Algunos creen que las segundas y terceras oportunidades no son reales, que no es posible cambiar el rumbo ni encontrar la felicidad tras una cadena de sucesos desafortunados. Entonces Kathy habla y todos los mitos se derrumban ‘a punta de paz’. Paradójicamente, siempre logra encarnar a villanas perversas como aquella que la tiene a las puertas de obtener un reconocimiento muy especial.
Ganar premios no es algo que a estas alturas le importe mucho, pero recibir uno que decide el público es motivo de felicidad para ella. Su última villana, Liubica Arbeláez, en Un sueño llamado salsa, podría llevarse una estatuilla en la gala de los TV & Novelas, el próximo 18 de abril.
“Es una gratificación saber que los esfuerzos que haces en el trabajo son premiados. Y lo que más me emociona de la nominación son los fans; son ellos quienes eligen… y esa es la parte que me tiene muy conectada y profundamente alegre”.
EL RESULTADO DE UNA BATALLA
Mientras tanto, en la vida real, Kathy vive alejada de antagonismos o escándalos. Los de su vida pasada fueron suficientes, aunque tampoco es de aquellas personas que se arrepienten pues el presente es bienaventurado, y ella crea día a día.
La actriz lleva una vida tranquila y feliz con su ‘tribu’, compuesta por sus tres hijos y Sebastián Martínez. No siempre fue así y aunque la vida a veces nos pega donde más duele, a ella le sobró fortaleza y por eso no dudó en desafiar lo que el entorno consideraba correcto.
Hoy lo recuerda: desde que vio a Sebastián supo que era el hombre de su vida, por eso se separó del padre de sus hijas y luchó por esa relación. Nueve años de una unión especialmente armónica son el resultado de esa batalla, y ser compañeros de cosas superfluas y trascendentales una de las cosas que más disfrutan.
Kathy le lleva a Sebastián algunas velas de ventaja en el pastel de cumpleaños y a pesar de ser esa una de las situaciones que más hicieron eco en el pasado, para ellos es inexistente. “Las personas que tienen problemas con eso no se aceptan a sí mismas y se sienten viejas; están pendientes de la arruga, de que les salió una cana…
Pero yo –continúa divertida- nunca he sentido que soy mayor que Sebastián o que esté vieja. Siento que tenemos la misma edad, no sé cuál, porque es algo tan mundano. Cumplimos años, pero las almas no tienen conteos de números, y un encuentro entre dos almas es tan poderoso que ninguna edad puede detener el regocijo de que estén enamoradas”.
Los dos tienen una forma de amar intensa y así les gusta, porque quieren pasar juntos todo el tiempo que puedan. Además, a Kathy no se le ocurre con qué otra persona se sienta mejor acompañada. Con él se ríe, crece y mejora como mujer, esposa, ser humano, actriz. Es, sin duda, un pilar fundamental en su vida.
SE HIZO LA LUZ…
Ahora que no está grabando tiene tiempo para meditar y hacer yoga con mayor frecuencia. Y eso la ayuda a cambiar profundamente. Es cierto que siempre tuvo una conexión especial con la naturaleza, pero ahora sus hijos, su relación y su profesión, hacen que se relacione a mayor profundidad con la espiritualidad.
“Sí no tengo una conexión de ese tipo no puedo ayudarlos tanto como quisiera, entonces me siento mucho mejor teniendo una vida espiritual. ¿Pero eso qué significa? La gente piensa que es llevar una vida mamerta y volverse una ‘bola’. Pero se trata de vivir feliz con uno mismo y con el entorno, en una eterna felicidad que no es fácil de alcanzar porque la vida no es color de rosa tampoco.
Pero esa es la lucha de todos –asegura- y vivir en agradecimiento por lo que tienes es llevar una vida espiritual. Mis hijos y mi matrimonio me han cambiado mucho. Antes mi vida era más mundana en el sentido de que yo era súper rumbera, tomaba, fumaba... Dios ha hecho que cambie y así puedo entender mejor mi relación, a mis hijos y a mi trabajo”.
ESA ES SU ‘TRIBU’
Su familia “es un parche”. Los dos son actores y por eso su tiempo libre es para gozarse a la pareja y a los hijos; Kathy y Sebastián están de acuerdo en que hay que darles todo mientras están chiquitos, porque después… ¿para qué? Ella tiene dos hijas de su anterior matrimonio, quienes se llevan muy bien con Sebastián, y con Amador, el hijo de los dos.
Ya comenzaron los castings para Kathy y está dispuesta a actuar aquí o fuera del país. Pero si tuviera que decidirse por la segunda opción, se iría con su familia.
“Seguro me trasteo con mi tribu. Primero que todo, sin Sebastián... ¡no! Una noche sin él; no puedo dormir; dejar a mis hijos para mí es impensable. Así que en el caso hipotético de que me saliera un trabajo afuera, me movería con todo el parche”.
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