Cada noche una actitud firme, con voz vibrante y el indiscutible acento costeño, llega a las pantallas en un seductor programa que hace temblar a muchos que se consideran cocineros, junto a ese personaje, dos más determinan el veredicto.
Ese joven barbado que intimida con la mirada, pero más con el conocimiento de lo que se está tratando, es Nicolás De Zubiría, el cartagenero que entendió que la cocina sería su modo de vida y a partir de allí cambió el chip y se dedicó por entero a ella con todas sus preparaciones.
Actualmente, además del crecimiento de sus restaurantes, Nicolás De Zubiría es uno de los jurados del prestigioso formato televisivo Master Chef en su versión Colombia y comparte esa misión con el reconocido Jorge Rausch y el español Paco Roncero, expertos en lides gastronómicas.
Tal como es de exigente con cada uno de los concursantes, el formato de Master Chef lo es con los encargados de examinar las técnicas, productos y recetas, por lo que estos tres cocineros hacen parte de un selecto grupo de expertos que se tuvo en cuenta para la producción.
Nicolás tiene herencia gastronómica y en su diario vivir la cocina es parte esencial. Creyó en su intuición y siguió la senda del sabor y el buen gusto, dejando atrás la carrera de Mercadeo y Publicidad, para adentrarse de lleno en la gastronomía, primero en Bogotá y cuando sintió que todo podía ser mejor, en Vancouver Canadá. Antes de independizarse y crear su propio negocio, trabajó en importantes restaurantes, uno de ellos de los hermanos Rausch.
En el estudio de Master Chef
Nicolás es un privilegiado si se advierte la responsabilidad que tiene en el programa. Pasó de ser un personaje talentoso, pero un tanto desconocido para el país, a un referente de buena cocina y de talento.
A Master Chef llegó tras un casting a ciegas, más adelante asistió a otro con las mismas características, pero con un grupo de reconocidos chefs del país, allí se enteró de qué se trataba y tras cuatro pruebas lo llamaron para anunciarle la decisión de la producción.
Desde cuando empezó la grabación del programa, Nicolás trata de aportar en cada segmento su conocimiento, y como no se puede ser directo con un concursante en especial, trata de que para todos resulte fácil aprender técnicas, que aprendan a reconocer los sabores que se deben buscar en cada receta, igualmente como se debe servir y decorar un plato, las cantidades y en general, la llegada al comensal.
Dentro de del programa parece ser el más estricto, aunque él aclara que los tres hacen lo propio para “sacar el jugo” al máximo a cada uno de los concursantes, que logren potencializar ese talento y de hecho se trata de encontrar a la persona que se enamore totalmente de la cocina y la vea como la forma para ganarse la vida.
Para Nicolás De Zubiría el chef ideal tiene que ser un buen líder, una persona que sepa ganarse el respeto de los demás y ante todo, saber cómo es el manejo de una cocina, de un restaurante y todo lo que envuelve esta profesión en lo que a servicio se refiere, porque a la final, se trata de un negocio. Indica que en un chef debe primar el buen gusto y la creatividad, pero siempre con el conocimiento y el respeto hacia el producto.
Después de la experiencia de este tiempo en Master Chef, este cartagenero no duda en afirmar que a cualquiera de sus pupilos podría llevar a trabajar con él, pues el talento, dedicación y el amor a la cocina, es una constante en el estudio.
Con respecto a sus compañeros jurados en Master Chef, afirma que tienen una buena relación, tanto que en los días libres se visitan en sus restaurantes y él, siendo el más joven, trata de aprender siempre, pues los considera unos excelentes mentores.
Nicolás tuvo la oportunidad de trabajar con Jorge Rausch en sus inicios y considera un privilegio haber estado en el que se considera uno de los mejores restaurantes de Colombia, indica que de él aprendió lo que es trabajar con amor a la profesión y de paso a atender a los comensales de la mejor manera.
Se formó en restaurantes, por lo que considera que la presión es fundamental para lograr muchos objetivos. “Si un cocinero no aprende a manejar la presión, se le hará difícil mantener el nivel, pues un restaurante lleno requiere más que eficiencia y preparación”, indica.
Nicolás tiene herencia gastronómica, su abuela Carmencita, con 95 años, aún cocina y está pendiente de lo que va a comer la familia. De otra parte advierte que su casa siempre se caracterizó por ser el sitio perfecto para recibir familia, amigos y hasta cerrar negocios, entonces la buena mesa era el pretexto para reunirlos.
La gastronomía cartagenera es la que lo seduce totalmente y a través de su recorrido profesional, se atreve a afirmar que todas son dignas de probarse, pues todas las cocinas tienen su magia. Cocina en casa cada vez que puede, a su manera de ver es más fácil, pues se trata de preparar platos para la gente que más quiere.
Nicolás advierte que la cocina colombiana es muy rica en cuanto a sabores, aspecto y variedad. Cree que tiene un potencial enorme y está en manos de los cocineros darle la importancia que se merece para que de esta manera logre cruzar fronteras.
Después de Master Chef seguirá trabajando, creando nuevos proyectos y programando aportes a la gastronomía nacional. Afirma que tiene a Cartagena en el “radar” y se alista a ver si puede organizar uno de esos proyectos en su ciudad.
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