El deber ser versus la realidad.


El deber ser indica que los estudiantes desde la Básica hasta Nivel Supèrior  necesitan completar su proceso de formación académica tal como se venía haciendo hasta que apareció el covid 19. Eso no lo discute nadie.

Para los padres de familia, la escuela es por definición un entorno protector y seguro para sus chicos, y para ellos es el mejor espacio para socializar y  alejarse a veces de ambientes familiares poco sanos.

Para los maestros(as) la escuela más allá de ser el espacio laboral es también  un mundo de oportunidades para crecimiento personal  que deja huella  para toda la vida.

La pandemia del covid 19 encerró a todos en casa. Planteo el reto inmediato del aula virtual sin mediar ningún proceso de formación express, simplemente patos al agua. Se fue así.

Aun  en medio de todas las variables en contra, sé que mis colegas han puesto el pecho y más por cumplir con el sagrado deber de garantizar el acceso al derecho a la Educación.

Cuando ya van dos meses y medio de esta nueva forma laboral, y con todas las circunstancias particulares que a diario se saben y se dicen sobre cómo avanza el plan de contención del virus en Cartagena, resulta que la Ministra de Educación  atendiendo a la política del gobierno Bufón, anuncia que para el 1 de Agosto se prevé el regreso a clases presenciales. Que..  Que?

Regresar a clases presenciales porque es el deber. Porque es la política. Porque ya es tiempo..Y cuanta cosa más se les ocurra. Jodanse es el mensaje subyacente.  

Que la ministra ordene eso no es de extrañar, pero si me sorprende que desde  las organizaciones sindicales a las cuales pertenezco, se diga que una de las razones  de las protestas en estos días es EXIGIR CONDICIONES DE BIOSEGURIDAD EN LAS ESCUELAS.

 Un despropósito que demuestra la poca valoración objetiva de la situación en cuanto a infraestructura  vs número de estudiantes en todas las IE que conozco y son bastante.

No es sensato plantear que para volver a clases se debe  garantizar adecuación de planta física, lavamanos, gel antibacterial,  distanciamiento social, capacitación a todo el personal  que labora en una IE. La sola idea es hasta risible  y lo peor es que quienes lo plantean  saben que eso no es posible. No hay  tiempo ni dinero y mucho menos voluntad política  para hacer nuevas escuelas con  aulas estandarizadas, no se puede reducir el número de estudiantes en un aula, no hay espacios amplios para hacer recreación con distanciamiento social( ni siquiera me lo puedo imaginar) La realidad habla por sí sola.

Pero más allá de lo estructural, me pregunto: Y como es con los niños(as), adolescentes y su necesidad de hablar, reír, correr, abrazar, empujar, gritar, osea eso como se va a controlar? Con una charlita en la rutina de todos los días al llegar?  Como se va a contener la naturaleza  del comportamiento social en estas etapas de la vida?  Estoy segura que habrá quien sepa cómo hacerlo. Yo no lo sé. Ni haría nada que limitara a un estudiante por expresarse  de acuerdo con su etapa de la vida.

Otra pregunta: Y como es con mis colegas que tienen comorbilidades  y se van a enfrentar con una realidad concreta: Me puedo contagiar.  Osea van a sacrificar a los maestros(as) porque a este gobierno le pesa tenerlos trabajando el triple desde la casa? 

Y  a más de las comorbilidades  también está el asunto de la ansiedad, angustia, depresión, que son  enfermedades emocionales  comunes en el gremio exacerbado por esa espada que puede caer en cualquier momento por aquello de estar en la ruleta rusa.

Asumo como maestra una posición de solidaridad activa con mis colegas con respecto a  esto y les invito a hacer unidad  con los  padres de familia, para la desobediencia civil frente a una eventual presión estatal  y se vean de regreso  a clases en condiciones desfavorables para los estudiantes y el gremio en general. 

Es bien chimbo decir que se van a garantizar condiciones de bioseguridad cuando la realidad muestra que es IMPOSIBLE. 

Creería más acertado pelear por mantener el año escolar en modalidad virtual  junto con talleres que les permitan a los colegas aprender más sobre  esa oportunidad que la vida pone por delante.

Finalmente  debo decir que todo esto de regresar a clases sin garantías de nada, es bastante maquiavélico y ojala los colegas docentes del 2277 que son pensionados activos hilen delgado sobre lo que hay en el canto de la cabuya. Nada de esto que hoy ocurre es gratuito.

Ahí dejo esto y abro el debate.

 

 

 


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