Su gran valor calórico se debe a las altas concentraciones de hidratos de carbono que contiene. Pero este no es un gran impedimento para gozar de las muchas propiedades que hacen de esta fruta un remedio natural que previene múltiples enfermedades.
Aunque sus nutrientes pueden variar según el tipo y la clase de mango, la mejor manera de aprovecharlos es comiéndolo al natural, sin importar de qué variedad se trate. De esta manera, le aseguraremos a nuestro cuerpo una importante cantidad de hierro, proteínas, calcio, fibra y varias de las vitaminas del complejo B, entre otras.
Es antioxidante y anticancerígeno, pues se trata de un fruto rico en flavonoides y en ácidos como el málico y el mirístico, ideales para luchar contra los radicales libres.
Y tiene propiedades digestivas gracias a su alto contenido en fibra y magnesio, lo cual resulta muy útil en el caso de personas con sobrepeso y diabetes, pues el mango es una de las frutas que más llenan, a la vez que es dulce y jugosa.
MÁS BENEFICIOS
Pura juventud
El mango es un increíble rejuvenecedor de la piel y el pelo, a la vez que fortalece las mucosas, los huesos y el sistema inmunológico.
Sin congestión
Lave, pele y parta por la mitad un mango. Luego saque toda la pulpa y licúelo junto con un vaso de agua y un chorrito de limón. Cuele y tome al menos dos vasos por día.
Más hierro
Si el problema es poco hierro en la sangre, o como mejor se le conoce, anemia, este remedio casero es muy provechoso. Vierta en la licuadora la pulpa de 1 mango dulce junto a 1 taza de leche descremada, 1 pizca de extracto de vainilla y hielo. Tome un vaso cada tercer día.
No más piel seca
Nuevamente el secreto está en la pulpa del mango. Macérela hasta formar una pasta o también puede licuarla sin agua. Pásela a una taza y agregue ½ cucharadita de azúcar. Revuelva y estará lista para servir como mascarilla durante 15 minutos. Enjuague con agua tibia.
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