El 30% de la humanidad es tallo, capullo y rosa


El 30% de la humanidad es tallo, capullo y rosa

Por René Arrieta Pérez y José Vicente Arias Rincón

En el artículo anterior, en este blog, dijimos que el 70% de la humanidad es homúncula, lo que constituye una realidad terrible. Por lo que el restante 30% lo conforma una humanidad con un espíritu aún de luz, y las imágenes que estas personas contienen en su interior son las de tallo y capullo, y en consecuencia, la expectativa de Dios es ver imágenes de rosas. La rosa es símbolo de belleza y perfección.

Dado el deterioro de la sociedad, situación que constata el registro de acontecimientos diarios de los noticieros, las personas se entregan a vicios, faltas, maldades, delitos, que los abisman y se convierten en seres de los inframundos, en homúnculos, cuyas imágenes son monstruosas.

El fin de los tiempos es una prueba, un cernidor o criba, en donde todo el que resista la tentación de caer en lo malo evita ser monstruo. Se preserva como ser humano, tal como lo dice Daniel 12, que referencia el tiempo del fin: “Bienaventurado el que espere y llegue a 1335 días” (tiempo que simboliza la cuenta regresiva –cifras que precisamos en nuestro libro Primer sello del apocalipsis--).

Aunque ese 30% aún tiene imagen de tallo y capullo. Muy pocos han eclosionado, y sus almas presentan imágenes de rosas. Por la presión de los acontecimientos y porque  la sociedad se está deteriorando cada vez más, ese porcentaje igualmente se reduce, y en efecto, así seguirá sucediendo. Solamente se preservará un 6.9%. Lo cual indica que la aspiración de quienes quieran ver el reino de Dios y entrar nuevamente al Paraíso está marcada por el sacrificio de mantenerse incontaminado, puro, para entrar en ese estricto porcentaje. Todo debe ganarse con esfuerzo y méritos, nada es gratis. El oro se prueba con fuego.

Tallo, capullo y rosa

Existen tres etapas, en el alma de las personas, en el proceso natural y espiritual en el orden evolutivo de nuestro mundo apocalíptico. La primera, presenta mecanismos de simplicidad en un organismo (el tallo) para llegar a la segunda, compleja, sorprendente y misteriosa (capullo), y finalmente erigirse en (rosa), absoluta belleza y perfección, ante la que todo sentido debe rendirse por tan magna expresión de fragancia, símbolo del éxtasis en la búsqueda misma de Dios.

Las personas que son espirituales representan la realidad del tallo en este proceso de búsqueda y perfección que Dios dictaminó en la evolución de su creación. Las personas que además de espirituales son constantes, entregadas a la fe y con el deseo de escrutar en los misterios de Dios y su creación son capullos. Las que ya tienen todos esos méritos en su trayectoria, y en su vida de logros y realizaciones, que les ha provisto el privilegio del contacto directo con Su Señor o con los seres de su jerarquía divina y angelical, y viven ese embeleso, son rosas. Es decir, despertaron a una sublime realidad, eclosionaron en el mundo espiritual, trascendieron su vida materialista terrena. Todos estos hombres y mujeres están preparados para entrar nuevamente al Paraíso. Las almas que han de habitar nuevamente en el Edén, deben estar representadas y simbolizadas en su esencia espiritual, rigurosamente como lo exige el Padre, como rosas.  

El arca que conduce al Paraíso

El 6.9% de humanidad, que de tallo y capullo haya pasado a rosa, entrará al arca. A las naves de los venusinos, a quienes Dios les ha encargado la misión de rescatar de la fatalidad, de la gran tribulación que vivirá la humanidad en los últimos años de la cuenta regresiva apocalíptica. Ellos son los que serán raptados o arrebatados de la faz de la tierra para ser salvados de la destrucción de la civilización, la que el hombre mismo ha causado. Esta humanidad rescatada será semilla de la próxima raza en el Paraíso, y debe esperar, en Venus, por mil años, la restauración del paraíso en la Tierra para poder habitarlo nuevamente. Como Venus no es habitable en tercera dimensión, toda esta gente debe pasar por un proceso de sublimación de su cuerpo para poder vivir en ese planeta.

El Paraíso

Esta misma tierra, esta bella creación de Dios, es el Paraíso que se nos entregó en el inicio de la aventura humana y la humanidad lo ha destruido. En los próximos años, los 22 años que quedan de la cuenta regresiva para el Juicio, y los últimos 10 años de la gran tribulación, la Tierra presentará una imagen desgarradora, asolada, triste, desértica, muy ocre y gris. Los glaciares, ríos, bosques, selvas habrán desaparecido por la actividad criminal del hombre contra la naturaleza. Sin embargo, después de la hecatombe final, la Tierra se renovará en un período de mil años, y cuando esté convertida nuevamente en paraíso la habitarán los que hayan sido dignos del reino de Dios. Allí el hombre vivirá la eternidad, lleno de amor, paz y felicidad.

Espiritualidad, no  religión

El proceso es sencillo y no requiere de pastores, ni sacerdotes, ni de gurúes espirituales. Como lo hemos dicho en otros artículos: las religiones en principio estaban destinadas a elevar espiritualmente al ser humano y no lo hicieron. Sus ministros y dirigentes se convirtieron en distorsionadores de la verdad y han llevado a la humanidad al abismo. Ahora son estafadores y despojadores de los feligreses, comercian con la fe y subyugan a su grey, y casi el 95% de ellos ya tienen ganado el Infierno.

Sí, aún hay guías espirituales sinceros e incorruptos. Son muy pocos. Solo esperan ponerte en el camino. A ellos no les interesan ni tus bienes ni tu dinero. Y si de tu corazón sale el ayudarlos, porque consideras que necesitan tu ayuda puedes hacerlo.

El templo de Dios en la tierra es el cuerpo mismo del hombre o de la mujer. Por eso hay que mantenerlo puro y no profanarlo, si no alejas a Dios. Busca en ti mismo. Desde tu interior puedes emprender la búsqueda de Dios. No desde templos o iglesias de piedra. Si tu espíritu es digno de Dios, Él estará contigo y te mostrará el camino o a quien te conduzca a Él.

Nosotros, por ejemplo, te estamos mostrando el camino, y tal vez ni nos conoces. Lo hacemos en cumplimiento de nuestra misión, por mandato de Dios, que es revelar el plan del fin. No te pedimos que nos creas. Solo tu frecuencia vibratoria te pondrá en correspondencia. Si es positiva lo hará con la frecuencia de la verdad, si es negativa, con las tinieblas.

En efecto, todo es energía y toda energía tiene su frecuencia. Si eres bueno, noble y puro vibrarás positivamente y tu frecuencia será alta. Si eres malo, envidioso, engañador vibrarás negativamente y tu frecuencia será baja. He ahí la verdad que Dios quiere que sepas.

Nota de advertencia

Todos nuestros artículos en el que Dios Padre envíe mensajes a la humanidad a través de sus dos testigos, tendrán esta advertencia, y el costo personal y familiar puede ser muy alto:

Quien no esté en capacidad de ver en el mundo espiritual y de comprobar o no lo que decimos, mejor que permanezca en silencio, reflexione y le deje todo juicio al tiempo, que no haga ningún comentario en contra, no sea que por hacerle pulso al mensaje de Dios se convierta en blanco de su ira. Toda persona que ataque la palabra de Dios en boca de sus dos ungidos, de los dos testigos del apocalipsis, se vincula a que la severidad de la ley divina lo castigue con tragedia y muerte, y con juicio sumario lo hagan descender a las mazmorras del Infierno. De forma idéntica a como cuando la autoridad policial captura a un delincuente, a un infractor de la ley, que los lectores consideren la debida advertencia, que reza: “Todo lo que usted diga podrá ser usado en su contra”. La ley se cumplirá de forma implacable. Ya llegó el momento, en consideración de la jerarquía celestial, que no se puede dejar pasar ningún tipo de faltas, y mucho menos afrentas e insultos al ejercicio de la autoridad de Dios y de sus plenipotenciarios aquí en la Tierra, en este periodo del fin de los tiempos.

 

Créditos de imágenes:

Capullo: Public Domain Pictures.

Tallo: Dreamstime

Rosa: Amazon.

Montaje de imágenes: José David Arias.


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