Cuando suena “Porrock”, un encanto de pueblo que seduce se siente en el ambiente, es una fiesta en el amplio patio cordobés alrededor de familia y amigos, pero ante todo de recuperación de identidad, aun cuando el toque contemporáneo esté presente.
Adriana Lucía siempre ha estado del lado de lo suyo, es una manifestación propia donde rinde tributo a lo ancestral, pero a su estilo, porque suena actual y así se enmarca este nuevo álbum que le da un notorio brillo a esos 20 años de carrera artística.
La cantautora afirma que después de estas dos décadas, siete álbumes y un documental, sólo le resta expresar gratitud a Dios, a la familia y a quienes creyeron en ella desde el principio, pues a la actualidad, lo logrado, representa más de lo que en sus inicios soñó, no sólo se trata de hacer música, sino mantenerse.
El documental, “Porro hecho en Colombia” fue estrenado en el Ficci y se convirtió en la propuesta más arriesgada que se han atrevido a hacer y lo dice así, porque estuvo acompañada de mucha gente para esto, lo mismo que esta novedad que promueve ahora, “Porrock”, su más reciente producción discográfica.
Un poco del álbum
En cuanto a este disco, Adriana Lucía advierte que el título nació mucho antes que la recopilación de canciones que lo integran, fue hace mucho tiempo en medio de la “mamadera de gallo” con Carlos Vives, mientras hablaban sobre los híbridos musicales que en la actualidad se presentan y advirtieron que ahí estaba su fusión una manera elemental de presentar ese tradicional porro con lo cambiante, un encuentro del campo y la ciudad.
Después de organizar todo el material destinado a esta producción, la cantautora de El Carito no tuvo dudas acerca de este título, pues allí se consigna eso que ha hecho y que ahora presenta con mucho orgullo de región, de patria.
Si bien los inicios profesionales de Adriana Lucía fueron en el vallenato, antes, cuando muy pequeña dejó ver su interés en la música interpretaba porro y bullerengue, influencia que aparece disco tras disco y se intensifica ahora más que nunca.
Afirma estar agradecida con el vallenato, fue su salto al profesionalismo, sin embargo nunca olvidó su propio sonido y en la búsqueda de su identidad musical, llegó a fusiones donde prevalece el sentir de su tierra.
El trabajo de Adriana Lucía tiene mucha investigación, no se trata de ir donde hay gente y mover gente, está convencida que siempre hay un propósito y un artista tiene un compromiso tácito con el lugar donde nace y se cría.
“Porrock” es un álbum muy especial y no pretende vender el cliché que suele acompañar el nacimiento de una nueva propuesta, pero en su caso esta vez sí que lo es y por muchas razones, la primera obedece a la conmemoración de sus 20 años de carrera, pero además, dentro de la planeación ella pretendía hacer muchos homenajes y por eso buscó a esas personas que representan todo lo que admira y de alguna manera lo que quiere ser.
En el álbum está presente el Maestro Alfredo Gutiérrez, como una dedicatoria expresa a Los Corraleros de Majagual, de la misma manera buscó a un coterráneo, se trata del siempre innovador Noel Petro “El Burro Mocho”, quien marcó una época con sus buenas ocurrencias musicales.
Otro personaje presente en “Porrock” es Goyo, integrante del grupo ChocQuibTown, en el tema “Tú eres más”, cuyo sonido tiene mucha influencia africana y que Adriana Lucía define como un bello encuentro entre el Caribe y el Pacífico, o mejor, Condoto y El Carito.
Dentro de todo este repertorio está la canción que ella escribió especialmente para el portorriqueño Marc Anthony que se titula “Volver a comenzar” en su propia versión, dejando ver siempre que además de interpretar, está dispuesta para la composición.
En esta conexión musical no podía faltar el Maestro Leandro Díaz, con el tema “Consejo a una amiga”, un merengue vallenato, escrito especialmente para ella, convirtiéndose en uno de los mayores tesoros que puede guardar la artista.
En el sentir de Adriana Lucía, el porro se parece a un pueblo, por esto la portada del disco hace otro homenaje a su tierra, El Carito, al llevar en la piel impresa la imagen de un sombrero vueltiao, insignia de su departamento. Precisamente advierte que cada símbolo del sombrero es una familia y eso es lo que pretende exaltar, su gente en el alma, en su piel.
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