Organizaciones de ayuda han podido acceder a lugares hasta ahora aislados, como Cayo Elbow, donde se revela la misma situación de Gran Bahama e Islas Ábaco: destrucción, barro y sin nada en pie, así como barcos inservibles y vehículos enterrados.
Una semana después del lento y devastador paso del huracán Dorian por el norte de Bahamas, Freeport, la segunda ciudad más importante del país, trabaja duro para no caer en el desánimo e intentar volver a la normalidad a pesar de seguir sin electricidad y escasear el agua corriente.
Dorian se encamina lentamente hacia Estados Unidos, cuya costa sureste se prepara con evacuaciones obligatorias y declaraciones de “estado de emergencia”.
El primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, dijo que lamentablemente la cifra aumentará y que hay heridos graves entre la más de una veintena de las Islas Ábaco.
El meteoro se tomó un catastrófico descanso de un día sobre el noroeste de Bahamas en su avance, provocando inundaciones en las islas de Ábaco y Gran Bahama, con paredes de agua que alcanzaron el segundo piso de los edificios. Se espera que en próximos días llegue a la Florida.
La tormenta de categoría 4 se mantuvo casi estática mientras despedazaba techos, volcaba vehículos y obligaba incluso a los rescatistas a refugiarse mientras pasaba el temporal.