Esta es la historia de un millonario que rechaza una oferta... millonaria. Evan Spiegel tiene 23 años y hace dos semanas decidió que su creación, llamada Snapchat no sería vendida a Facebook, por más del tiple de su valoración, es decir, por un total de 3.000 millones de dólares.
Tal como Tumblr e Instagram, Snapchat, un servicio de chat que permite intercambiar fotos que desaparecen luego de ser vistas, resulta un apetitoso manjar para las grandes firmas de internet.
Tiene tecnología propia ya desarrollada, audiencia en crecimiento y mucho potencial, aunque, paradójicamente, en ninguno de los casos citados se ha demostrado que tenga retornos de inversión sólidos.
¿Vale la pena abandonar la oferta? Según el sitio Cnet.com, el cofundador de este sitio de moda, viene de una familia acomodada, de California al que le gustan los carros de lujo. Aumentar su capital no sería una razón para venderlo.
Aunque aún no hay claridad sobre cómo construirán sus ingresos, muchas opciones se juntan en casos como estos. Para Camila Echavarría, cofundadora de 1Tucan.com, empresa de desarrollo paisa, en ocasiones hay oferta de compra cuando el objetivo resulta ser una competencia creciente.
Fue el caso de la compañía de publicidad AdMob, que fue adquirida en 2009 por Google. Hoy no queda ni rastro de ella ni de sus tarifas. Recuerda a Instagram, con la que hasta ahora se ha respetado la esencia de la aplicación y podría pensarse que la decisión de que funcione de forma independiente garantizará su supervivencia.
Sin duda, "el sueño de todo desarrollador es que Google o Facebook compre la propia creación". No solo implica una atractiva suma de dinero, sino la posibilidad de crecer aún más rápidamente.
Además, la oferta de Facebook resulta una coincidencia interesante, en especial en un momento en el que el gigante de las redes sociales percibe un declive en el uso de la red por parte de los adolescentes.
Justo en ese segmento es donde Snapchat es un servicio muy popular: procesa 400 millones de mensajes por día y suele asociársele con una opción para hacer "sexting": intercambiar fotos con contenido sexual. Aunque no es algo con lo que los creadores quieran que se les relacione. En el blog oficial dejan claro que si bien no nació para registrar "momentos kodak (...) la idea es crear un espacio para ser divertidos, honestos, o lo que quiera ser al compartir un snap"
Admiten, esto sí, que tenían picos en las épocas escolares y descubrieron que entre los usos "creativos" de sus usuarios estaba el intercambio de notas de clase.
Este mundo de lo "efímero" se apoya en la fiebre del chat, a través de sistemas de mensajería instantánea que también crecen como espuma, pero cuyos rastros, en vez de desaparecer, aún si se eliminan, quedan guardados en los servidores de su dueños: Apple, Line, Whatsapp o Blackberry.
Para los fundadores de Snapchat, el hecho de que desaparezca el contenido, es parte de su derecho de autoexpresión y creen que así serán las redes del futuro. Quizás no sea esta una razón suficiente para sobrevivir en el tiempo.
Camilo Gómez, director de C2 Game Estudio, explica que los usuarios de Facebook son más leales. Llevan años construyendo sus amigos y "salirse de allí les resulta costoso", mientras que los contactos de Snapchat están en la libreta de teléfonos. Además, "la tecnología de ellos es innovadora en el concepto pero no es difícil de replicar", indica. Si llegan con publicidad, la fórmula probada y más acudida, podría darse una fuga masiva. Lo que, por ahora, está por verse.
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