Salud


Travestis en peligro por cirugías

REDACCIÓN SALUD

26 de diciembre de 2010 12:01 AM

 En lo que va del año cinco travestis han muerto en Antioquia como consecuencia de inyectarse en su cuerpo parafina, aceite de bebé, de cocina, de turbinas de avión y de silicona, en quirófanos caseros de sala, comedor y alcoba por menos de 150 mil pesos.

Pese al riesgo, los travestis siguen practicándose las intervenciones motivados por el agüero que mueve al gremio: "la que tenga aceite en el cuerpo despega en la calle", refiriéndose al ejercicio de la prostitución. No tienen miedo porque consideran que el fracaso de estos procedimientos va "en la suerte de cada cliente". 

Veneno a largo plazo

 "La situación es muy grave en todo el Valle de Aburrá y no nos han parado bolas", dice una directiva del Grupo Lgbt de Antioquia, quien asegura que el apogeo de estas prácticas clandestinas se debe a una agresiva competencia que existe entre las travestis.

"Se trata de una problemática de salud pública, no documentada e invisibilizada", afirma la investigadora y consultora mexicana especializada en sexualidades, género y derechos humanos, Marina Bernal. "Como no se reconoce la identidad de estas personas y mucho menos se hace público el momento de morir no hay un registro real de estas muertes", agrega.

Según la Personería de Medellín, este tipo de prácticas clandestinas dejó como resultado la muerte de una travesti y el requerimiento de atención de urgencia por parte de otras tres y de un hombre gay en 2010.

Para el presidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica seccional Antioquia, Juan Sierra, los homosexuales "son un público potencial de alto riesgo" porque el deseo de verse con rasgos femeninos los induce a inyectarse cualquier sustancia tóxica desconociendo su carácter irreversible. Advierte que existe una silicona para uso médico y otra para el industrial.

La primera es sólida y tiene todos los estudios que le permiten ser usada en el cuerpo humano. Y la segunda es líquida, útil para fabricar betunes, esmaltes y lubricantes, así el expendedor de una tienda de químicos del centro, al indagarle sus usos, responda: "esto sirve más que todo para gays".

"La silicona líquida migra, no se queda en el lugar donde se inyecta. Por eso, se la ponen en los glúteos y aparece en las piernas o se sube a los pulmones, a los párpados baja al cachete o de los labios al mentón". El proceso de extracción para quienes ya padecen deformidades, daños y perjuicios, es tan complejo como revolver la mermelada con la mantequilla e intentar separarlas luego. 

Al extraer la mermelada se termina retirando mucha mantequilla. "Eso mismo pasa en el cuerpo. Se termina sacando músculos, piel, nervios...", explica el médico.

 Un problema N.N.

"Las personas que aplican estas cosas ni siquiera entran en la definición de "clínica de garaje", porque no se miran como prestadores de servicios de salud, dice la directora de Control y Vigilancia, Beatriz Lopera, descartando que alguna de las 15 quejas recibidas este año aluda a esa situación.

En el Instituto Nacional de Medicina Legal indicaron que "el sistema de información no tiene variables que capturen esos datos específicos (…;)". En el Tribunal de Ética Médica solo investigan a médicos. En la Fundación de Víctimas de Mala Estética, que recluta casos por todo el país, informaron que un cinco por ciento corresponde al sector masculino y de éste tampoco hay algo similar.

Falta formación e información

 La coordinadora de Artemisa, espacio transdisciplinario de trabajo con sede en México y Colombia, Marina Bernal, agr

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