La ciudadela novembrina de Chambacú: una fiesta en el olvido colectivo


Fue el espacio de disfrute, festejo y  manifestación artística colectiva del cartagenero, hasta hace unos 25 años.

Por Teresa Asprilla Soto, reportera del programa de comunicación social de la Universidad de Cartagena. Entrega 14 de “Fiestas de Independencia: proyecto de cultura y periodismo”*

 
En la memoria de los cartageneros quedan muy pocos recuerdos de lo que alguna vez se celebraba en lo que ahora es el terreno desolado de Chambacú.
 
Allí, se llevaba a cabo la Ciudadela Novembrina, un conjunto de casetas al aire libre donde se concentraba la mayor parte del espacio festivo popular. Su mayor atractivo eran los inmensos picós que resonaban con música africana y del Caribe. 
 
Según palabras de Edgar Gutiérrez, profesor del programa de filosofía de la Universidad de Cartagena, casetas como la Matecaña y muchas otras, marcaron un hito en la celebración de las fiestas populares de Cartagena hacia las décadas de los 70 y los 80.
 
Este era un evento similar a la Feria Artesanal de hoy en día, pero sin el cercado; era gratuito, al aire libre y todo el que quisiera divertirse tenía acceso, no solo a la música que ponían  los picós, sino también a las orquestas que las mismas casetas llevaban; a la comida que se podía conseguir en las mesas de fritos; a las cervezas y demás bebidas alcohólicas; y al buscapiés, símbolo por excelencia de estas festividades.

Para Alfonso Arce Morales, miembro de la Red de Educadores de Cartagena, la ciudadela novembrina de Chambacú significaba un encuentro de las masas populares en torno a sus fiestas de la independencia y lo que ellas son para el pueblo: “una celebración más carnavalesca y de festejo que de conmemoración de un hecho histórico”.
 
“En Cartagena, una ciudad con múltiples dinámicas, esto es esencial y determina el cauce que toman las celebraciones novembrinas en torno a lo institucional y a lo que constituye un espacio de concertación popular pública; donde las clases menos privilegiadas de la ciudad tuvieron un lugar propio de disfrute dentro del marco de las fiestas”, agregó.
 
Sin embargo, este espacio desapareció hace aproximadamente 20 o 25 años, y una de las principales causas fue la percepción de inseguridad que se tenía el sobre el evento, lo que al final hizo que la gente dejara de ir y que desembocó en su desaparición total; no solo de la realidad física de las festividades, sino que también al parecer de la memoria colectiva de los habitantes de la ciudad. 
 
Casi no se consigue información al respecto y muchas personas a las que se les pregunta no tienen idea sobre el tema, lo que pone de manifiesto el problema, una necesidad de documentar y rememorar  algunas festividades que dinamizaban la cultura y conglomeraban al pueblo popular y racial de la ciudad.
 
Puede que la ciudadela novembrina haya desaparecido, pero lo cierto es que el pueblo cartagenero se las ingenia para vivir sus fiestas a su manera.  Tal vez fue  que cambió en su forma y se reinventó en algo distinto. Habrá que saber cuál será, pero eso es otro cuento…
 
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* Iniciativa de la Universidad de Cartagena: Programa de Comunicación Social y División de Comunicaciones y RR. PP.; la Universidad Tecnológica de Bolívar: Programa de Comunicación Social y Laboratorio de Investigación e Innovación en Cultura y Desarrollo; el Comité por la Revitalización de las Fiestas de Independencia, Programa AfroColombia de Señal Radio Colombia y la Fundación Color de Colombia.

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