Revista viernes


Terminé la carrera, ¿y ahora?

HEIDI LLANES

24 de febrero de 2017 12:00 AM

El interrogante es casi general en los egresados. Decidir inmediatamente qué se va a hacer, es parte del proyecto de vida y lo cierto es que se abre un camino con tres panoramas, uno de ellos es el trabajo, el otro consiste en optar por cursos cortos de educación continua, o un posgrado.

Al escoger el trabajo, se empieza a implementar lo aprendido y por tanto a adquirir experiencia, además de percibir el ingreso salarial, una opción muy favorecedora si se tiene en cuenta que las expectativas comienzan a cumplirse.

Los cursos de educación continua por su parte van a permitir una constante actualización de información específica y no rivalizan con el trabajo, por lo que se puede acceder a estas dos opciones a la vez.

Al pensar en un posgrado, la preparación va más allá, pues se trata de obtener acceso al último nivel de conocimiento disponible y competencias para moldear de forma crítica la profesión, que es donde se empieza a marcar la diferencia.

¿Qué es un posgrado?

El Ministerio de Educación lo define como el último nivel de los programas de educación superior, y éste debe contribuir a fortalecer las bases de la capacidad del país para la generación, transferencia, apropiación y aplicación del conocimiento, es decir, este estudio debe servir para el desarrollo sostenible del país.

Al tomar la decisión de cursar un posgrado, se entiende que el individuo quiere avanzar en su nivel de conocimiento, ser un experto en un tema específico y otro aspecto muy importante está en la expectativa laboral, ya que es cada vez más común una serie de requerimientos que sólo aporta la especialización.

Entrando en el panorama de los posgrados, se encuentran tres niveles que son: especialización, maestría y doctorados, cada uno con sus ventajas bien definidas, afirma Rocío Padilla, directora del Centro de Posgrados de la Universidad de Cartagena.

La inclinación por alguna de estas opciones siempre va a depender del proyecto de vida del egresado, nunca una elección será mejor que la otra, pues allí va a primar la que se adapte a necesidades y posibilidades.

¿Cuándo y qué escoger?

Especialización: Esta opción es ideal cuando definitivamente el egresado busca tener habilidades para la aplicación del conocimiento, quiere cualificarse y ser mejor en su desempeño laboral y la gran ventaja está en poder ejercer laboralmente mientras se cursa, pues generalmente las especializaciones son programas de un año en horarios flexibles. Entre otras ventajas, para este programa está la experiencia laboral, toda vez que resulta más provechoso el estudio al encontrarle sentido y razón a lo que se está haciendo.

Maestría: Aquí se sitúan las personas con inquietudes más allá de esas habilidades laborales, el conocimiento en esta opción se amplía para dar solución a problemas específicos. Con ésta se obtiene una formación básica en investigación, es decir, se trata del primer nivel en materia de investigación.

Estos programas en Colombia generalmente tienen una duración de dos años y tienen todos como requisito un programa de investigación, que dependiendo del tipo de maestría será aplicada o de nuevo conocimiento.

Doctorado: Al hablar de este paso se trata netamente de investigación, de principio a fin. Son programas de cuatro años e incluso más, en su mayoría requieren dedicación absoluta, aunque algunos casos permiten la vinculación laboral, pero generalmente no es así. Este programa forma investigadores autónomos, donde se pertenece a comunidades científicas y se está muy ligado a movilidad internacional, pues es la mejor forma de estudiar los avances.

El tiempo para continuar

La pregunta que siempre acompaña al egresado es ¿cuál es el tiempo propicio para hacer un posgrado?. No existe una respuesta para esto, explica Rocío Padilla, siempre depende de las posibilidades y los planes y ambas tendrán ventajas y desventajas, advierte.

Si se cursa una vez culminado el pregrado, el ritmo de estudio no se ha perdido, por tanto se da continuidad y se mejora la expectativa laboral al terminarlo, sin embargo si se cursa años después, la parte positiva está en la experiencia laboral adquirida y se alcanzarán herramientas para desarrollar.

La financiación es otro aspecto que se debe tener en cuenta, lo ideal sería contar con recursos propios para tener autonomía e independencia, de no ser así, está la opción de las becas, nacionales o internacionales, las mismas que exigen un buen promedio académico desde el pregrado, hablar un segundo idioma, preferiblemente el inglés y obviamente la persona tendrá que dar una contraprestación por esa beca.

En lo que a financiación se refiere, los préstamos también representan una alternativa de financiación, bien sea con entidades financieras o gubernamentales, pero siempre serán una opción a la mano.

¿Dónde lo estudio?

El mundo quedó pequeño y la persona puede ir donde quiera. Existen infinidad de propuestas de estudios auspiciadas por asociaciones internacionales, sin embargo en Colombia hay una oferta muy buena aunque mayormente concentrada en la Región Andina, en segundo lugar la Caribe, pero con posgrados que a todos convienen y que pueden llenar expectativas.

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