¿Escuchar nuestro cuerpo? Si. Pero más importante es saber escucharlo, él nos habla, nos dice cuándo estamos bien y cuándo no, es una máquina tan perfecta, capaz de indicarnos el nivel de energía y todo lo que puede llevar al bienestar, como también cuando éste desaparece.
Entonces, ¿dónde está el problema? Ante ese interrogante, María Claudia González, Directora del Programa de Estética y Cosmetología de la Universidad Rafael Núñez indica, “sólo hay que escuchar”.
Las tendencias, como se suele llamar ahora todo lo que llega, se queda y algunas veces deja enseñanzas, indica que se recurra a lo que está de moda y de paso se olvide ese equilibrio que se puede lograr por medios naturales y que tanto bien le hacen al organismo.
Buscar la belleza integral no es un trabajo difícil, indica la experta, basta con recurrir a la alimentación saludable y no se trata de una tarea de adultos, la misma debe acompañar al ser desde su nacimiento, más adelante en las loncheras y el diario de los niños, allí se crea el hábito por el buen comer que acompañará el resto de la vida.
El ejercicio es también una tendencia y está muy bien, sin embargo para quienes no se adentran aún en un plan comercial, caminar es la mejor opción, allí está la oportunidad más rápida y fácil para desintoxicar el organismo y poner a la mente a volar un poco, la idea es hacer esta tarea de una forma positiva, indica la doctora González.
En este compendio de integralidad se incluyen los productos de belleza. Definitivamente es un mito de que entre más costoso, mejor efecto hace. Hay muchos productos en casa que se pueden elaborar de manera natural y ayudarán a resaltar esa belleza que todos tenemos.
Volver a lo natural es importante y las mascarillas, tanto para mujeres como para hombres, pueden hacerse con frutas y especias, logrando un equilibrio de la piel de una manera primaria, sin la presencia de químicos.
En este orden de ideas, el tratamiento manual tiene mucha incidencia en el bienestar corporal y si bien la esteticista juega un papel importante para lograr excelentes resultados, nuestras manos están capacitadas para lograrlo con masajes y movimientos que ayuden a activar la circulación y bajar el agotamiento de un día de trabajo.
Un espacio propicio es la hora del baño, donde además de exfoliar la piel, se realiza un masaje que ayude a activar la irrigación celular para mejorar la celulitis y hasta moldear ciertas áreas del cuerpo.
Todo lo anterior tiene una base, advierte María Claudia González y es la aceptación propia, la perfección que la publicidad ha vendido no existe y entender que los procedimientos rápidos en manos poco confiables sólo traen problemas.
En la medida de que una persona se valore, llega la aceptación y a partir de allí, la belleza fluye por sí sola, sólo requiere de cuidados para su mantenimiento, entendiendo que cada edad trae su encanto y la salud interior irradia todo lo mejor.
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