¡Qué levante la mano quien nunca haya sufrido los resultados de un alboroto de hormonas! Esas sustancias químicas que, como mensajeras, activan cada uno de los mecanismos de nuestro cuerpo para que hagan bien su respectiva tarea. Pero que cuando se alteran, logran hacernos la vida “a cuadritos”.
En la adolescencia originan unos tremendos cambios de humor, y es ahí cuando los padres de los chicos intentan comprender a esos “extraterrestres” que definitivamente “no se hallan”. ¿Y qué tal en el embarazo? ¡Una sensibilidad extrema que nos hace llorar por los motivos más simples! Lo mismo en la menopausia, con sus sofocos, irritabilidad, pérdida de calcio, resequedad…
La lista es larga. Si se nos baja el cortisol, el estrés hace de las suyas. Si se desequilibra la serotonina, muchas lágrimas y tristeza. Si disminuye la tiroxina, se nos acaban las pilas y el peso se comporta como un yo-yo (entre otras muchas otras consecuencias). Y así podríamos seguir hablando de adrenalina, insulina, testosterona, endorfinas, etc., etc.
Ah, y se nos olvidaba: ciertos medicamentos también pueden alterar la producción y los niveles de las hormonas.
Viendo este panorama, le transmitimos al doctor XXXX, endocrinólogo, todas las dudas sobre cómo nos afectan las “hormonas alborotadas”, qué hacer al respecto y si es posible prevenir su desorden.
Otro tema: papá y mamá ya estarán pensando en qué juguetes regalarles a sus hijos (¡la avalancha de comerciales se aproxima!), y los más juiciosos se preguntarán si realmente DEBERÍAN dárselos.
Aquí, una guía práctica, asesorada por un experto, quien nos contó qué juguete le va a cada edad y cuál es su aporte en el desarrollo del niño. Así evitamos que nuestros hijos terminen jugando con el empaque del regalo navideño…
Sabemos que disfrutarán esta edición. Feliz fin de semana.
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