Alberto Negrete Salcedo es un cardiólogo y electrofisiólogo monteriano de 52 años que actualmente está radicado en Cali desde donde impulsa un dispositivo que evita el trasplante de corazón y funciona mejor que un marcapasos tradicional.
Dentro de los problemas eléctricos del corazón se encuentran las arritmias y bloqueos cardiacos que generalmente son tratados con marcapasos, dispositivos que, a través de impulsos eléctricos, normalizan el funcionamiento de este músculo tan importante.
Colombia es país líder en la implementación de marcapasos externos y ahora comienza su camino para generalizar la inclusión de resincronizadores para tratar pacientes con insuficiencia cardiaca sin los riesgos de un trasplante y dificultades de un marcapasos externo.
MARCAPASOS Y RESINCRONIZADORES
El marcapasos externo ha sido una solución que en cierta medida es efectiva pero su implantación es temporal debido a que se convierte en una parte fundamental del corazón. En resumidas cuentas, el corazón empieza a depender del aparato para continuar funcionando.
Hace algunos años se desarrolló una nueva generación de marcapasos cuya finalidad es reactivar la función cardiaca a través de la estimulación eléctrica en pacientes que presentan falla cardiaca.
“Se dice que un corazón tiene falla cardiaca cuando su fracción de eyección es menor del 35%. Se debe tener en cuenta que un corazón sano tiene una fracción mayor del 60%”, explica Alberto Negrete.
Con la llegada del marcapasos, muchos pacientes con afecciones del corazón podían continuar sus vidas manteniendo el corazón en movimiento para que no se detuviera. De esta forma se evitaba un trasplante de corazón, con todos los riesgos que esto implica.
Después de ciertos estudios, los investigadores comprobaron que a través de la estimulación eléctrica se podía reactivar el músculo hibernado o adormecido. Aquí nacieron los resincronizadores que estimulan al corazón para que este siga funcionando y no para evitar una detención inminente del músculo.
EL PROBLEMA DE LOS PRIMEROS RESINCRONIZADORES
En el año 2002 Alberto Negrete, implantó el primer resincronizador en Colombia que aunque dio excelentes resultados, empezó a presentar problemas con el paso del tiempo.
La primera dificultad que se encontró fue al momento de realizar el implante a través de un catéter femoral. La implantación de este resincronizador dependía completamente de la anatomía del paciente.
“El sistema circulatorio varía entre las personas. Las venas y arterias se distribuyen por el cuerpo de formas diferentes y es por esto que en ocasiones encontrábamos pacientes con anatomías desfavorables en donde no se ubicaba una vena fundamental que atravesaba ambos lados del corazón”, explicó Negrete.
Por otro lado, a los pacientes a los que se le lograba implantar el resincronizador, con el paso del tiempo iban aumentando la necesidad de voltaje.
“La fibrosis que se iba generando por la estimulación eléctrica creaba una barrera que eventualmente impedía la correcta conductividad del choque eléctrico”, ilustra el cardiólogo monteriano.
Los resincronizadores tenían una necesidad de 1 voltio por pulsación pero en cada control el paciente iba aumentando su necesidad de energía. Los resincronizadores tienen una capacidad de 6 voltios y finalmente era imposible hacer que el resincronizador funcionara correctamente pues se excedía la capacidad energética del dispositivo.
EL MÉTODO JURDHAM
La evolución de los resincronizadores vio la luz con el método Jurdham que cambia la forma de implantar el dispositivo y optimiza el funcionamiento del mismo.
La innovadora técnica no depende de la anatomía del sistema circulatorio y se implanta en lugares comunes para cualquier paciente. Además, ahora el implante es ubicado en un lugar interno del corazón en el que no se genera fibrosis reduciendo la necesidad de voltaje a 0.25 voltios por pulsaciones.
La reactivación del corazón se optimiza al realizar la estimulación interna cuya necesidad energética es inferior a la estimulación externa de un resincronizador de primera generación.
El procedimiento atraviesa el septum (pared) que divide los ventrículos, hasta implantar un electrodo especial dentro del ventrículo izquierdo. Estando ahí simplemente es cuestión de conectar el aparato hasta la clavícula para el monitoreo.
Alberto Negrete ya realizó el primer implante exitoso a un abuelo de 65 años en Cali con este revolucionario método. A la fecha de esta publicación ya se tenían 5 candidatos más para recibir la intervención que garantiza una funcionalidad del corazón de hasta el 80% en 24 horas.
“Es una técnica milagrosa porque al día siguiente de la operación, el paciente entra al consultorio sin ninguna ayuda y realiza actividades que cualquier persona con un corazón completamente funcional puede ejecutar”, anota Alberto Negrete que actualmente trabaja con su grupo de investigadores y evangelizadores de la técnica en el Centro Médico Imbanaco de Cali.
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