La reforma tributaria se tiene que retirar.


Que cosa que cada manifestación en este país termina con muertos.

Comencemos por la constitución política de Colombia.

Artículo 37: “Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente”. Esto para decir que con todo y pandemia la protesta es un derecho constitucional y que ésta se encuentra por encima de todo lo demás.

Sigamos con la constitución, con mi artículo favorito: Artículo 11: “El derecho a la vida es inviolable”. Aquí es donde comienzan los tropiezos. Parece que aquellos que dicen a viva voz que desean que las cosas cambien, nos llevan por el mismo camino de violencia y muerte; como duele ver jóvenes que salieron de sus casas motivados por buscar un mejor país, cosa que yo en su momento hice, simplemente son asesinados, cuanto duele ver como matan a un policía apuñalado por la espalda, asesinado a traición mientras cumple con su deber constitucional. ¿Es ese realmente el cambio que necesitamos? ¿Pasar de los derechos a los delitos? Si, delitos, porque el homicidio de estas personas es eso: un delito.

 

Debo decir que me motiva a escribir el dolor de patria. El ver como el ejercicio pleno  de los derechos de los ciudadanos es desvirtuado por las conductas criminales de quienes solo desean ver este país arder con tal de ver cumplidos sus deseos egoístas, sus ambiciones personales y sus codicias mezquinas, al mejor estilo de “El fin justifica los medios”, es absolutamente macondiano.

Es que invitar a la gente para que salga a la calle en plena pandemia, tercer pico, con el oxígeno escaseando, sin camas de UCI para hacer campaña política deja claro un interés paupérrimo por la vidas y la salud de esas mismas personas a las que se supone se quiere ayudar y defender. Se las dejo ahí. Lo que ocurrió en Atlanta luego de los disturbios por el asesinato de George Floyd nos dan unas luces de lo que nos espera a los médicos en 2 semanas, un recrudecimiento de la pandemia. Hablamos a mediados de mayo.

 

Los últimos hechos han utilizado el malestar más que justificado de un pueblo que con calculadora en mano saca cuentas de cuantos desfalcos llevamos en nuestro haber; y que se siente desangrado, pero que bien vendría que además de calculadora también saquemos calendario, para que no se nos olvide desde cuando viene ocurriendo esto, con lapicero además para que anotemos los nombres de los implicados y además con buena memoria, por que es en las urnas donde se castiga la corrupción en una democracia, no matándonos entre nosotros mismos y mucho menos sumiendo ciudades enteras en el caos.

 

Respecto al proyecto de reforma tributaria tengo tres cosas para decir:

1- No se puede combatir la pobreza creando más pobres, y esta carga tributaria sólo terminará por empobrecernos aún más. Poner IVA a los alimentos en un país donde personas pasan hambre no tiene presentación.

2.- Los subsidios de hoy son los impuestos de mañana. El sueño del estado nórdico se paga del bolsillo de los contribuyentes, porque nada es gratis en la vida. El mejor subsidio es un trabajo digno.

3- Por último pero no menos importante, si algo tengo claro es que a Colombia no le faltan impuestos; le sobran ladrones.

 

La reforma se tiene que retirar, el presidente debe escuchar el sentir del pueblo al que representa, que democráticamente lo eligió. Es un despropósito absoluto en momentos tan difíciles para todos seguir con esto. Es que el sentido común no tiene partido político.

A quienes dicen que esta es una lucha por los derechos y que ningún derecho se consigue sin violencia, le invito a la siguiente reflexión: si eso fuera así, Colombia tendría millones de derechos en su constitución, pero millones son millones, porque acá llevamos más de 50 años de bala y  violencia y no es que seamos precisamente el bastión de los derechos humanos. Así que si hay un país que prueba que la violencia no genera derechos, somos nosotros; definición de locura es hacer lo mismo y esperar resultados diferentes, dicen por ahí.

Los derechos se adquieren por vías legales, no destrozando ciudades, ni sembrando el terror, incendiando buses o matando seres humanos, afortunadamente Colombia todavía  es una democracia y es esa democracia la que hay que proteger y mantener. Para eso existe la legislación; ya si usted vota por legisladores que no saben hacer leyes, entonces usted es parte del problema. (Aporte Dr. Mauricio Villarreal).

“Un pueblo sale a marchar cuando un gobierno es más peligroso que el virus”, es una opinión que respeto pero que no comparto, pero si quiere saber mi opinión, si hay algo que mata más que el virus: Las dictaduras.

 


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