Ángela Marulanda, a liderar en familia

Considerada uno de los iconos de la educación familiar en Latinoamérica, la socióloga, escritora y conferencista Angela Marulanda siempre tiene sus charlas ligadas a buenas causas, y en esta oportunidad una más se agrega cuando visite Cartagena para hablar de lo que más sabe, la familia.
Para Angela Marulanda el tema de familia es prioridad y permanece en libros, conferencias y su cotidianidad, destacando este núcleo en el transcurrir del ser humano, porque de allí dependen los parámetros que la han de regir.
Con la charla “Actitud ante la crisis”, promovida por el Voluntariado Teresa de Jesús, la doctora Angela Marulanda estará en la ciudad, para brindar un poco de su experiencia en el tratamiento a los hijos y el fundamento de la familia.
En conversación con Revista Viernes, la socióloga respondió algunas preguntas que siempre asaltan a los padres, las mismas que más adelante serán apoyo de los hijos y que aunque sencillas, en ocasiones no se encuentra expresión rápida.

- Siempre la juventud ha sido criticada por los mayores, se ha visto a través de la historia. Qué cambia en la actualidad?

La juventud es una etapa de cambios, el momento de crecer y por eso se presentan las crisis. En la actualidad, por primera vez en la historia de la humanidad, los hijos saben más que los padres con respecto a la informática que es lo que rodea la vida y eso es lo que ahora se debe equilibrar para no perder el norte de la familia.

- Cree que cuando la madre salió de la casa a trabajar se incrementaron los desatinos en la familia?

El trabajo de la mujer fuera del hogar ha traído grandes ventajas para ella y su familia, sin embargo las tasas de divorcio también se han incrementado y la dificultad de manejar la casa a control remoto.

- Cómo entender a los hijos si ellos siempre van adelante?

Entender a los niños y jóvenes tiene que ver con la claridad de los padres, al saber qué clase de hijos quieren tener. La idea no es qué mundo se les va a dejar a los hijos, sino qué hijos se les va a dejar al mundo, ellos van adelante en tecnología, los padres deben avanzar siempre en experiencia.

- Porqué existen hijos problema. Dónde está realmente el problema en padres o en hijos?

Los niños con temperamento un poco más difícil son los llamados “problema”, son sensibles y todo les afecta más, muchas veces experimentan un rechazo inconsciente de los padres. Hoy es una “tragedia” un niño con problemas de aprendizaje, porque lo ideal es que sea inteligente para que aprenda y sea rico en el futuro, entonces este niño va a ser víctima de una situación y será peor si no se busca la ayuda adecuada.

- Cómo enfrentar problemas que se alteran precisamente con la adolescencia?

Generalmente las situaciones exageradas son consecuencia de lo que se “sembró” en casa. Un ejemplo claro son los padres que todo lo celebran con trago, propician esa condición en sus hijos, muchos dicen que prefieren que lo hagan en casa, esa permisividad ha dado rienda suelta a la pérdida de valores.

- En qué momento se ponen los límites?

Toda la vida, desde cuando empieza. Al niño pequeño se le ponen normas elementales de educación y respeto, con las mismas va creciendo y los límites también. Mientras son menores de edad y vivan en casa, son responsabilidad entera de sus padres y por tanto deben tener límites.

- Cómo se impone el respeto?

El respeto se gana y para esto se requiere de admiración por parte de los hijos, algo que se ha vuelto difícil, por la competencia que existe entre las dos generaciones, donde los padres quieren parecer más jóvenes. Los padres deben ser adultos con cara de adultos.

- Cómo manejar la crianza de los hijos cuando muchas veces la pareja no se pone de acuerdo en los conceptos?

Siempre se ha de anteponer el beneficio del hijo sobre las diferencias personales. La única forma de enseñar valores es con ejemplos.

- Hijos y padres pueden ser amigos?

Los hijos no necesitan de padres amigos, necesitan guías, personas que les direccionen la vida y no amigos para compartir, si nos convertimos en sus amigos, los dejamos huérfanos.