MARÍA CLEMENCIA O LA ELEGANCIA SERENA
Mirar a la primera dama de Colombia es una lección de serenidad. La misma que transmite, bien con sus gestos sobrios y precisos, y con sus estilismos sin estridencias. Siempre justa. Siempre con el detalle de brillo que exige un evento en el Teatro Colón: pantalón con brillo y blusa de seda. ¿Un poco de riesgo? ¡Sí, y se le agradece! La camisa azul noche tiene un detalle anudado adelante.
Así es la señora Rodríguez de Santos, a quien vimos llegar hace cuatro años a la Casa de Nariño luciendo un vestido blanco perla, de corte recto y flores con efecto origami al cuello, firmado por la paisa Isabel Henao.
Un recorrido fashion que la ha llevado (y nos ha llevado) por Silvia Tcherassi y Johanna Ortiz, por mencionar algunas creadoras locales. A propósito de Johanna, es su favorita cuando de vestir en climas cálidos se trata. Y para estas ocasiones siempre se decanta por los vestidos tipo túnica de la diseñadora caleña. Inolvidable la pieza blanca que usó para el almuerzo en Cartagena con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, rematada con un collar XL de perlas, en varias vueltas, tipo pectoral, con una llamativa pieza precolombina en el medio.
Ella sabe llamar la atención en su justa medida. ¿Cuál es? No opacar a su esposo, pero estar siempre vestida para la ocasión.
Sus claves: vestidos ligeros y en tonos vivos para Cartagena. Trajes tipo sastre para los viajes de Estado. Jeans claros y ajustados para viajar a las regiones. En Bogotá, es común verla de pantalones pitillo con botas mosqueteras o de caña alta, a la rodilla.
MICHELLE OBAMA. ¡IMBATIBLE!
La señora Obama o FLOTUS -así adoran llamarla hoy en E.U. a manera de abreviatura de First Lady of the United States-, es un ejemplo perfecto de cómo vestir una figura voluptuosa y siempre acertar.
Michelle lleva siempre la atención a su cintura, dado su cuerpo tipo reloj de arena, y despeja sus hombros y brazos, de los cuales presume su tonificación.
Ah, y claro, a su piel morena le hace juego con colores vibrantes, que pasan por el verde neón, el azul cobalto, el rojo vino o el naranja, en ocasiones de verano. Para los días de otoño juega, con propiedad, con grises, marrón y azul noche, y botas a la rodilla.
Cada aparición suya es una lección de estilo para emular. Creemos que uno de sus desaciertos fue dejarse el flequillo durante la posesión del segundo mandato de su esposo. Un riesgo innecesario que corrigió pronto.
Sus claves: colores vibrantes. Vestidos tipo Lady, con énfasis en cintura y faldas amplias. Escotes estraple o palabra de honor en vestidos de gala.
ANGÉLICA RIVERA. SIN RIESGOS
Clásica hasta el agotamiento. Así se ve la primera dama de México, que parece seguir un estricto protocolo. Admirable, sí, y también apropiado para su rol, pero extrañamos la frescura de sus días de actriz y el reflejo auténtico de una joven y vital mamá, a sus 45 años.
Prefiere los tonos básicos de la paleta, por lo que es normal verla de blanco, negro, gris o marfil. Cuando rompe, casi siempre para ocasiones de gala, usa los tonos que mejor le van a su color de piel: rojos y vinos. Esa es la Angélica que más nos gusta.
Para su edad y su rol, esperamos un poco más de Angélica, quien, en ocasiones, nos recuerda a la reina Letizia. Sin olvidar que el protocolo de la monarquía es más estricto en este sentido.
¿O será tal vez que quiere borrar cualquier alusión a su pasado de actriz y al poderoso papel de la Gaviota? No nos disgusta su estilo, solo le pedimos un poco, solo un poco de riesgo. Ojalá Benito Castro, su diseñador fetiche, se lo sugiera.
Sus claves: tonos neutros. Vestidos y faldas de corte recto, a la rodilla. Calzado de punta y plataforma. Vestidos de encaje para la noche. Escotes en cuello en V.
NADINE HEREDIA. INTERÉS POR LA MODA.
Grata sorpresa la que ha significado la esposa de Ollanta Humala. Por un lado, cuentan en su país que su fuerza política es poderosa y tan relevante como la de su esposo. Y por otro lado, porque en años pasados, la esposa de Alejandro Toledo no daba cuenta de un interés genuino por la moda, como si ocurre con Nadine.
La primera dama de Perú, de figura menuda y gestos amables, prefiere los vestidos rectos sin mangas y cuello bandeja. Apuesta por las líneas simples que enriquece con accesorios de gran tamaño, como collares y aretes, casi siempre elaborados por artesanos de su país.
A su piel trigueña le van bien el rojo, el verde esmeralda, el naranja y el negro. Ella lo sabe y por eso cuando viste en esos tonos, sus atuendos son largamente celebrados.
Sus claves: vestidos cortos, a la altura de la rodilla, que ciñen el cuerpo. Colores fuertes, abrigos y maxi collares cortos.
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