SALVEMOS A LA BOQUILLA


     Con gran sorpresa la comunidad de La Boquilla, recibió la noticia de que El Tribunal Administrativo de Bolívar, declaró en primera instancia la nulidad de la titulación colectiva del territorio que otorgó el INCODER al Consejo Comunitario en el 2012.

En el cuerpo del fallo hay un mosaico de alegatos jurídicos, pero los de mayor peso son básicamente dos, que La Boquilla no es territorio baldío y que de acuerdo con el Plan de Ordenamiento Territorial POT, este corregimiento pertenece al suelo urbano del distrito de Cartagena, lo que violenta los presupuestos de la ley 70 del 93 para otorgar titulación colectiva. 

Los fallos judiciales debemos acatarlos, es una obligación, pero en lo personal me queda un sinsabor por la forma como el Tribunal resolvió esta primera instancia. 

Uno de los temas en los que mayor sinsabor queda es en la motivación que tuvo el Tribunal para anular la titulación, al indicar que La Boquilla es parte del suelo urbano del distrito. A mi juicio, un sin razón. Y lo digo porque el POT es claro a la hora de establecer los linderos del suelo urbano de Cartagena, dentro de los cuales no se encuentra La Boquilla.   

En las coordenadas del POT definidas en su artículo 50, se puede apreciar que el suelo urbano del distrito comprende varios linderos geográficos que se extienden por todo el litoral norte hasta el sector de Crespo, justo en el límite donde comienza el corregimiento de La Boquilla, que de acuerdo con estas coordenadas, no pertenece al suelo urbano del distrito, lo que deja sin piso la tesis del Tribunal. 

Así se lo hizo saber el Secretario de Planeación de la época al juez mediante un concepto técnico, que está dentro del expediente, pero el Tribunal terminó por rechazar el concepto del Distrito y asumir su propia interpretación. 

El POT define a La Boquilla como parte de lo que se denomina zona de expansión, la cual puede llegar a convertirse en suelo urbano, pero previo estudio de la Secretaría de Planeación, conforme lo establece el artículo 58 del POT, y mediado por un decreto del Alcalde del Distrito de Cartagena, el cual aun no se ha proferido. 

Es cierto que el POT actual en algunos lugares pareciera tener algunas ambigüedades respecto a la Boquilla, pero una revisión juiciosa y pormenorizada de este instrumento de planeación, nos permite dar cuenta de que este corregimiento es un Centro Poblado, ubicado dentro de la ruralidad del distrito de Cartagena, en concordancia con concepto tecnico del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial del 2009 y el DANE. 

El Tribunal soslaya estos elementos, y malinterpreta a su acomodo el artículo 51 el cual plantea que el corregimiento de La Boquilla es un centro poblado con su propio suelo urbano el cual está compuesto por las manzanas conformadas e inscritas en el catastro distrital. 

Sin adentrarnos en los otros alegatos del Tribunal, este sólo aspecto del suelo, genera gran controversia y desconcierto. Tiempo habrá para referirnos a las otras motivaciones del Tribunal.   

Esta decisión de retirarle la titulación a La Boquilla es un duro golpe a la comunidad. Deja además un precedente jurídico que preocupa a otras comunidades que en estos momentos tramitan su titulación ante la Agencia Nacional de Tierras.  

Y digo que preocupa, porque de acuerdo con la interpretación que el Tribunal hace del artículo 51 del POT, no sólo la titulación de la Boquilla está en peligro, sino la posibilidad de titulaciones en territorios como Bocachica, Bayunca, y Pasacaballos que de acuerdo con el equivocado parecer del Juez, también hacen parte del suelo urbano de Cartagena. 

De confirmarse la segunda instancia, se abre la puerta a un mayor despojo territorial en La Boquilla, que viene de años atrás cabalgando, tras la expansión de las mega inversiones del sector inmobiliario y hotelero en la zona norte de la ciudad. Por eso hablo aquí de salvar a La Boquilla. 

La Directora Nacional de Tierras, Doctora Myriam Carolina Martínez Cárdenas, debe  pronunciarse, dentro del proceso, pero también ante la opinión pública respecto a este enrevezado asunto en el que nos tiene el Tribunal Administrativo de Bolívar. 

 
La Boquilla, es un pueblo orgulloso de su raza negra; un pueblo aguerrido y curtido en mil batallas, se que en este momento sabrá levantar su voz en contra de esta situación que hoy los perjudica. Lo inmediato es enfrentar la segunda instancia, para lo cual se hace indispensable pertrecharse de sólidos argumentos jurídicos.

El Consejo Comunitario, como autoridad territorial debe fomentar la más amplia unidad entre sus pobladores, dejando atrás las fisuras que pudieran haber, y con el acompañamiento del Distrito y de los cartageneros, aprestarse a dar esta pelea por su derecho al territorio.


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