Competencia política desigual 1


Se calientan las próximas elecciones regionales y locales. El 27 de Octubre tenemos un nuevo escenario para cambiar todas las cosas, sin embargo, históricamente siempre terminan ganando los mismos con las mismas, con contadas excepciones que se convierten en, “una sola golondrina no hace verano”. La competencia comienza, pero realmente es  una competencia política desigual.

Las casas políticas y los financistas tanto de Cartagena como de otras regiones,  tienen el dominio sincrónico de todos los movimientos distritales y/o departamentales. Sus familiares siguen ostentando el poder, o sino a través de testaferros de la política. Son y no son, los que son, son otros, o sea, los mismos. Son disfraces que han presentado y muchos de nosotros nos disfrazamos con estos nuevos candidatos, bailamos con ellos,  pero, al final resultan ser en cuerpo ajeno. Han sido alcalde, gobernador, concejal, diputado y edil con un vestido de cambio y de esperanza para los ciudadanos; en un tiempo prudencial usan otra vestimenta  y muestran sus intenciones.

Ante estas realidades, la renovación política viene por las escaleras y  los cuadros políticos tradicionales suben por el ascensor. La competencia política es desigual. Mientras  amasan fortunas a punta de contratos millonarios, de peculado descarado al erario público, de la rentabilidad de sus empresas como fachadas de corrupción y una alta burocracia, lograr desvanecer estos  paradigmas que engendra la democracia, es casi que imposible.   Ellos lo saben y Juan Pueblo también, por eso Cartagena está sumida en  los niveles más bajo de gobernabilidad en su historia reciente.

Para enfrentar esta distorsión de la democracia participativa, sólo se acabará  cuando  los ciudadanos entiendan sus responsabilidades a la hora de depositar el voto. El poder del voto es tan grande, que algunos políticos, quizás todos, arriesgan fortunas con el fin de alcanzar la complacencia de los electores (compra de votos sin escrúpulos).  Es un negocio, así lo entiende la gente, de acuerdo a lo que inviertan, así también serán las grandes sumas de dinero que sacarán de las arcas distritales y/o departamentales.

Con los movimientos  ciudadanos, se puede alcanzar un cambio real o por lo menos un gobierno diferente.  En la ciudad acabamos de experimentar con los  periodistas deportivos, Campo Elías y Manolo (fenómenos políticos) Ambos fueron elegidos por la voluntad del pueblo, con altísimas votaciones, sin embargo, fue una falacia, un gran entramado de corrupción; han sido las dos últimas estrategias que utilizaron los dirigentes locales y/o nacionales  para seguir usurpando el poder en el Palacio de la Aduana.   

Espere: Competencia Política desigual 2


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