Se trata de uno de los artistas más polifacéticos del panorama nacional, con la vigencia lograda desde sus inicios y una aceptación general que va más allá de la visión masiva que produce la actuación, pues su voz también es un punto de referencia artística.
El cartagenero Karoll Márquez está viviendo un gran momento, aunque sin ser presuntuoso, siempre lo experimenta con la propuesta que lleve al público, sea en la pantalla o en los escenarios, un resultado de dedicación y esfuerzo que no está dispuesto a abandonar.
En la actualidad, muchos son los planes que marchan en el día a día de Karoll, aunque hay un pare decidido en la actuación, pues ha considerado que la música, esa gran pasión que desencadenó su ingreso al universo artístico, requiere de su atención total.
Dentro de todas las apuestas de Karoll Márquez también han tenido cabida los musicales, esos formatos que disfruta al máximo, pues en su caso, que se ha preparado tanto, convergen todas sus capacidades, la danza, el histrionismo, la música y lo más importante, el contacto directo con el público.
Cree que esto es lo más parecido a los conciertos y las grandes giras, un sueño que lo acompaña en su arduo trabajo, pues considera que esa inspiración que le dieron los más grandes, le influenciaron y llenaron de aspiraciones ambiciosas.
Los últimos seis años han estado enmarcados por este maravilloso trabajo, que a su vez lo toma como el entrenamiento obligado para esas grandes giras que aspira lleguen en un futuro no muy lejano. Se trata de una rutina diaria que exige un grado de exactitud, disciplina, perfección y coordinación, por eso siente que es una gran señal y lo toma con la mejor disposición.
En 2017 fue el turno para “Aguanilé”, convirtiéndose en un nuevo aprendizaje, se trataba de actuar en un cabaret, donde el protocolo del aforo es diferente, aunque impregnado de una magia especial que si bien dista del teatro, tiene un encanto propio.
¿Y qué viene en música?
Los compromisos musicales son la prioridad para Karoll Márquez. Hace tres años estuvo en su más reciente proyecto televisivo que fue en la serie “La esclava blanca” y a partir de ahí decidió hacer un alto ante las cámaras y concentrarse en su nuevo disco.
Desde entonces la inspiración tomó la delantera y empezaron a fluir las letras y los ritmos que acompañarían esta producción, que siempre ha estado antecedida de sencillos que viven plenamente su momento y se convierten en esos aciertos que el artista sabe aprovechar, pues engrosan su lista musical sin mayores pretensiones que mostrar esa pasión que tiene por dentro.
Siete canciones han sido las elegidas para este disco que se recargó con colaboraciones muy importantes, con amigos que hacen un aporte valioso y potencializan cada letra. Allí están entre otros, Martina La Peligrosa, Buxxi, Siam y se mueve entre ritmos conocidos, pero con ese toque contemporáneo que el cartagenero suele involucrar en su propuesta.
“El importante” es el preámbulo de esta producción, un tema que ha fluido de manera natural, pues confiesa que con el fin y principio de año y sus compromisos obligados, no ha tenido el tiempo para hacer una promoción organizada, sin embargo la respuesta del público no se ha hecho esperar y ya empezó a correr por las plataformas, de la misma manera ha evolucionado el video.
La canción hace parte del universo pop que identifica a Karoll, pero se deja influenciar de un sonido contemporáneo, porque a su manera de ver, el pop se tiene que bailar para que todos la disfruten, algo que le queda muy fácil, porque se ahí está su esencia.
El disco fue producido por Carlos Montaño (Siam), quien desde hace algún tiempo se ha convertido en una especie de fórmula musical para él y en este álbum llega a sorprender, pues todo lo realizado no tiene comparación.
El pop encuentra en este disco su mejor espacio, sin embargo está pensado para que se baile y el cantante pueda disfrutarlo al máximo en el escenario, sólo tiene un par de baladas, que evocan un poco el inicio del artista y una de ellas, titulada “Mentira”, se escuchará a dúo con Martina La Peligrosa, permitiéndose demostrar lo que vocalmente pueden hacer juntos.
Karoll advierte que la música puede tener una nueva dirección a nivel de sonido y si él se siente identificado con la misma, entra en ella sin prevenciones, pues hace parte de la evolución y reinvención del mercado, además está convencido de que un artista tiene que ser comercial.
Nuevamente las letras son propias, es parte de su dinámica, que sólo se obvió cuando grabó el álbum de vallenatos, inclinado por el respeto que profesa hacia el género y guiado por los compositores ya conocidos, pero no porque se sintiera incapaz de hacerlo.
Karoll Márquez es un artista independiente, que si bien ha cumplido las metas propuestas, sigue preparándose para la internacionalización de su carrera musical, algo para lo cual ya está listo, pero que requiere de otros elementos como el apoyo de terceros.
Dentro de los planes más cercanos, este artista tiene la visión de buscar nuevamente su base en su tierra, en casa, en Cartagena. Cree que hay momentos en la vida que requieren de más calma, pese a que es muy joven, considera que su ciudad es un lugar creativamente estratégico y estar en el Caribe con manifestaciones artísticas muy marcadas, puede llegar a ser inspirador.
Su conexión con Cartagena le indica que regresar a sus raíces puede ser productivo, la calma de la provincia es enriquecedora y ayuda al aprendizaje, algo que Karoll valora notablemente por lo que no descarta ese regreso soñado.
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