Siempre hay una son-risa en el rostro de Rina Marcela Esquivia, la mis-ma que acompaña sus bien ejecutados movimientos que la han llevado a varios certámenes de gimnasia artística en el país.
En la actualidad es la número uno en Bolívar, ubicación que no surge del azar, sino de un complejo entrenamiento diario que la aleja un poco de los quehaceres de su edad.
A sus doce años, Rina tiene la responsabilidad y disciplina que un adulto puede envidiar, sumado a la constancia, porque cada día cumple con sus labores de estudiante de séptimo grado en el colegio La Concepción y en la tarde llega a entrenar, cons-ciente de que su sueño se va a cumplir en cada com-petencia.
A los ocho años y luego de ver como una amiga entrenaba, se despertó en ella el interés por la gim-nasia artística, un deporte que considera interesante y a la vez fascinante, eso se puede advertir en su caminar, pues siempre está en función de alguna postura.
De sus padres Víctor Esquivia y Yaneth Macha-cón, Rina Marcela tiene todo el apoyo, son sus principales seguidores y su mamá la compañía incon-dicional de cada tarde en los entrenamientos en el Coliseo de Combates y Gimnasia. Sus tres herma-nos la tienen consentida y con la disciplina que prac-tica les ha enseñado lo ne-cesaria que resulta para crecer.
Sólo van cuatro años de entrenamiento y compe-tencias, pero la calidad que ha demostrado la niña le ha servido para que entre-nadores de gran talla pon-gan sus ojos en ella y le apuesten a su futuro, tal fue el caso de la deportista cubana Omaira Valdés, quien le pronosticó éxitos a partir de su disciplina.
El sueño, ser campeona nacional, para eso se está preparando y no en vano ha ido subiendo peldaños con un progreso evidente, al punto de alcanzar una alta designación en el De-partamento.
La rutina
Rina Marcela programa cada una de sus obligacio-nes, llega del colegio y de inmediato adelanta tareas, pues las prácticas de gim-nasia artística van de cua-tro de la tarde a siete de la noche, de lunes a sábado.
Está en crecimiento, por lo que su alimentación debe ser muy completa y balanceada, el deporte también hace sus exigen-cias en este plano y Rina, ha aceptado que en su dieta no se incluyen dul-ces, grasas y bebidas ga-seosas.
Sus juegos no son como los demás niños, desde los ocho años está entrenando y en competencias y en su primer campeonato a los nueve años, un Nacional de Niveles, obtuvo las seis medallas de oro, alzándose con el triunfo en todas las categorías.
En la gimnasia artística, como en todos los depor-tes, se van escalando ni-veles, “es una pirámide”, advierte Rina Marcela, que al llegar al punto más alto entra en la categoría Libre, manejando acrobacias y con la opción de participar en Juegos Nacionales.
Actualmente esta pe-queña deportista hace parte de la preselección a los Nacionales 2012, por lo que entrena permanente-mente para lograr uno de sus grandes sueños, inte-grar la selección, obvia-mente de la mano de su mentor Harold Coronel.
De una manera muy di-vertida, Rina Marcela ad-vierte que entre piyamas, el uniforme del colegio y las trusas de gimnasia está su indumentaria diaria, pues no tiene tiempo para ponerse otra ropa, salvo los días que sale a com-partir con su familia, uno de los momentos que más disfruta.
Impecablemente vesti-da y peinada, Rina Marcela se desenvuelve con facili-dad en la gimnasia artísti-ca, tiene creatividad y todo le resulta divertido cuando de bailar y cantar se trata, lo que indica que su futuro está en una de estas face-tas.
Dice que quiere ser ac-triz, pero también la mejor deportista del mundo, para eso está preparándose y sabe que el arte está in-cluido en ese deporte que escogió practicar hace cuatro años.
El año anterior, Lina Marcela, además de ser la mejor gimnasta infantil de la Liga de Gimnasia de Bolívar y el Club “Iron Boys”, fue postulada por la Acord como Deportista Revelación en Bolívar y recibió el Premio “Futuro es hoy” de la misma aso-ciación.
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