Con el viento a favor

Volar es el sueño de los humanos, es la forma de expresar libertad y aunque no existan alas para lo-grarlo, si se han desarrollado medios que lo facilitan y llevan a surcar el viento. Así vive esta maravillo-sa experiencia Nathalie Mallarino, una jovencita que dedica buena parte de su tiempo a la práctica de kitesurf, un deporte de deslizamiento que ofrece lo más cercano a un vuelo, el cual se combina con es-quí. El kitesurf utiliza una cometa de tracción que estira al deportista con 4 cuerdas, dos fijas a la ba-rra, y las restantes pasan por el centro de la barra y se sujetan al cuerpo me-diante un arnés, permi-tiendo deslizarse sobre el agua mediante una tabla o esquí diseñado para esa práctica. Nathalie tiene 16 años y pronto iniciará grado 11 en el colegio Jorge Washing-ton. Se considera buena estudiante y advierte que la disciplina lograda con el deporte la hace más res-ponsable al momento de cumplir con sus activida-des académicas. Desde hace cuatro años practica kitesurf, un de-porte extremo que inicial-mente no contó con la aprobación de sus padres Juan Nicolás Mallarino y Ana Amelia Puello, quie-nes pese a ser navegantes, lo consideraban de mucho riesgo. Inicialmente se enfocó por el surf por sugerencia de su mamá, pero las olas no le dieron confianza, después estuvo un tiempo en windsurf y como no era su pasión, rápidamente pa-só al kitesurf. La rutina La práctica de kitesurf es muy exigente. Además de proveerse de un equipo muy particular, el depor-tista está sujeto a ciertas épocas del año, pues la brisa es indispensable para desarrollarlo. La temporada ideal, in-dica Nathalie, es la de final de año y hasta el mes de marzo. Después, se espera entre junio y julio cuando por el fenómeno denomi-nado “Veranillo de San Juan” llegan brisas propi-cias para practicar. Su sitio de entrena-miento es la Escuela Aquanáutica, ubicada en el corregimiento de la Bo-quilla, allí recibió cursos, pero ahora sólo asiste a preparación en la tempo-rada de vientos. Define el kitesurf como “delicioso”, es un deporte extremo que se debe practicar con todas las me-didas de seguridad y lo ha-ce. Un pequeño accidente ocurrido hace algún tiem-po no la alejó, ya que no fue por descuido de ella, alguien maniobró su equi-po y eso la hizo caer. Después del incidente sólo raspones y pequeñas magulladuras en brazos y piernas dan cuenta de su aventura, pero nada que la haga olvidar su “vuelo”. Dice con conocimiento que quien prueba este de-porte se queda. Navegar, al tiempo que se vuela y se “conquista” el viento, es una gran experiencia. Nathalie es deportista de tiempo completo, aun-que el fútbol no es su gran pasión, también lo juega como una manera de com-partir con sus amigas del colegio. Reconocimientos La participación en tor-neos también ha estado presente en la actividad deportiva de Nathalie. Ha-ce dos años estuvo en un Nacional en el Lago Cali-ma, donde obtuvo los pri-meros puestos en las com-petencias. “Ese lugar es el más indicado para este tipo de deportes, toda vez que du-rante el año el buen tiem-po es una constante”, indi-ca Nathalie. El año pasado se prepa-ró para unos nacionales, estaba en representación de Bolívar, pero como el kitesurf aún no se conside-ra deporte olímpico, no fue a la competencia. Nathalie pertenece a la Liga de Vela de Bolívar, pero considera que Co-lombia no tiene muchas competencias y son pocos los navegantes. En sep-tiembre se llevará a cabo el nacional y como siempre tendrá toda la disposición para participar, así como su equipo deportivo que cuenta con el apoyo de Cogua, una marca colom-biana que fabrica las tablas personalizadas. Cree que los deportes siempre estarán presentes en ella, sabe que no será a nivel competitivo, porque su interés está en adelan-tar estudios de Economía.