Richard Rawlings y Aaron Kaufman viajan por carreteras secundarias de Estados Unidos en busca de automóviles clásicos olvidados por la sociedad, con el fin de restaurarlos. Richard los elige, mientras que Aaron se encarga de estudiar si las reliquias merecen ser salvadas.
Y cuando Richard logra comprar los automóviles por un buen precio, los transporta hasta su taller y allí inicia todo un plan de recuperación. La tarea es ardua y todo el equipo corre contra el reloj para terminar la transformación a tiempo, pues cuanto menos tarden en finalizar el trabajo, más rápido podrán poner el auto a la venta en una subasta.
“La chatarra de unos es el tesoro de otros”, es una de las frases de Richard Rawlings, un experto y gran negociante, quien junto con el apasionado mecánico Aaron Kaufman dieron vida a “Gas Monkey Garage”, un taller mecánico en Dallas, Texas, donde suelen resucitar autos antiguos.
Mucho antes de convertirse en un programa de televisión, que hace poco estrenó su nueva temporada en la franja Martes de Motores de Discovery Channel, bajo el título “El Dúo Mecánico”, Richard y Aaron llevaban su vida por diferentes caminos, aunque desde temprana edad tenían una pasión intensa por los autos.
Lo que muchos no saben es que Richard heredó de su padre esta afición, cuando lo llevó a los 14 años a comprar su primer auto, un Mercury Comet 1974 verde (su color favorito). Tan apasionado fue por el tema que antes de terminar la secundaria ya había comprado y vendido tres automóviles.
Antes de crear el taller, Richard fue bombero, policía, paramédico y tuvo una empresa de publicidad e impresión, que vendió cuando empezó a dar resultados positivos. El producto lo sumó a un cuantioso préstamo para crear Gas Monkey, el cual ha tenido gran éxito, pues las restauraciones, modificaciones y reformas de automóviles han sido exportadas a diferentes partes del mundo.
El encuentro con Aaron Kaufman fue casual. Richard requería solucionar un problema con la suspensión de uno de sus autos favoritos, un Ford Mainline de 1953, el cual llevó al taller de Aaron. Años más tarde, cuando inició el proyecto del taller, se acordó de él y lo invitó para que fuera parte de su equipo.
A los dos les apasionan los hot rots. Y mientras Richard recorre los caminos secundarios de Estados Unidos en busca de joyas sobre ruedas (algunas muy bien cuidadas, otras que se encuentran en cuidados intensivos), Aaron se encarga de devolver estas reliquias a los caminos.
Richard es un apostador y gusta de preparar autos para algunas de las subastas de automóviles que se realizan en la parte sur de Estados Unidos, que por cierto han aumentado considerablemente en los últimos años. De hecho, muchas de ellas se han especializado en marcas, estilos e incluso modelos.
Desde 2012, otros integrantes han llegado al taller de Gas Monkey, la mayoría de ellos con escasos conocimientos del mundo de la mecánica. Se trata de un equipo de producción de televisión para seguir al detalle uno a uno lo proyectos de Gas Monkey y así darle vida a “El Dúo Mecánico”, uno de los programas de motor favoritos por los televidentes de Discovery Channel.
LOS FAVORITOS DE LOS MONOS
Verdaderas piezas, algunas únicas, son las que han pasado por este taller, que Aaron con su magia, les ha devuelto el brillo de la época, conservando su diseño original pero con la tecnología de hoy.
Con el tiempo, muchos han tomado sus clásicos y los han adaptado o personalizado para luego dejarlos casi en el abandono. Es el caso de la camioneta Dodge 1964, la misma que Richard encontró con motor Chevrolet y suspensión Ford. Un verdadero ‘Frankenstein’ difícil de lidiar, el cual logró transformar en un automóvil de exhibición, sin que perdiera su esencia y que no pareciera nuevo para que se le notaran los años a la intemperie, pero con el rendimiento de hoy.
Otro modelo resucitado fue el Ford Falcon 1963, que llegó al taller como una de las piezas ideales para convertir en un auto de competencia. Richard espera que luego de una larga, costosa y ardua tarea de reconstrucción y modificación, pueda lograr una gran y rápida ganancia. Lo que no imagina es que Aaron desea quedarse con él y pagárselo a cuotas, para así entrar en competencia.
El Lincoln Continental Mark III es la primera gran oportunidad para que Aaron le demuestre a Richard una de sus principales teorías. Los clásicos se ven y disfrutan mejor, gracias a la tecnología de hoy. Con mejoras en suspensión y en hidráulica, fue el auto apetecido de la subasta en la que participó.
Conocida por muchos por ser la camioneta de Scooby Doo, la Ford 1964 Econoline fue otro de los retos para este taller, con una personalización que llegó al punto de convertirse en uno de los automóviles de exhibición de Gas Monkey.
Por otra parte, Richard cumplió el sueño de todo amante de los automóviles al lograr una de las pocas entradas a la fábrica de General Motors y poder construir el Camaro más veloz de la historia, a la medida, personalizado desde su construcción.
Otro de los favoritos de Richard, el mismo que conduce cuando sale y debe pensar en la siguiente maniobra de “los monos”, como les dice a los miembros del taller de Gas Monkey, es el Ford Shelby Mustang Convertible 1968. Una rareza que además cuenta con su color favorito, el verde.
“El Camino” fue una especie de híbrido entre automóvil y camioneta que apareció a finales de los años 50, cuando inició el crecimiento de las ciudades en Estados Unidos, pero cuando aún existía la fortaleza de las zonas rurales. Hasta hace algunos años nació el interés de los coleccionistas y por eso Gas Monkey restauró un modelo 1959.
Una reliquia es el Ferrari F40, que Richard encontró en Texas, el cual tenía una torcedura en el chasis, por lo que se le consideró como pérdida total. Sin embargo, lo adquirió por 400 mil dólares e invirtió 200 mil más esperanzado en una ganancia que duplicara lo invertido. Infortunadamente, no ganó más de 20 mil dólares.
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