Infortunadamente, cuando de protocolo o etiqueta hablamos, cada vez son más los ajenos a esos conceptos. Sin embargo, si pensamos la conexión que estos tienen con la disposición de la mesa para brindar una cena memorable, vale la pena “desempolvarlos”.
Por supuesto, hace tiempo vivimos en un mundo de interminable fusión; la vida moderna nos ha acercado a la diversidad de otras culturas, reconociendo nuestras diferencias pero potenciando también rasgos comunes, como la exploración del color y los sabores.
Del mismo modo se han expandido las reglas que en otros tiempos regían las tendencias y ahora los gustos personales se reflejan en todos los lugares de la casa, en especial aquellos de vital importancia como el comedor. Y, por supuesto, varios elementos a la hora de decorar una mesa son determinados por las condiciones en que se desenvuelve la cena.
De acuerdo con Diana Neira, asesora en protocolo y etiqueta, no es lo mismo presentar la mesa para una ocasión de día que de noche, un día hábil o los fines de semana, en una finca o apartamento, por una reunión de trabajo o un cumpleaños. De hecho, siempre existirán criterios lógicos a la hora de diseñar espacios, pero cuando de mesas se trata, estos siempre deben atender diligentemente cualquier necesidad del comensal, para que pueda en realidad sentirse especial y homenajeado.
Al parecer, antes eran mucho más cuadriculadas las reglas para disponer la mesa. De hecho, hoy día se puede mezclar cerámica con cristal, cristal con plata, disponer flores provenientes del jardín e incluso toda suerte de verduras y frutas frescas.
Eso sí, siempre recordando usar implementos “reales”, porque en las mesas formales está absolutamente prohibido “lucir” servilletas de papel, pitillos o cualquier tipo de arreglo artificial. En realidad, materiales como esos solo son bienvenidos a las fiestas infantiles.
Calidez y ambientes confortables
Unos reyes en los diseños de mesas son los mexicanos, pues al igual que en su cultura, la relación con el color es increíble. En Colombia tenemos los medios necesarios para crear mesas que cobren vida, ayudándonos de flores silvestres y todo tipo de vegetales exóticos, combinándolos con una acertada elección de los cuadros que cuelguen en las paredes, pero es indispensable disponer de mucha creatividad e imaginación.
Y hay buenas noticias, por lo menos para los enemigos del mantel. Si la superficie de la mesa es linda y está bien cuidada, puede prescindir de él y optar por unos individuales que le hagan juego. Si, por el contrario, no concibe una mesa elegante sin este accesorio, prefiera los colores vivos para el día y el blanco o el beige para la noche. No importa cuál elija, si todavía quiere poner unos individuales para hacer juego, puede hacerlo.
Tampoco tiene que aprender formas complicadas de doblar las servilletas o disponerlas en la mesa, es suficiente que sean de tela y pasará la prueba. Y solo bastará doblarlas en cuadrado o en rectángulo. Eso sí, asegúrese de que la abertura quede al alcance de los dedos y que éstas no estén mal planchadas o dejen ver hebras sueltas.
No use velas a menos que sea de noche. Si no se encienden, quedarán fatales. Y prenderlas de día, es algo extraño. En cuanto a la vajilla, ya no se exige que sea toda del mismo color, aunque sí se recomienda que sea redonda: los platos cuadrados tipo oriental son hermosos, pero un desastre cuando no se come con palillos.
Si de todas maneras quiere usar una vajilla del mismo color, puede mezclarla con copas de cristal. Aunque se trate de comida tradicional, las copas le darán un look más elegante al momento de servir los líquidos. Además no se calientan por el contacto con la mano, un pro para la óptima temperatura de la bebida.
En caso de que arriba del comedor cuelgue una lámpara muy pesada, evite las decoraciones exuberantes o cargadas. Todo debe ser bajito, en una situación normal, tampoco se recomienda que sobrepasen los 20 cm. Una mesa que no procure comodidad en una charla echará los esfuerzos por la borda y nunca será adecuada sin importar lo linda que se vea.
“Es muy importante la atmósfera, porque creo que la gente se acuerda más de la decoración que de la comida. El manejo visual es importantísimo; según algunos estudios, es de lo que más guardamos en la memoria, al igual que los postres que nos deleitaron”, asegura Diana Neira.
La máxima comodidad
Toda buena mesa comparte mínimo una premisa muy importante: disponer de todas las herramientas para que el comensal se sienta absolutamente cómodo. Pero para ello, también es necesario que tenga espacio, así que al diseñar su mesa debe medir un aproximado de 50 cm de lado y lado.
Si alguno de ellos es zurdo, cuídese de ubicarlo en el extremo izquierdo de la mesa, pero sobre todo, no invite a todos sus amigos al tiempo, a menos que el evento lo amerite. Tener un número reducido de invitados tendrá mucho que ver con lo mala o buena anfitriona que pueda ser, y aunque sean asuntos que no se relacionan directamente con el diseño, cuentan a la hora de salirse con la suya.
Para privilegiar la comodidad también es indispensable nunca poner en el centro de la mesa las bandejas con comida. Tampoco es un lugar para tarros de condimentos, aderezos, botellas o pitillos, pues para que la mesa se vea linda, allí solo deben figurar los arreglos de centro elegidos.
Tampoco sirva más cosas de las necesarias, menos será más… ¡siempre! No importa si se trata de decoración o comida, lo importante es elegir un menú que se complemente y sea muy rico. Recuerde que hoy las personas se preocupan más por lo que comen, así que los banquetes estilo medieval ya no son tan apetecidos.
“Sirva porciones pequeñas. Si se trata de un ajiaco u otra sopa, sírvala dejando un dedo entre el límite y el borde. Y si esta trae mucho sólido, ponga un plato adicional para que complemente. Por ejemplo, hay muchas personas que se comen los fríjoles revueltos con arroz, así que deben tener la oportunidad de comerlos así”, explica nuestra asesora.
Comida colombiana a la ‘europea’
Servir atendiendo el estilo americano (el plato se sirve en la cocina y se pasa a la mesa) no es una buena idea cuando de comida típica se trata, pues con preparaciones como la bandeja paisa es mejor idear la manera de que los comensales puedan elegir qué se van a comer de todos los ingredientes que la componen. Por lo tanto, repartir la comida al estilo francés es la mejor opción: cada uno se sirve lo que desea y en la cantidad que quiera.
Sirva primero platos fríos como la ensalada (la cual no debe ofrecerse de noche por tratarse de vegetales crudos). Al tener una temperatura diferente debe ir en otro plato y sin aderezar, pues la salsa la sirve cada invitado a su gusto. Luego puede disponer los acompañantes (como el arroz) y por último, la proteína. Recuerde que si se decidió por la comida típica, debe seguir esta línea hasta el final.
Por ejemplo, puede ofrecer empanadas dispuestas con un solo cubierto. Luego, un segundo plato que es el más importante (compuesto por proteína) y después el postre, el cual se elige de acuerdo con el menú ofrecido; si éste no lleva lácteos, una buena opción es un postre de natas o de tres leches.
“La comida colombiana es más fácil de comer al estilo europeo porque tiene texturas distintas. Por ejemplo, para ofrecer un ajiaco se pasa una sopera con el líquido sin guascas y, aparte, aguacate cortado en cuadritos, limón, mazorca desgranada, pollo deshilachado, alcaparras, ají casero y crema. Cuidado con pasar una mazorca en una tusa, es rico comérsela en una carretera donde no nos ven, pero en la mesa nadie debería comerla de esa forma”, aconseja Diana.
Si el menú incluye chorizo o chicharrón, córtelos muy pequeñitos; el patacón, que sea fácil de coger con la mano, al igual que la arepa; los sólidos de las sopas también se cortan en trozos de fácil consumo.
A la hora del desayuno con invitados, recuerde que ofrecerlo a un grupo grande es muy complicado pues todo se sirve junto. Incluya en la mesa los utensilios necesarios para comer huevo en todas sus variedades (cocinado, revuelto o frito), el cesto del pan, los recipientes para jugo y chocolate (no se sirve agua), un plato hondo para el cereal, leche, mantequilla y mermelada.
TIPS PARA QUEDAR “COMO UNA REINA”
- Cuando ofrezca agua, hágalo a los ojos del comensal, sin hielo pero fría, porque el hielo hace ruido y pone húmedo el vaso.
- Entre semana, los menús son de consumo más rápido que los del fin de semana, pues generalmente las personas no se quedan de visita. Así que será mucho mejor si elige algo de fácil digestión.
- Con los licores ocurre lo mismo y deben acompañar armónicamente las circunstancias. Un jerez, un daikiri o un vino entre semana serán perfectos. Los dry Martini déjelos para el fin de semana.
- También se sirven los platos típicos con vino, pero se hace de la manera tradicional: las carnes rojas van con vino tinto (de 16 a 18 °C), las blancas -como el pescado- con vino blanco (8 a 10 °C).
- Para idear un menú seguro es mejor preguntarles a los invitados si tienen alguna restricción. Sobre todo con la comida típica tenga cuidado, pues -por ejemplo-, si va a dar tamal, no deberá ofrecer jugo antes o un postre con base láctea después.
- Prohibido recoger los platos poniendo uno encima del otro. Las charolas también están mandadas a recoger, hoy el servicio debe ser en la mano. Se puede poner una mesa auxiliar donde los invitados se sirvan, coman en su puesto y luego dejen los platos en la misma mesa.
- Los cubiertos se ponen según las texturas del postre. Si son difíciles de consumir, (como las milhojas) disponga además de una cuchara, un cuchillo de postre para comerlas cómodamente.
Asesoría: Diana Neira, asesora en protocolo y etiqueta. E-mail: susombra@diananeira.com
Comentarios ()