Durante una pelea, el presunto ladrón afirmó que robar también era un “trabajo” provocando indignación. Además, admitió tener 17 anotaciones judiciales.
La Fiscalía entregó las pruebas que permitieron que al presunto delincuente lo enviaran a la cárcel. Habría agredido a la víctima y su madre, de 53 años.
Los presuntos criminales expulsaban a familias de sus viviendas para después usarlas como centros de almacenamiento para armas y sustancias alucinógenas.