País de bandidos


Hace mucho tiempo mi padre tiene esa frase acuñada: “Este es un país de bandidos”. Ya está que cumple los 93 años y se acuerda perfectamente de mucha historia política colombiana. Y la realidad es esa. Aquí lo que da dinero es la extorsión, la amenaza la zancadilla, la intimidación y hasta la muerte. También arrastra dinero, la mentira, el engaño, la corrupción, el narcotráfico, la politiquería, el soborno, las desapariciones, el nepotismo político, etc., etc., etc.

La educación, la  decencia, la humildad, el respeto y la honestidad no dan dinero, no dan plata. Así me dijo un amigo, jugando ajedrez en una carpa en las playas del laguito: “Garrido la decencia no da plata” Tenía razón. La vulgaridad, la changonguería, el bolo- bolo, la gritería se han apoderado del argot colombiano. Ser vulgar, violento, agresivo, gallito de pelea TIENEN MUCHA CABIDA EN LA SOCIEDAD COLOMBIANA.

Personas con estas características, son veneradas, endiosadas y llevadas a los más altos cargos del país. Un error histórico que lo pagaran futuras generaciones. El mundo tiene muchos ejemplos de dirigentes arrogantes e incendiarios y en Colombia pululan. Hoy la visibilidad la encabeza Donald Trump a nivel global y aquí en nuestro terruño tenemos al expresidente Uribe que se burla de todo  y hasta de los poderes constitucionales. A nivel local, Cartagena, existen unos vampiros, unos Rasputín que se han puesto de ruanas a la ciudad sin importarle su desarrollo.

Aplausos, aplausos, fanaticadas incondicionales  es lo que se escucha para las personas que actúan con altos niveles de violencia, xenofobia y discriminación racial. Dicen una mentira varias veces y la convierten en verdad.  Al cabo de un tiempo, esa misma mentira, la critican y aparecen como pulcros, los adalid de la sociedad. ¿Será que en Colombia hay más malos que buenos? Las  expresiones de agresividad y violencia dichas por los que dirigen al país, son replicadas y multiplicadas por el pueblo.

 ¿Colombia es un país  violento por naturaleza? Esto será una verdad o una maldición que llevamos en nuestras entrañas. Pareciera que muchos actuaran siempre con la maldad  por delante. Polarizando, engañando a un país pacífico que siempre ha creído en sus dirigentes. ¿Usted qué opina amigo lector?


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR