Hace 22 años Alex de la Iglesia decidió convertirse en director de cine. Y un par de años más tarde rodaba con el apoyo económico de Pedro Almodóvar su primera película. Acción mutante era un filme absolutamente delirante, subversivo, que desde ya ponía de manifiesto su capacidad oscura para reírse de la angustia y desgracia humanas, con la brillantez propia de quien es considerado uno de los directores de culto más importantes.
Antes de aventurarse a los 35 milímetros, Alex se graduó como filósofo y consumió -con la misma avidez que después filmaría- los libros de demonología que resguardaba la biblioteca de Loyola (País Vasco). Pero sin duda, esa irónica carga que supondría para alguien como él ser ‘de la iglesia’, determinó en algo la manía de sus guiones de contrastar la representación que el bien y el mal trazan constantemente en cada uno de nosotros.
De la extensa lista de rasgos humanos que suele recrear, la ambición es el más presente en su filmografía y perder la razón a su cuenta es uno de los errores recurrentes de sus protagonistas, quienes -con la complicidad de calles oscuras y vacías-, se enfrentan al temor y el vértigo con cierto patetismo cómico. ¿La razón de este frenético cúmulo de representaciones? El director no se considera apto para hacer películas de “buenos sentimientos” y entonces decide encarar con libertad el ejercicio creativo.
Además, Alex de la Iglesia considera tener la suficiente madurez y edad para decir abiertamente que los seres humanos no somos buenas personas. “Nadie va a tomar nota de esto y me va a juzgar luego, porque no somos buenas personas, ninguno de nosotros. Todos disfrutamos con cosas que no deberíamos disfrutar y eso está en la esencia de nuestra manera de ver el mundo”.
Las brujas y la bestia
Y es precisamente por ambición que José (Hugo Silva) y Antonio (Mario Casas) -personajes principales de su nueva película, Las brujas de Zugarramurdi- roben un botín compuesto por 25 mil anillos de boda, responsables de volcarles una maldición encima y de poner en marcha esta desaforada historia que mezcla la tradición hechicera de ese municipio español, y la particular óptica de un grupo de hombres sobre su relación con las mujeres.
“¿Qué es lo que te da miedo? –se pregunta el cineasta-. Lo que no tienes y deseas. Te da miedo perderlo, porque precisamente es algo que no dominas y sientes que en algún momento te posee. Todo eso genera tensión, angustia y miedo. Y la verdad es que no me siento muy orgulloso de mi comportamiento respecto a nada en general, así que es muy divertido reírme de eso en las películas. Y en esta lo hago sobre el terror que me producen las mujeres”, dice el genial director.
Y aunque varios críticos ya hicieron sus apuestas sobre lo parecido que resulta el ritmo de Las brujas de Zugarramurdi y el de El día de la bestia, Alejandro –como en realidad se llama- considera que el primero es un producto totalmente distinto, pues como siempre, intentó separarse de lo rodado con anterioridad.
“Es curioso. La gente dice que todas mis películas tienen puntos en común, pero siempre intento desesperadamente separarme de lo que he hecho. Lo que pasa sencillamente es que las últimas están mejor hechas. Porque en Acción mutante, por ejemplo, no había una intención de conversar… se trataba de unas ganas locas de hacer cine. Ahora eso no ocurre. En el caso de Las brujas no puedo tener la ignorancia ni la inocencia de los 25 años. Y aunque en este momento de mi vida me ha apetecido recuperar la libertad narrativa del principio, no creo que pueda parecerse a lo anterior, porque estoy contando cómo veo el mundo con 47 años”.
EL MAESTRO HABLA
Alex de la Iglesia dictará varias charlas en Cali (del 25 al 27 de este mes, en la Cinemateca La Tertulia), en Medellín (del 29 al 31 en Cinema Colombo Americano) y en Bogotá (del 2 al 4 de noviembre en el Teatro Santa Fe). Allí hablará de dirección, producción y de los recursos contemporáneos que están a favor del cine actual.
“Creo que el único camino para seguir trabajando es llegar a acuerdos y compartir intereses; ahora más que nunca España necesita trabajar en Latinoamérica. Hay mucha gente que ha establecido contacto y está haciendo coproducciones, y Colombia reúne unas condiciones de rodaje excelentes. ¡Me encantaría trabajar aquí!”.
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