Inquieta, en el buen sentido de la palabra, así se define esta chica de rostro angelical que ha cautivado nuevamente a la teleaudiencia con su talento y gracia, pues cada noche llega enmarcada en un ambiente vallenato que no le es ajeno y que además disfruta.
María Laura Quintero ha sido reina, presentadora, actriz y hasta empresaria, además, a todo esto se le suman proyectos que van de la mano con el medio y el instante que esté viviendo, advierte que trata de hacer realidad sus sueños e ideas.
La disciplina es su principal elemento de motivación, pues a través de ese valor ha llegado a materializar sus sueños desde muy pequeña, con el apoyo de la familia, se vinculó activamente con el arte, haciendo de éste parte importante de su vida.
Nació en Valledupar, ligada a ese saber que emana naturalmente en los hijos del Cesar, el cual se fue cultivando con talleres impartidos en la Casa de la Cultura desde cuando tenía diez años impulsada por su padre Efraín Quintero, al tiempo su mamá María Elisa Dangond hacía lo propio en la televisión, llevando a María Laura a un mundo privilegiado en conocimiento.
Ante las cámaras y en las pasarelas
A los catorce años María Laura tenía una sección en el noticiero regional, con audiencia en La Guajira, Magdalena y obviamente en el Cesar, donde aprendió el complejo manejo de este medio, llegando a escribir, editar y producir con herramientas reales que le exigían disciplina y preparación.
Paradójicamente al emprender el estudio profesional, María Laura se inclinó por Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales en la Universidad Externado, una carrera que complementa la formación empírica pero con responsabilidad que le acompaña desde siempre.
Aún no culminaba la carrera cuando llegó una nueva oportunidad de foguearse ante el público, esta vez en el Concurso Nacional de Belleza 2011 representando a su Departamento. Dice que no tenía planeado ser reina, pero esta puerta se “abrió” ante ella y no dudó en hacer de la ocasión un nuevo reto que sabía iba a dejar cosas buenas si se aprovechaba de la mejor manera.
Es creyente y piensa que Dios siempre muestra el camino, sólo resta en cada quien recibir con buena actitud y eso hizo con esa experiencia que le dejó mucha seguridad personal, también prudencia, tolerancia y respeto, un fortalecimiento total de los valores.
Una vez culminado este proceso, María Laura Quintero fue nombrada Embajadora y anfitriona del Festival Vallenato, designación que recibió con orgullo y la llevó a trabajar en muchos frentes, uno de ellos fue desde su agencia de talentos que sirvió de plataforma para proveer personal extra en una producción nacional.
Se trató de la novela “Rafael Orozco, el ídolo”, donde le ofrecieron audicionar, otra puerta que al abrirse la llevó a tomar un nuevo reto y sencillamente se arriesgó y significó su debut en la actuación en el papel de Valerie, el cual tuvo tanta acogida, que pasó de 11 capítulos a permanecer en la producción.
A esto le siguió la presentación de “Feliz día” al lado de Agmeth Escaf, dos años frente a las cámaras de Telecaribe en un ameno programa que la devolvió a su punto inicial reforzando esa capacidad innata con un aprendizaje en vivo y la interacción con la Costa.
El encanto de la actuación
María Laura afirma que la actuación la enamoró por completo y desde que entendió que podía hacer una carrera, la preparación no se ha detenido con maestros como Víctor Hugo Morant, John Bolívar, Vicky Hernández, entre otros talleres y personalizados que le dieron la base para continuar.
La cosa iba en serio y una vez salió de las grabaciones de “Rafael Orozco”, se fue a Bogotá y la disposición también incluyó neutralización del acento, se trata de un proceso que no tiene tregua, pues siempre se dará alguna oportunidad.
En medio de proyectos como “La Cacica”, “Pambelé”, “Tu voz estéreo”, entre otros, María Laura pudo constatar su verdadera pasión, se encontró con ese personaje interior que ama el profesionalismo y está dispuesta a materializar sus sueños.
Para el personaje actual, Nevis Troya en “Los Morales”, las cosas fluyeron con la misma buena energía, comenta que en un día se revisó su evolución en el tiempo que cuenta la telenovela y de inmediato empezaron las grabaciones.
Se trató de otro reto al interpretar a la madre de Kaleth Morales, una persona muy querida que no dudó en compartir sus vivencias con la actriz que la llevaría a la pantalla, haciendo más fácil de asimilar.
María Laura advierte que si bien se trata de un personaje real, la ficción tiene mucha cabida en la producción y fue allí donde puso en práctica lo aprendido y eso innato que suele salir de ella en cada proyecto.
En el trasegar de la actuación, María Laura Quintero no teme que la encasillen en papeles de costeña, con orgullo representa a su región, sin embargo se ha preparado para interpretar cualquier personaje y en eso trabaja cada día.
Está radicada en Bogotá y viaja constantemente a Valledupar para atender asuntos relacionados con su fundación, la “Escuela de artes Casa Barco”, donde se forman 73 niños en condición de riesgo, en teatro, danza, música y artes plásticas.
Haciendo de todo un poco, María Laura también trabaja en la reactivación de su faceta como empresaria con su marca de calzado, una línea que tiene mucha relación con la fundación en la parte de diseños.
En lo que a actuación se refiere, los proyectos continúan y aunque no puede dar luz sobre los mismos, todo indica que su presencia se mantiene en la televisión colombiana, dando un balance positivo a una promisoria carrera.
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