La palabra compromiso es muy común en el voca-bulario de Juliana López, la joven cartagenera que tra-zándose metas ha logrado el bienestar de muchas personas y ahora se en-cuentra frente a uno de los retos más grandes de su trayectoria profesional. Recientemente, Juliana fue nombrada gerente del Centro de Convenciones de Cartagena, teniendo como base reconocimien-tos que van más allá de su impecable hoja de vida, pues su labor al frente de fundaciones, dio lugar a pensar en su experiencia. Durante los últimos siete años, su trabajo se fundamentó en dar carác-ter de empresa a las fun-daciones que dirigió, a convocar otras organiza-ciones del sector para for-mar una red de ayuda inte-gral y lo logró. Juliana López es inge-niera industrial de la Uni-versidad Tecnológica de Bolívar, con una maestría en Negocios Internacio-nales en la Universidad de la Florida y hoy se en-cuentra agradecida con la designación, toda vez que depositaron confianza en alguien que trabajó en el sector social y dejó huella. Considera que puede desarrollar este cargo con una visión integral de la ciudad, ya que anterior-mente tuvo la oportunidad de adentrarse en cada una de las necesidades y for-talezas de Cartagena desde lo social. Se ha enfocado en ese trabajo que va a aportar mucho a la ciudad y en responder con resultados positivos a estos inversio-nistas que vieron en Car-tagena un panorama de negocios más amplio. Cree que de alguna ma-nera puede seguir ayudan-do desde el Centro de Convenciones al personal que se capacita y desarro-lla en las fundaciones, tal es el caso de quienes tie-nen a su cargo los patios productivos, que en algún momento podrían ser pro-veedores de insumos para la cocina. De otra parte, también se abre la posibilidad de dar participación a los jó-venes que estas fundacio-nes preparan en temas de hotelería, atención a eventos, gastronomía, en-tre otras. Juliana llegó y de inme-diato visualizó lo que se podía hacer, apoyada en el Grupo Heroica, que tiene una cultura de responsabi-lidad social, que confiesa, fue lo que más la motivó a moverse de su trabajo an-terior en la Dirección de la Fundación Aluna. Retos que forman Juliana López disfruta al máximo cada uno de los cargos que ha desarrolla-do. Advierte que la prime-ra etapa de su vida laboral estuvo determinada por los “medio tiempo”, pues en Miami junto a su espo-so Augusto Beltrán, en-contró apoyo, pero tam-bién se dedicó a su tarea de madre con Juliana y Laura, sus dos hijas. Al regresar a Cartage-na, se incorporó a la Uni-versidad Tecnológica de Bolívar en la planeación del Centro Internacional, una experiencia que le dejó a la institución conve-nios con varias universida-des y la gestión de becas de maestrías para docen-tes. Más adelante ingresó a la banca, un conocimiento adicional del tema corpo-rativo, el cual ha sabido aprovechar, sin dejar de lado la inclinación hacia el sector social, en el cual quería trabajar, pero ob-viamente desde su profe-sión. Juliana empezó este pe-riplo con la fundación “Granitos de paz”, la cual presenta un modelo de de-sarrollo integral a una co-munidad, basado en la evaluación de la misma y se establecen programas. Partieron de cero, afir-ma, fue la directora ejecu-tiva de la fundación por más de tres años, para de-jarla en manos de una per-sona muy capacitada y ella aceptar el reto de dirigir Aluna, fundación para ni-ños con discapacidad cog-nitiva. Esa gestión además de generarle experiencia, le proporcionó un compromi-so personal que la mantu-vo feliz y que de alguna manera le creó un vínculo, pues ahora hace parte de su junta directiva. Al Centro de Conven-ciones llegó tras un llama-do de una empresa espe-cializada en selección y tras un proceso de dos meses con pruebas y en-trevistas, llegó al cargo que hoy la mantiene ex-pectante, pero con metas ya trazadas. Juliana confiesa que aceptar este nuevo reto fue una decisión de familia, hubo consenso, pues todos son parte fundamental de un proceso que incluye ratos juntos y viajes más frecuentes de la mamá. En este caso la tecnolo-gía es “amiga”, las comu-nicaciones fluyen desde cualquier lugar y la unión que han mantenido siem-pre es la mejor aliada para seguir adelante. La concesión del Cen-tro de Convenciones es por diez años, Juliana aspi-ra a estar en los mismos. El tema empieza por eje-cutar un plan de inversio-nes bien diligente para po-nerlo a tono desde el punto de vista de infraestructura, tecnología y competitivi-dad. Es una gestión impor-tante, de seguir atrayendo más eventos y hacer alian-zas estratégicas con los entes de la ciudad, para potencializar a Cartagena, que es el mayor objetivo de su labor.
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