Un concierto para la posteridad

La tarde comenzaba a mojarse, pequeñas pero insistentes gotas se encar-gaban de bajar la tempe-ratura típica de la patrimo-nial y costeña Cartagena de Indias. En estos casos lo co-mún podría ser: bañarse en el agua, sentarse a contemplar la caída de la lluvia o hasta acostarse a dormir, pero esto no es lo que le sucede a cientos de jóvenes que, a pesar de la pertinaz lluvia e inclemen-cia del tiempo, acompañan el chaparrón con notas sa-lidas de sus instrumentos musicales. Los percusionistas se agrupan a un lado del par-queadero principal, bajo una carpa que los aísla del temporal. Y todos, guiados por su profesor, alegran el ambiente con sus sonidos. En uno de los salones techados se hacen los ins-trumentistas de cuerdas, los que enarbolan violines, chelos y contrabajos para recordarle al oído humano que la belleza existe. Los de viento son invitados de honor al festín. Trompetas, oboes, trombones y clari-netes purifican el ambiente sonoro de aquel lugar lleno de magia llamado Ciudad Escolar Comfenalco, para muchos, el mejor colegio de La Heroica. Para Comfenalco Carta-gena, la infancia es la base de los futuros aprendiza-jes. Si no se empieza a en-señarles música desde pe-queños o si se limita la en-señanza musical infantil a unas cuantas canciones de tradición popular, los niños nunca podrán comprender la música. La Escuela de Música de la Ciudad Escolar Comfenalco, integrada por 500 alumnos cuyas edades oscilan entre los 8 y 16 años, nació en abril del año 2002, apoyado por el Di-rector de la Caja de Com-pensación Familiar Comfenalco Cartagena, Ri-cardo Segovia Brid; y fun-dada por el Maestro Edgar Avilán Cáceres. A partir de esa fecha, los instrumen-tos de la Filarmónica ne-cesitaban tener vida. Es cuando el Maestro Avilán junto a los arre-glistas Edgar Avilán Díaz y Álvaro Hernández Castro, lideran el Proyecto Musi-cal más ambicioso en una institución educativa de la Costa Caribe. La Filarmónica nunca pasa desapercibida, cuando vemos las almas humildes de aquellos que con su gran talento, le proporcio-nan vida a aquellos ins-trumentos ávidos de ex-presión, es entonces, cuando valoramos y admi-ramos a los niños y jóve-nes que dan todo de sí, lo-grando dar una esperanza a la vida que apenas inician. En 2008 y lo que va del 2009, la Escuela de Música de Comfenalco ha realiza-do más de 200 presenta-ciones en diferentes géne-ros musicales, con una co-bertura aproximada de 20.000 espectadores, la mayoría niños de los sec-tores más marginados y apartados de la región Ca-ribe; retroalimentando así a la comunidad a la que pertenecen, con los valo-res que se les han inculca-do, sabiendo que no son ajenos a esa realidad que los vio nacer, criados en sectores populares mu-chos de estos rodeados de odio y violencia. El concierto al que fui-mos invitados a tocar junto al tenor Plácido Domingo, surgió luego de una reu-nión de los empresarios del concierto, con la alcal-desa Judith Pinedo y el di-rector nacional de Batuta, Juan Antonio Cuellar, quien ya había escuchado a la filarmónica en un con-cierto que ofrecieron en la ciudad de Bogotá invitados por la Universidad Javeria-na hace tres años y por eso su admiración al proyecto de la Escuela de Música de Comfenalco, se atrevió a recomendar a los niños de Cartagena. En este momento, la felicidad tanto para los in-tegrantes de la Filarmóni-ca como para toda la fami-lia Comfenalco, es la de poder compartir escenario con el mejor tenor del mundo, el Maestro Plácido Domingo, con quien pre-sentará un concierto histó-rico. La carrera contra reloj empezó en el momento en que llegaron las partituras para el concierto, en la tarde del lunes 24 de agosto. Dichas partituras pertenecían a 20 obras entre las que se destacan “Bésame mucho”, “La bo-da de Luis Alonso”, “Poeta y Aldeano”, entre otras, todas para formato sinfóni-co, para las familias de las cuerdas, maderas, metales y percusión. El trabajo ti-tánico ha sido tal que los estudiantes dejaron de asistir a su rutina académi-ca desde la mañana del martes 25 hasta el día del concierto para dedicar el 100% del tiempo al estudio de dichas obras. El esfuer-zo es arduo pero la emo-ción y la valentía para asumir el reto son incon-mensurables. La oportunidad está y la Filarmónica Juvenil de Comfenalco no piensa de-saprovecharla, porque sa-be que en el concierto de mañana no sólo representa al colegio o a la Caja, sino a la ciudad de Cartagena y a Colombia. *Coordinador y arreglista de la Escuela de Música