La compra de Verizon de la parte que Vodafone tenía en su empresa conjunta en EEUU por 130.000 millones de dólares marca una nueva etapa, sin duda una de las últimas, en la consolidación del sector de la telefonía móvil en EEUU.
Este acuerdo anunciado el lunes y anticipado como una posibilidad por la propia empresa, ocurre luego de varios movimientos que modificaron profundamente el mapa de esta industria en EEUU.
Luego de años de conversaciones, Deutsche Telekom terminó en mayo la unión de su filial T-Mobile USA, cuarta del sector, con su competidor MetroPCS, el quinto del mercado.
En julio, el grupo japonés SoftBank compró a su par estadounidense Sprint Nextel, número tres del sector por 21.600 millones de USD.
Estas operaciones permiten a estas empresas disponer de más medios para competir con los líderes del mercado: Verizon y AT&T.
T-Mobile USA lanzó así una verdadera ofensiva de marketing para conquistar nuevos clientes, ofreciendo a sus compradores el iPhone de Apple e invirtiendo en redes 4G.
Estos esfuerzos le dieron resultado pues entre abril y junio ganó 688.000 nuevos clientes de telefonía celular.
El titular de Softbank, Masayoshi Son, prometió por su parte una inversión de 16.000 millones de dólares en dos años para optimizar la red de Sprint y recuperar su retraso con sus competidores.
AT&T en tanto, compró en julio a un pequeño competidor, Leap Wireless, para posicionarse mejor en el mercado de prepagos. Esta operación le permitió recuperar frecuencias que no eran usadas por Leap Wireless para su propia red de telefonía móvil de cuarta generación.
El acuerdo de Vodafone y Verizon, que constituye la segunda mayor transacción de la Historia en términos monetarios, "mara el final de la consolidación del mercado en EEUU para los grandes operadores", según Gregori Volokhine, estratega de Meeschaert New York.
Verizon y AT&T "no pueden crecer más de forma orgánica pues cualquier compra adicional sería con seguridad rechazada por las autoridades de regulación estadounidenses", explicó.
AT&T abandonó así en 2011 su proyecto de compra de T-Mobile USA pues el gobierno se oponía a esta fusión.
T-Mobile o Sprint que quieren "tratar de posicionarse a la cabeza" del sector pueden todavía adquirir pequeños operadores locales, consideró Volokhine. Pero operaciones de gran envergadura parecen poco probables.
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