Fast track para la corrupción


La mermelada, el clientelismo, el amiguismo, la componenda, la burocracia, la meritocracia, el chanchullo, la maquinaria, el defalco, la coima, el serrucho, la contratitis, el miti- miti, el dulce, la compra de votos, etc., etc., son palabras comunes o sinónimas que tienen el significado de corrupción. Así es y no hay discusión. Y en el caso colombiano, nos hemos acostumbrado a escucharlas todos los días y a todas las horas a través de los medios de comunicación.

Como la costumbre hace la norma. Se volvió norma que todo el que tenga la oportunidad de esquilar al estado lo haga sin sobresaltos, sin escrúpulos y sin sonrojarse, porque esa es la constante, “si no lo haces tú lo hace otro”. Palabras mágicas cautivantes de parte pública o privada que tienen a esta sociedad atrapada, acorralada en su propio laberinto sin ninguna esperanza.

Hay que hacerle fast track a la corrupción. –Estrategia de moda, por aquello de los acuerdos de paz- Si, y cuanto antes tenemos que buscar la forma que no se acabe esta sociedad, esta democracia endeble. Alarmante o sorprendente es todo lo que está ocurriendo en las altas esferas sociales por los casos de corrupción. Desde el presidente para abajo, como algo normal, hasta el guachimán, pasando por todos los cargos habidos y por haber, han sido alcanzados por los tentáculos de la corrupción. -Reficar y Odebrecht encendieron las alarmas-

Fast track para la corrupción es aprobar o legislar rápido sobre normas que construyan “nuevos conocimientos” en la sociedad. Por ejemplo, las cárceles en vez de resocializar se convirtieron en las universidades del delito. El INPEC, cada vez dice “no hay cupo señor juez”, “casa por cárcel” o “libre pero sigue en el proceso…” El hacinamiento es una realidad nacional que desgasta bruscamente el trabajo que realiza la policía y se pierden las investigaciones de la fiscalía. Entonces, ¿qué hay que hacer? Adoptar penas ejemplarizantes.

Como la pena de muerte está prohibida hay que buscar penas alternativas con el mismo propósito. Dependiendo del nivel de corrupción, así será el castigo. No la muerte política, eso no es ningún castigo. No es casa por cárcel, tampoco es castigo. Es castigar al infractor, hasta el tercer grado de consanguinidad y tercero de afinidad para ocupar cargos públicos y de elección popular y confiscarle todos sus bienes. (http://www.netcontrata.es/files/bonificados2011/Parentesco.pdf) Esta sí es una medida que detiene la corrupción al evitar que los conyugues, hermanos, los hijos, los cuñados, y hasta los nietos se reproduzcan y sigan en el poder como pasa en todas las regiones. -20, 30, 40 años los mismos con las mismas mandando en cuerpo ajeno-


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