La mujer del Siglo XXI

“Yo debí nacer en otro tiempo”, así empieza la entrevista Viviana Cera Pareja, creyendo que sus pensamientos están un po-co lejos de las ideas con-temporáneas de otras mu-jeres de su edad. Tal vez pudo vivir en otra época, un siglo más allá, cuando las mujeres eran dedicadas a la mater-nidad y al cuidado de su casa, porque eso lo ha he-cho con esmero, pero tam-bién hay que sumarle su faceta de profesional, de empresaria, todas con éxito. Viviana Cera es fiel re-flejo de una mujer lucha-dora, del Siglo XXI, pero con algo más bello, el de-seo de ser madre que la llevó a tener cuatro hijos. Allí se quedó porque es un riesgo practicarle otra ce-sárea, aunque ella quería más. Es un contraste intere-sante el de Viviana, quien hace casi once años con-trajo matrimonio con el médico dermatólogo Ser-gio Martínez y hoy com-parten un bello hogar, además de algunos nego-cios que ella ha iniciado y en los cuales ya lo involu-cra. El papel de su vida A Viviana la vida le ha rendido. Es la hija única consentida, pero con la formación y las bases sóli-das para formar su hogar y salir adelante en la vida. Estudió Psicología en la Universidad Javeriana y mientras cursaba la carre-ra representó a Bolívar en el Reinado del Bambuco, logrando el título de Vi-rreina, después fue a Me-dellín representando al Departamento en el Rei-nado de las Flores, allí fue la Reina. En 1997, Viviana fue nombrada Señorita Carta-gena en el Concurso Na-cional de Belleza y dice que ahí logró su mejor co-rona, pues empezó su re-lación con Sergio Martí-nez, quien la acompañó a todo y formalizó un no-viazgo que terminó en matrimonio dos años más tarde. La promesa que le hizo a su padre de terminar la carrera se cumplió al viajar a Brasil donde se radicaron para la especialización de su esposo. No fue fácil, de-bió aprender portugués sobre la marcha y trabajar, además de acomodarse con el nacimiento de Sergio Javier y más adelante el de Laura. Regresaron a Cartagena a empezar de cero y ambos formaron sus consultorios, al tiempo Viviana dictó clases en una universidad, hasta cuando nació Alejan-dro, su tercer hijo, que la obligó a hacer un alto en el trabajo, que después reto-mó trabajando con niños en un preescolar. La faceta de empresaria empezó con la importación de un producto alusivo a la seguridad, mallas protec-toras para los balcones. Ella fue la pionera en la instalación de este adita-mento que se ha vuelto in-dispensable en los aparta-mentos con niños. Probando con la malla de su apartamento, empe-zó un negocio próspero en Cartagena que hoy se mantiene y crece, porque ya recibe pedidos de otras ciudades. Dice que Sergio es su “socio sin utilidades”, la apoya en todos sus pro-yectos y en la actualidad se unió para crear junto a ella el montaje de piscinas bien estructuradas y amparadas por la ley que las rige. Sumado a esto, Viviana también cuenta con una juguetería, negocio que define como una satisfac-ción personal que la acerca a los niños y le permite explorar en su carrera de psicóloga. Hace ocho meses llegó Daniel, su cuarto hijo, vino a crecer la familia, a for-marla como ella la soñó, llena de niños, porque es su prioridad, pero indica que mantiene un equilibrio entre el trabajo y ellos. Viviana Cera ha sabido organizar su tiempo, a su familia no le quita nada, al negocio y al trabajo le aporta lo necesario. Le gusta viajar a los congre-sos con Sergio, por lo me-nos una vez al año, piensa que si la pareja está bien, la familia está bien y ese momento con su esposo es vital, aun cuando debe or-ganizar un “operativo” pa-ra dejar los niños con las abuelas. El futuro para esta jo-ven es promisorio, ya está viendo los frutos en la formación de sus hijos, tiene la felicidad de un ho-gar bien cimentado al lado de su esposo y como mu-jer, siente que ha aportado con su trabajo a la ciudad.