En el artículo anterior “A conquistar Venus”, comentamos la importancia que tiene en la relación de pareja el conocimiento de lo que resulta fundamental para el sexo opuesto. Decíamos que la clave para una buena relación es la complementariedad. Citamos el libro de John Gray: “Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus.”
Hay que recordar que las buenas intenciones no son suficientes. El enamoramiento con el que se inicia una relación parece que duraría para siempre pero no es así. Aún con las mejores intenciones el amor, si no lo cuidamos, se desvanece.
El problema radica en que los hombres esperaran que las mujeres piensen y reaccionen como ellos lo harían y las mujeres que los hombres sientan y se comporten como ellas. Hay que conocer las diferencias para lograr comprenderse, respetarse y amarse cada día más. De otra manera se torna cada uno exigente, resentido, criticón e intolerante.
Hay un libro de Antonio Vásquez Vega titulado “Puedo entender a mi marido”, que aporta mucho al respecto. Aquí van unos consejos sencillos para las mujeres:
Apreciarlos, valorarlos
Confía en él, en sus habilidades, en que hará lo posible para satisfacer tus necesidades y las de la familia y además que sus esfuerzos son apreciados. Así se siente estimulado y tiene más que dar. Aprecia y valora sus soluciones. Cuando una mujer rechaza las soluciones de un hombre, éste siente que su competencia es puesta en tela de juicio. Como resultado percibe que no se confía en él, que no se le aprecia y deja de preocuparse.
“Deberías llamar un plomero, él si sabrá qué hacer”.
Los consejos sólo cuando los solicite
Ojo con los consejos no solicitados. Las mujeres fastidian de forma inadvertida al hombre, ellas creen que están aportando y él lo percibe como cantaleta. Ellos aprenden de sus propios errores! No debes llamarle la atención con tanta frecuencia.
“No te dejas tiempo suficiente para ti mismo”
“Estas papas te hacen daño, no las comas.”
“Pedro te llamó tres veces, cuándo lo vas a llamar?”.
Comprender y respetar sus silencios
Ante los problemas se niegan a hablar, a conversar. Necesitan retirarse, no necesariamente físicamente aunque a veces si lo hacen. A la mujer ese comportamiento la desconcierta. Pero si ella sabe darse cuenta de esa situación y deja al hombre en esos momentos, observará que en un tiempo prudencial, él vuelve y le cuenta con detalle lo que le pasaba.
“¿Te pasa algo?” Él contesta: “No. Nada importante.”
“Pero te veo mal. ¿Por qué no me lo cuentas?”
“No. Mujer, no me pasa nada.”
El si te quiere
La mujer debe entender que para el hombre expresar su amor y cariño llenándola de detalles todo el día no es lo suyo. El hecho de no hacerlo, no es señal de que no la quiere. Si ella entiende que es algo que el hombre tiene que aprender y ella se lo puede enseñar ha ganado terreno. Una mujer piensa que eso no se debe enseñar y se equivoca. Debe explicarle las cosas que le gustan y no esperar a que él las descubra. Él lo entendería y lo agradece. Poco a poco lo hará, si no se lo explicas no lo aprenderá nunca.
Siempre linda
Por último y no por ello menos importante, siempre recordar que no sólo en el matrimonio vale el cariño y la entrega sino también saber “que la mujer bien puesta saca a su hombre de otra puerta”. Hay mucha competencia que se debe contrarrestar. “Bien puesta” fuera y dentro de la casa y muy importante ¡en la alcoba!
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