Según revisiones históricas, el primer nacimiento de un elefante en un zoológico se dio en Londres en 1902, y fue una cría que no sobrevivió. Esta especie, que con los años fue extendiéndose en las urbes, sigue considerándose atractiva para la diversión de los seres humanos, y por eso avanza la lucha por cuidarlos, preservarlos y darles un trato digno.
Actualmente, existen en el mundo la Asociación de Zoológicos de Norteamérica, AZA; la Asociación de manejadores de elefantes; la Asociación Internacional de Elefantes; la Asociación Europea de Zoológicos y Acuarios; la Asociación Asioasutraliana de Zoológicos y Acuarios y el Departamento de Agricultura de EE.UU. que propenden por el bienestar de estos paquidermos, a los que celebran cada 12 de agosto.
Según Antonio de la Torre, explorador de National Geographic, biólogo, investigador y conservacionista mexicano, “existe una peligrosa industria de turismo salvaje que tiene a los elefantes como protagonistas de shows de acrobacia y actividades de monta.
Para ser parte de estas atracciones, los animales son aislados de sus grupos sociales, mal alimentados y sometidos a un entrenamiento violento, a base de castigos, para su domesticación”.
Esto ocurre en muchos lugares de Asia, donde además, los elefantes se ven amenazados por la destrucción y fragmentación de su hábitat, ocasionados por el aumento de poblaciones humanas y la transformación de bosques para cultivo y construcción de carreteras.
Además, existe un conflicto entre los elefantes y las personas, y como consecuencia de esto muchos elefantes son envenenados cuando entran a zonas de cultivo.
Protección a animales
en Colombia
En Colombia, afortunadamente se expidió la Ley 1638 de 2013, a partir de la cual (y en sus dos años posteriores), ordenó a los empresarios de circos, “adecuar sus espectáculos en todo el territorio nacional, sin el uso de especies silvestres o exóticas”. Se aplicó el mismo plazo, estipulado en este artículo, para que los empresarios realizaran la entrega de los animales silvestres a las autoridades ambientales.
La ley proclama que se prohíbe el uso de animales silvestres ya sean nativos o exóticos de cualquier especie, en espectáculos de circos fijos e itinerantes, sin importar su denominación, en todo el territorio nacional.
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