Revista viernes


Con qué ganas

CLAUDIA AYOLA ESCALLÓN

10 de diciembre de 2010 12:01 AM

Se supone que escriba sobre sexo. Sexo. A la gente le gusta que escriba sobre sexo. Creo que me gusta escribir sobre sexo. Algunas personas dicen que digo lo que casi nadie dice en público, pero piensan en privado. Escribir sobre sexo es como escribir sobre la vida. El sexo tiene que ver con la identidad, con lo que somos y con la reproducción. Tiene que ver con la posibilidad de tener hijos o de no tenerlos. De embarazarse, y lo que es mejor, de hacerlos. Hablar de sexo implica hablar de penes y vaginas, de placer, de erotismo, y de la energía que nos entusiasma cada día.

Se supone que hablar de sexo es hablar del hecho de ser mujeres o de ser hombres. De cómo nos relacionamos, cómo nos vestimos, cómo nos comportamos. Tiene que ver con la conquista y el amor, con el deseo, con la caricia, con el orgasmo, con las sensaciones, con la pasión. Hablar de sexo es también hablar de la cultura, de lo que se supone que está bien y lo que no. De lo que es tabú, de lo prohibido, de lo cuestionado. De lo sagrado y de lo satanizado. De lo que creemos como pecado o como paraíso celestial.

Se supone que hable de sexo, de lo bello de la vida cuando estamos en los brazos de la persona amada, lo que sentimos cuando nos susurra su voz al oído, de nuestras ganas palpitantes en medio de las piernas, de la humedad, de fluidos, de olores, de cuerpos sudorosos. Hablar de sexo quiere decir hablar de intimidad, de goces, de miedos, de pulsiones. Hablar de sexo es hablar de gustos, de tetas, de besos, de encajes, de manos que tocan, de lenguas, de penes erectos, de nalgas, de dedos, de cuellos, de lo obsceno, de lo que no se dice y se desea.

Para los más sofisticados, hablar de sexo es hablar de una buena fotografía, de un atardecer teñido de tonos naranja y violeta, de una copa de vino, de una obra de arte, de Carmina Burana sonando a lo lejos, de la poesía y la cocina. De sabores exóticos, de complementos perfectos, del sabor de la yerbabuena y del curry, de un trago de ron perfecto, del chocolate, de las semillas de mostaza.

Pero ¿cómo hablar del sexo con todos sus encantos?- cuando una mañana como esta descubro que la ONU excluye a las minorías sexuales de una resolución sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias.

La resolución incluía minorías étnicas y sexuales, habitantes de la calle, defensores de derechos humanos, miembros de comunidades indígenas, y periodistas, entre otros, y en su texto exhortaba a los gobiernos a proteger el derecho a la vida y llamaba a la investigación. Por propuesta de Benín, y por una votación de 79 a 70, se acordó una enmienda que excluye a la orientación sexual, lo que le resta garantías a esta población. La mayoría de los países africanos votaron a favor de la enmienda y la mayoría de los países latinoamericanos votaron en contra. Colombia se abstuvo de manera vergonzosa.

Cómo hablar de sexo si los seres humanos cantamos odas a la muerte, a la miseria, a la exclusión social, a la tragedia y al sufrimiento. Con qué ganas se habla de vida cuando la ONU parece olvidar el holocausto que motivó su nacimiento.

*Psicóloga
palabrasdesexualidad@gmail.com
www.palabrasdesexualidad.blogspot.com

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