Lucho Jiménez, excoreógrafo de las Reinas de Independencia, camino a la leyenda


Su pasión, llena de creatividad y dedicación a la danza, se ha hecho popular en países asiáticos y en toda Colombia. 

Por Triana Mercado Gutiérrez, reportera del programa de Comunicación Social de la Universidad de Cartagena. Entrega 22 de “Fiestas de Independencia: proyecto de cultura y periodismo”*

 
El excoreógrafo de las reinas de independencia Luis Antonio Jiménez Herrera, es uno de los pioneros en la enseñanza de danzas modernas en Cartagena. 
 
De aspecto vigoroso e indumentaria generalmente deportiva, a sus 41 años, 26 de ellos dedicados de lleno a ser instructor de baile, hoy es uno de los coreógrafos más reconocidos en la ciudad.
 
Este cartagenero baila desde sus 8 años. 
 
Lucho, como le llaman sus conocidos, animaba grupos de baile en su escuela cuando tenía 15 años. 
 
De hecho, en los quinceañeros incorporaba novedosas expresiones corporales y creó el famoso “baile sorpresa”, una coreografía muy moderna que se hacía justo a la mitad del baile tradicional de los chambelanes y que para ese entonces no era nada común en las fiestas cartageneras.
 
En 1999, cuando Óscar Vergara (q.e.p.d.) laboraba como coreógrafo en el reinado popular, le ofreció a Lucho Jiménez ser su asistente ese mismo año. Tal experiencia le permitió mostrar su trabajo ante el público cartagenero.
 
El año siguiente viajó a Indonesia y en su retorno, en el 2001, le ofrecieron ser el coreógrafo oficial de las candidatas al Reinado de la Independencia
 
Trabajó con Yeimy Paola Vargas, la candidata ganadora de ese año, quien recibió el título de virreina nacional en el 2003 y posteriormente ganó el título de Miss Internacional 2004

Dentro de sus coreografías, Lucho destaca el montaje que hizo con Yeimy al cual llamó “Colombia tierra querida”. 
 
Llevó a escena la representación de artistas como: Pambelé, Carlos el “Pibe” Valderrama, Carlos Vives, Shakira, el “Tino” Asprilla, Juan Pablo Montoya, entre otras figuras que para ese entonces eran las más destacadas de Colombia.
 
“Hice unión de ritmos de la costa: Merecumbé con Merengue moderno, fusión de garabato, ritmo chandé, bambuco y champeta. Todo esto causó gran impacto en el público, la ovación era impresionante. 
 
Gustó tanto que compararon el montaje con los shows nacionales y yo internamente me sentía completamente orgulloso de lo que había logrado”, dijo.
 
La fama de Lucho tomó fuerza desde ese año. Además del Reinado de la Independencia, universidades como el Tecnológico Comfenalco, la Universidad de San Buenaventura, y la Universidad de Cartagena solicitaron a Jiménez como instructor de danzas modernas. 
 
En ese entonces también realizaba presentaciones en la mayoría de los eventos sociales en los estratos más elevados; incluso lo llamaron a ser jurado en algunos eventos de la ciudad. 
 
Pero no solo fue a nivel local.  En países como China e Indonesia el nombre de Lucho Jiménez también se reconocía; la academia donde él instruía era muy concurrida, pues adquirió una gran reputación por su gran desempeño y sus excelentes resultados. 
 
El sabor, la alegría, la pasión que ponía en cada movimiento y que hacía trasmitir a las chicas, fue lo que caracterizó el trabajo de Lucho Jiménez, logrando reconocimiento en el Reinado Popular y distinción entre otros instructores. 
 
Afirma que la mayoría de los coreógrafos son muy rígidos e intolerantes; él les brindaba confianza a las bailarinas para que, más que como una figura autoritaria, lo vieran como un ejemplo a seguir.
 
Su metodología posee un carácter pedagógico. Lucho trabaja los movimientos individuales de las bailarinas. 
 
Él siempre ha sido consciente de que no todos nacen con el don del baile y por eso  trabaja mucho en pulir cada paso. Trata siempre de darles sutileza, elegancia, simpleza y fuerza; aquella que le impregnó a las candidatas, haciendo de sus presentaciones todo un espectáculo. 
 
Tal como crecía su popularidad crecían los chismes sobre él. 
 
En el 2007, último año en el que trabajó como coreógrafo para el Reinado de la Independencia, ganó el barrio las Gaviotas y por ser él residente de ese barrio surgieron rumores donde se afirmaba que él había influido en la victoria de esa candidata.
 
“Yo solo era un simple coreógrafo, eso lo manejan otras personas. Lo que la hizo ganar fue que la reina popular de ese año no quiso bailar y como ella bailaba mucho, yo la puse en el centro y eso la hizo destacar”, expresó.
 
Luis Antonio decidió dejar de trabajar en el Reinado de la Independencia y aceptó una invitación que le hicieron el siguiente año a trabajar con el Reinado de San Andrés y Providencia, labor que hizo durante 3 años consecutivos. 
 
Su trabajo fue entonces simultáneo entre Cartagena, Indonesia, San Andrés y China, con ayuda de su preparado equipo de trabajo que siempre lo cubre cuando él se ausenta. 
 
Actualmente trabaja en su ciudad natal y mantiene proyectos en los países asiáticos. 
 
Por su experiencia afirma que es mejor “No casarse con un solo lugar”. Por ello continua trabajando en el exterior; es docente en algunas instituciones de la ciudad, realiza jornadas de baile y recreación en el Centro Comercial Paseo de la Castellana y tiene planes a futuro que planea seguir desarrollando, pero son totalmente ajenos a las festividades cartageneras.
 
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* Iniciativa de la Universidad de Cartagena: Programa de Comunicación Social y División de Comunicaciones y RR. PP.; la Universidad Tecnológica de Bolívar: Programa de Comunicación Social y Laboratorio de Investigación e Innovación en Cultura y Desarrollo; el Comité por la Revitalización de las Fiestas de Independencia, Programa AfroColombia de Señal Radio Colombia y la Fundación Color de Colombia.
 

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