Agenda atípica


Como es obvio, todo el mundo ha venido participando en las redes sociales y encuestas frecuentes de los medios, sobre la agenda atípica que tendrá que desarrollar el nuevo alcalde o la nueva alcaldesa. Tendrá que convertir cuatro años en dos y medio. Ese es el gran reto. Si no es capaz de cumplir, su castigo electoral lo espera.

Para iniciar la agenda, es indudable que en dos años se termine la obra de Transcaribe. Nadie aguanta más atropello. Pero además, que se sepan sus costos reales y la responsabilidad civil de sus gerentes en el atraso del megaproyecto, siendo que ya rebasó todos los tiempos. Se ha convertido en un elefante blanco para el país.

En segundo lugar, no se puede seguir aplazando la sentencia judicial del traslado del Mercado de Bazurto. Esta situación, la han convertido en un barril sin fondo de derroche de dinero. Estudio más estudio, por favor no nos crea tan pendejos. La plaza de mercado cumplió su ciclo, y punto. Terminar Transcaribe incide en su rápido traslado.

Otro punto importante de esta agenda atípica, es seguir la lucha contra la pobreza y la inclusión social. No podrá haber ningún crecimiento y desarrollo de la ciudad, si sus niveles de pobreza e indigencia siguen aumentando. El gobierno anterior los llevó a unos indicadores envidiables en el orden regional y nacional, logró graduar a muchas familias que salieron de la pobreza extrema y entraron en la senda de la prosperidad. Esto es muy serio y tiene que ser considerado con la mayor atención del gobernante.

La puesta en marcha del Plan Maestro de Drenajes Pluviales es una prioridad ineludible. También contribuiría a detener la pobreza, ya que todos los años familias enteras lo pierden todo por culpa de la ola invernal. Es una acción de desarrollo humano.
Por supuesto que deben atender las necesidades en salud y educación. Los CAP deben abrirse con todas las de la ley. Cumplir su proyección por lo cual fueron creados. Mejorar la red pública hospitalaria en general. Y también sostener todo el proceso educativo que inició el gobierno anterior. La calidad de la educación será un propósito. Detener la deserción escolar es otro. Crear colegios públicos bilingües. Y terminar o construir los establecimientos educativos necesarios.

Y por último, aun cuando hay mucho más cosas, realizar una investigación sobre la factibilidad económica y social de los peajes en el corredor de acceso rápido a la ciudad. ¿Cuál es su tiempo y vida útil? ¿La concesión recuperó su inversión? ¿Cuántos años faltan todavía para mantener los peajes? ¿Será posible que su desmonte permita la creación de iniciativas empresariales diferentes? El medio ambiente se verá mejorado.

Bueno, y no puede quedar por fuera de la agenda, revisar Acuacar- Primero es el suministro de agua para el consumo humano y después lo demás- Y el servicio de energía eléctrica prestado por Eletricaribe. Hay que meter en cintura a estas dos empresas respecto al servicio que prestan. Nos quedamos sin él sin ninguna explicación aparente.

El Concejo distrital debe coadyuvar para que todo esto se cumpla y no ser inferior a sus responsabilidades como coadministradores de la ciudad. Realizar debates con altura y que construyan ciudadanía, y no, dejar la percepción que su esencia es estar persiguiendo burocracia. El que tenga más OPS es el líder de la manada. Que ver un concejal merodeando el palacio de la aduana, no sea sinónimo de puestos o contratos, sino, buscando información para sus grandes debates.

Amigos lectores, si el próximo alcalde o alcaldesa alcanza estas metas será recordado o recordada para siempre. Y lo que si queda claro es que este 14 de julio próximo tenemos una cita con la historia. Por el bienestar de nuestros hijos e hijas a votar por el programa que garantice su futuro y le devuelva la dinámica económica, social y política a Cartagena.


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