últimos meses aumentó de p eso, son kilos de ansiedad. Ha sentido el desespero en carne viva. Pero si algo frena el desasosiego y la llena de fuerzas es aquel sentimiento que todos llevamos dentro: la esperanza. Está aferrada a ella. Es una madre esperanzada, ¿qué más poderoso que eso? Esa pesada carga se irá solo el día que su hijo William aparezca. Pero no ha habido quien pueda encontrar a aquel ‘niño grande’. Está perdido.

Caminante de Mompox

En Mompox no hay noticias. En las calles no dejan de preguntarse por William Eduardo Vargas Cabrales. Hay murmullos necios pero ningún comentario certero. En general todos saben lo mismo. El 25 de septiembre de 2018, el muchacho salió de casa, en el barrio La Esperanza, cercano al cementerio. No volvió. Él tiene más de 1,80 m de estatura, es bastante corpulento. Tiene 31 años pero su mente es la de un niño de solo 3 años.

Se quedó atrapado en pensamientos infantiles porque, a los 8 meses de nacido, William se cayó de la cuna. Tan fuerte golpe unió los hemisferios de su cerebro, eso le produjo una enfermedad llamada Síndrome de West. Sufrió parálisis, muchas convulsiones sacudieron su existencia, llegaba a tener hasta 50 al día. El neurocirujano Jaime Fandiño Franky, del Fire en Cartagena, logró en una operación, una callosotomía, frenar esas convulsiones, cuando él tenía cuatro años. Pudo aprender a caminar, a hablar, a valerse por sí solo físicamente, pero su mente siempre ha sido la de un bebé. No tiene noción del peligro, y aunque sabe hablar no entabla conversaciones. No sabría decir que está perdido, que su casa queda en tal sitio, que su mamá se llama de equis forma, que quiere regresar a su hogar. “Cuando estaba pequeño no lo dejábamos salir a la calle porque no sabía orientarse. A los 14 años comenzó a ir a caminar por Mompox, bajo la vigilancia de nosotros, para que comenzara a tener una vida más normal. Desde ahí, empezó a mejorar su comportamiento en el sentido de poder orientase, libremente caminaba por Mompox”, explica su hermano Carlos Vargas.

En ese pueblo ribereño nació, y con sus caminatas diarias por varios sectores, William se había convertido en uno de esos personajes queridos del pueblo. Muchas familias se acostumbraron a estar pendientes de él, de cuidarlo, de ofrecerle refrescos y mecedoras para reposarse. ‘Wicho’, así le llaman con cariño. “Salía a caminar siempre que mi mamá no estaba en casa. Producto de esa cercanía y ese apego que él sentía hacia ella, él salía a buscarla”, precisa Carlos. “Ese día -el 25 de septiembre- estuve hasta las 4:20 de la tarde en la casa, y salí a buscar los medicamentos de él. Como que al poco rato se fue detrás... no estaba en la casa cuando regresé. Como a la hora ya me preocupé. Llamé a los hermanos, comenzaron a buscarlo pero no lo hallaron en los lugares que frecuenta”, recuerda Josefina.

Doña Josefina es docente, ya está pensionada, pero siguió trabajando en un colegio al norte de Mompox para poder suplir los onerosos gastos que conlleva la enfermedad de William. Así que la búsqueda se centró en principio en los alrededores de esa escuela, a donde creyeron había ido a buscar a su mamá.

“Luego tomamos una carretera que conduce a Cicuco, en la misma zona. Esa noche cayó un aguacero terrible, eso dificultó la búsqueda, regresamos a Mompox, nuevamente salimos otro grupo de ocho o diez personas hacia el mismo sentido norte de la ciudad, a las 5 de la mañana volvimos y a las 7 de la mañana seguimos buscando, en un sector conocido como la Loma de Simón, donde dijeron que lo habían visto”, añade Carlos.

¿Está en La Isla?

Es un sector de invasión de Mompox, cercano al aeropuerto. Un video de William caminando hacia La Isla, filmado por una cámara de seguridad, es la última imagen que tienen de él. No se alcanza a ver en aquellas imágenes que haya entrado a La Isla pero “tres residentes nos confirmaron que lo habían visto”, comenta Carlos. Es una vasta zona con fincas, parcelas, plantaciones y un entramado de caminos no muy transitados. “Es una zona bastante agreste, no se puede recorrer sin la ayuda de alguien que conozca, porque uno se puede perder, si uno no conoce el lugar se pierde. Llegamos allá porque nos habían comentado que lo habían visto ahí. La última persona que lo vio fue como a las 8 de la noche del 25 de septiembre. Del resto no se ha sabido más”, denuncia Carlos.

Por seis días, amigos, vecinos, familiares, parte del Cuerpo de Bomberos y de la Defensa Civil de Mompox, centraron la búsqueda en La Isla, sin resultados. “Incluso gente de ahí, de La Isla, se ponía brava porque uno iba a buscar, aunque otros sí ayudaban con la búsqueda. Algunas señoras nos dicen que él entró y que no lo vieron salir, pero realmente no sabemos qué pasó. Algunas personas de La Isla se molestaban, nos amenazaban con machete, porque nosotros íbamos allá reiteradamente a buscarlo. Después, nos dedicamos a buscarlo por otros municipios cercanos a Mompox”, relata.

***

Tan querido es William en Mompox que esa incertidumbre por su ausencia llevó a los momposinos a realizar una ‘velatón’ y a marchar para que las autoridades atiendan el caso. El 23 de diciembre de 2018 hubo una caminata, pedían el regreso de William y también el de Karen Dayana Lambraño Mulett, la niña que ese día cumplió cuatro años desaparecida y cuyo caso las autoridades no han resuelto. Su suerte es un misterio.

“El mismo día -el 25 de septiembre- denunciamos, pero no fue algo formal, la Sijín no hizo actos concretos de investigación porque, según ellos, no tenían ‘sistema’ para recibir la denuncia. Como a los tres días de estar en esto, a nosotros nos tocó ir a poner la denuncia en la Fiscalía. Fue el primero de octubre porque también se metió sábado y domingo. Se perdieron cinco días cruciales para la búsqueda, porque las autoridades no se presentaron en los lugares donde lo habían visto”, dice Carlos.

“En Mompox no hay unidad de víctimas de desaparecidos, tuvieron que remitir el caso a Cartagena para que se asignara un fiscal y en ese tiempo se demoraron 10 días. Por presión de nosotros es que comenzaron a darse las primeras diligencias de investigación. Ya como el 16 de octubre vino el Gaula, Ejército, y Policía, comenzaron una pequeña búsqueda por ese sector”, sostiene. Sin embargo, La Isla es tan amplia y agreste que ha sido imposible recorrerla toda, a eso se le suma la renuencia de algunos de sus habitantes que, sin explicación, se han tornado amenazantes.

Una camisilla verde manzana, con una bermuda deportiva azul, llevaba el día que desapareció. William anda a pie descalzo buena parte del tiempo porque a menudo pierde sus chanclas y nunca se ha acostumbrado a usar zapatos. “Wicho es un pelado muy dócil, no se mete con nadie, inocente, como un niño, si alguien le hizo daño habrá cometido un daño muy grande (...) Vivo muy alterada, con la misma angustia, desde que me levanto hasta que me acuesto es buscando ayudas, me prometen una y otra cosa, que en realidad no sé ni a qué atenerme, las autoridades han sido muy indolentes. El fiscal no me da respuestas”, exclama Josefina.

“Han podido enviar perros para la búsqueda, no se ha hecho, drones, grupos élites, pero tampoco se ha hecho. El Gaula, las veces que vino, venía y lo hacía por un día y se iba. Necesitamos poder tener tranquilidad en el sentido de saber qué pasó con él. Como nosotros les decimos a todos, bueno, que si está muerto sepamos que está muerto, recuperar su cadáver, sepultarlo y que mi mamá esté tranquila, y si está vivo, no bajar los brazos y seguir hasta encontrarlo”, concluye Carlos.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS