Los sueños cambian al igual que las personas. Sin embargo, alcanzarlos es la ruta que llevó a Alexandra a “la mayor pasión” de su vida en estos momentos: escuchar a los otros y ayudarlos a mejorar su vida en todos los niveles.
Uno de sus primeros sueños fue estar en televisión, pero a cuatro años de haberlo cumplido en el famoso canal E! Entertainment, nos cuenta que hace un par de años empezó a sentir que le faltaba algo y entonces decidió estudiar programación neurolingüística.
Como una cosa lleva a la otra, pronto estaba capacitándose como coach, creando su propia empresa en el tema con una amiga y dictando talleres empresariales y personales en los que abordó una nueva inquietud: convertirse en Health Coach, especialidad que aborda la salud integralmente: salud física, emocional, mental y espiritual.
“Mis clientes empezaron a preguntarme si tenía la parte de nutrición y eso, sumado a inquietudes que me fueron surgiendo, como: ‘¿si me alimento bien, por qué me está doliendo el estómago?’, me llevaron a investigar en libros e Internet. Entonces decidí estudiar y encontré al INN (Institute for Integrative Nutriton) en Nueva York, una escuela muy bonita porque relaciona las emociones con nuestros hábitos alimenticios”.
ALIMENTACIÓN QUE AMA
- ¿Cuál es la relación entre comida y emociones?
Debemos preguntarnos por qué nos dan tantas ganas de comer azúcar a toda hora, y qué tiene que ver con mi parte emocional. ¿Será algo que está pasando con mi trabajo, con mi familia, con mi relación de pareja? Porque la comida es más que comida. Por ejemplo, no es posible asesorar en nutrición a un paisa y quitarle la arepa, porque ese sabor lo conecta con su infancia, su tierra y su familia. Es decir, con el amor.
- ¿Crees entonces que no saber por qué comemos lo que comemos influye en la epidemia de obesidad actual?
En realidad no se trata solo de que quemes más calorías de las que ingieres. Nos hemos desconectado tanto como humanos, que preferimos comernos una hamburguesa solos y mirando el celular, que irnos a comer con un amigo.
Cuando ves el celular mientras comes, tu cerebro no sabe si estás leyendo o comiendo; este siente saciedad a los 20 minutos, pero como no sabes ni que te comiste, sigues con hambre. Aparte de eso, comiste algo que no tiene los componentes suficientes para nutrirte. Entonces acumulas grasa, te vuelves adicto a alimentos dañinos y después te quejas: ‘Ay, estoy enfermo, eso debe ser la genética’.
- ¿Cómo saber si estamos desconectados?
Analizando todas las áreas de la vida. ¿Qué está pasando en la relación de pareja o con otras personas? Por otro lado, el trabajo también es muy importante porque allá estamos más tiempo que en la casa, y si no estoy feliz con él, tengo que castigarme por algún lado. El lunes es el día de la semana que más infartos ocurren, pero si te la pasas diciendo que odias los lunes porque comienza de nuevo tu rutina laboral, entonces tu cuerpo hará todo lo posible por liberarte de esa tortura.
Por otro lado, hay estudios realizados en ciertos lugares donde las personas ni siquiera comen tan saludable pero viven muchos años. ¿La razón? Se sienten felices. A pesar de tener dietas diferentes, todos coincidieron en que comparten en familia. Ahí está la clave: en el amor, así suene cliché, pero es lo básico y parece que se nos hubiera olvidado.
- Dices que el azúcar hace daño. Y también que si compartimos en familia una comida poco saludable, esta no es tan dañina. ¿Cómo equilibramos los dos conceptos?
¡Ojo! Sí hace daño, pero generalmente cuando comes en familia cocinas en casa y controlas los ingredientes. El amor es importante, pero también lo es que nos cuidemos en familia.
- ¿Cómo es el proceso en el que guías a tus clientes?
Una persona necesita primero estabilidad emocional, así que empezamos hablando de su vida, de cómo está, qué le falta. Aprendí que existen unos alimentos primarios que son emocionales y muy importantes, porque a veces las personas llegan diciéndome: ‘Necesito bajar 5 kilos porque me veo gorda’; piensan que lo principal es verse como ‘tal’ persona, pero en la sesión descubren un montón de cosas. Por ejemplo, que están estancados profesionalmente y comen en exceso para tapar ese hueco emocional. Identificado el asunto, ahí sí hablamos de comida.
- Y tú como coach y figura pública, ¿encontraste el equilibrio frente a la aprobación de los demás?
¡Ojalá! Pero también sufro un poco por lo que los demás opinan. Todos tenemos un auténtico ser, pero sentimos miedo de mostrarlo. Sin embargo, con el tiempo me he dado cuenta de que cuando alguien me hace un comentario hiriente, lo que le molesta a esa persona de mí realmente se lo está diciendo a ella. Por eso estoy aprendiendo a no tomarlo tan personal.
- En ese orden de ideas, ¿qué es lo que más te afecta?
Que a veces creen que no soy más que una presentadora. Hay gente que cuando me reconoce en mi trabajo de coach se frena como preguntándose: ‘¿Pero si es presentadora, cómo me va a poder escuchar? Y realmente hay un ser humano que se ha preparado perfectamente para escuchar y acompañar a las personas.
- De lo que has aprendido, ¿qué consejos les puedes dar a los lectores?
Escuchar al cuerpo es muy importante, al igual que tener cuidado con lo que leemos en las redes sociales; tal vez algo que le sirve a una supermodelo no me sirve a mí. Asesórense de un experto que los ayude a conocer su cuerpo. Por último: si eligen comer lo natural, siempre irán a la fija.
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