El General Óscar Na-ranjo, director de la Policía Nacional, atendiendo a las presiones de las organiza-ciones de derechos LGTBI y de la comunidad interna-cional, emitió la directiva 006, que es un instru-mento de reconocimiento a la violación a los dere-chos humanos de las les-bianas, gays, trans, bise-xuales e intersexo, y un compromiso público de atender de manera espe-cial las garantías y respeto a los derechos de este sector de la comunidad. La directiva obliga a la Policía a tomar las medidas necesarias para garantizar un trato en igualdad, de respeto por el libre desa-rrollo de la personalidad y la dignidad humana de las personas diversas sexual-mente. Es algo así como si la Policía, como institución, se hubiese resuelto a re-conocer que pueden hacer un mejor papel en el reco-nocimiento de los dere-chos de todos los seres humanos, más allá de la orientación sexual que se tenga. El Brigadier General Restrepo, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena (Mecar) y quien aparentemente viene de un exitoso camino de avances del papel de la po-licía en el Valle del Cauca frente a los derechos de las personas LGTBI, no dudó en recibir la visita de la Corporación Caribe Afirmativo, quienes dina-mizaron el cumplimiento de la directiva en Cartage-na y en Bolívar. Finalmente, Caribe Afirmativo convocó a una reunión con la asistencia de la Policía, representada por el mismo General Restrepo, la Alcaldía, la Personería, algunas orga-nizaciones sociales y ciu-dadanos de la comunidad LGTBI de la ciudad, para llegar a unos acuerdos re-lacionados con el cumpli-miento de la directiva emitida por el General Na-ranjo. Se logró. En Cartagena tenemos el primer acuerdo que hace referencia a compromisos de la Policía frente a los derechos de los ciudadanos LGTBI. La Mecar, con el liderazgo del General Restrepo, asumió un compromiso muy im-portante, que requiere la veeduría de la ciudadanía, de las otras autoridades lo-cales y del Ministerio Pú-blico. Si las acciones de la Policía son coherentes con el acuerdo firmado, el ca-mino para la construcción de una sociedad más inclu-yente y democrática estará abonado. Las denuncias por abu-sos policiales son pocas con respecto a la realidad por el temor que las vícti-mas sienten al denunciar estos hechos. Muchas ve-ces las víctimas prefieren callar, pero son muchos los casos de detenciones ar-bitrarias, agresiones físicas o verbales y hostigamien-tos, sobre todo en los es-pacios públicos. Así mis-mo, tradicionalmente la población LGTBI siente desconfianza de la fuerza pública y algunas veces se abstiene de pedirle ayuda o protección. Con la misma fuerza con la que alguna vez de-nuncié las declaraciones que el anterior coman-dante de la Policía de Bolí-var, Coronel Mena, hizo sobre el asesinato del do-cente del Universidad Jor-ge Tadeo Lozano, Rolando Pérez, levanto mi voz para animar al comandante de Policía de Cartagena, el General Restrepo, quien parece entender el papel que tiene su institución en la construcción de una so-ciedad más justa. Exhorto a los activistas y organizaciones sociales a seguir marcando su paso firme por los derechos de este sector de la población, y a los miembros de la fuerza pública a atender generosamente el llamado. Los gays, las lesbianas, los transgeneristas, los travestis, los transexuales, los bisexuales, los interse-xos, los heterosexuales, todos, absolutamente to-dos, somos ciudadanos de primera categoría. Nuestra Constitución así lo respal-da y nuestro corazón así lo exige. *Psicóloga palabrasdesexualidad@gmail.com www.palabrasdesexualidad.blogspot.com
Revista viernes
El General sí tiene quien le escriba
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