Francisco solicitó a la comunidad internacional un compromiso para que, una vez dejen las armas, se pueda “reparar el tejido social y comenzar la reconstrucción y la recuperación económica”.
El mandatario defendió la retirada de las tropas de EE.UU. del territorio sirio: “No somos un agente policial. Ya es hora de que nos vayamos a casa”, subrayó.
Según una ONG que documenta agresiones contra médicos en Siria, desde 2011 ha habido al menos 583 ataques contra instalaciones sanitarias, 266 de ellas desde que Rusia comenzó su intervención.
El anuncio llegó después de que el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, insinuara que algunas de las acciones de las fuerzas turcas en su incursión en el norte de Siria “parecen ser” crímenes de guerra.