Medianoche en París, la magia de Woody Allen

De los pocos grandes directores de cine que han dejado una gran huella en la historia del cine contemporáneo,  sin duda alguna, Woody Allen es uno de los  más influyentes.  Su cinematografía, a pesar de que está cargado de reiterativas atmósferas, diálogos y música no dejan de sorprender.  Es el mejor referente para ilustrar un estilo definido que de manera particular profundiza en las relaciones entre hombres y mujeres.
En esta oportunidad llega a las carteleras de nuestra  ciudad  “Medianoche en París”, una historia que tiene como locación una encantadora ciudad, un espacio que obedece a la pasión de Allen por descubrir y describir ciudades  seductoras y bohemias como Barcelona, Londres y Nueva York.
En esta historia,  Allen vuelve a  sorprender con magia.  Describe a un París por la mañana como preciosa;   en la tarde,  una urbe con mucho encanto;  por la  noche  una capital que hechiza,  y  en la madrugada  una ciudad que hipnotiza. Hipnotiza por su magia.
Gil es un escritor que  está de visita con su novia y sus suegros en París. Sin embargo, no goza del aprecio de los padres de su amada, quienes lo consideran poca cosa. Para sobrellevar esta situación y buscando inspiración, el protagonista prefiere caminar solo las calles a la media noche. Es ahí  donde encuentra  por arte de magia, un refugio donde se cruza, entre varios artistas e intelectuales,  con Ernest Hemingway y Scott Fitzgerald,  en una época donde el jazz  y el ambiente bohemio se transforman en una sorpresa fascinante en esta romántica aventura. Los diálogos que  Gil sostiene con los artistas se  convierten en momentos reveladores para su oficio de escritor.
Este filme es en su particular forma de narrar y mostrar a los personajes,  una reiteración  del clásico estilo de Allen. Él describe y escarba en la intimidad de sus personajes,  especialmente en la de  Gil, encarnado por  el comediante Owen Wilson, que nos recuerda los roles que él mismo director interpretara en sus anteriores películas.   En esta cinta,  Allen no deja nada al azar: los colores de la película,  el vestuario, los diálogos,  el perfil de los actores que hacen parte de esta historia, y el jazz crean la atmósfera ideal y a la que nos tiene acostumbrado el realizador.
Con Medianoche en París  su director se encontró lo que antes no había podido  con  “Match Point”,  “Scoop” “Vicky y Cristina, Barcelona”: una excelente taquilla, la cual  superó en su primer fin de semana el clásico  “Hannah y sus hermanas', que desde su estreno en 1986 ha permanecido imbatible con 40 millones de dólares.