Elecciones atípicas


Por fin salió el decreto presidencial que convoca a elecciones atípicas en Cartagena. La fecha establecida es el próximo 15 de abril de 2018. El nuevo alcalde tendrá 1 año y 8 meses para tratar de recomponer la dirección de este barco a la deriva, que se llama distrito. A la deriva, al vaivén de las olas del mar está desde el gobierno de Judith Pinedo. La sensación que tenemos los ciudadanos es una ingobernabilidad e interinidad constantes, que tiene a la ciudad en unos altibajos peligrosos para su desarrollo como puerto marítimo, industrial y turístico.

Dos elecciones atípicas en los últimos seis años. Van cuatro desde que se inició la elección popular de alcaldes. Desdice mucho de las buenas prácticas administrativas, gerenciales de los gobernantes de turno. -El principio de Peter ha estado presente en estos fugaces gobiernos- El imaginario ciudadano es que el que sube, “va es a robar”. “Todos son iguales”. Y voces lapidarías afirman, “la gente confió en Campo Elías y Manolo y miren con lo que salieron”. “Yo no voto más por nadie”

Los vacíos de poder en lo últimos años, ha traído una voraz rebatiña entre las casas políticas locales, el gobierno central y un camuflado, macabro y tenebroso sector privado. Ha ocurrido de todo. Ejemplos hay muchos. Escándalos de todos los colores y sabores. Y los saqueadores en silencio, aprovechando la confusión, mandando en las sombras, haciendo contratos de todo tipo que les proteja su futuro inversionista del próximo alcalde.

Todo parece una mafia, como dijo en alguna ocasión el periodista Juan Gossaín. En verdad, la forma de operar el gobierno distrital, pareciera que estuviera cooptado por una mafia que lo direcciona a sus antojos. ¿Seguirá todo igual después de la elección atípica? Ustedes qué piensan amigos lectores. Tengo mis dudas que las cosas van a cambiar. En 1 año y 8 meses no es mucho tiempo para lograr nada. El alcalde atípico, en últimas tendrá que continuar con lo que se venía haciendo. Así funciona la administración pública en Colombia. Podrá realizar algunas correcciones. -Ojalá logre nuevamente la confianza y seguridad ciudadanas-

Lo que sí no queremos es que el gobierno entrante, haga lo de Dionisio Vélez, “cuatro años en dos”. Todo queda sin terminar, todo queda empezado y sin presupuesto. Las pruebas están a la vista. -Los CAPS y algunas instituciones educativas- Ahora salta la pregunta, ¿por quién votar? No hay más de dónde escoger. El menos malo no puede ser la etiqueta popular, hay que elegir un alcalde que de verdad muestre compromiso en sacarla del hoyo diabólico donde la han llevado sus dirigentes.


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