Alistan tramo de Vía a Barú para empezar pavimento

Germán Fonseca Castaño, director del Departamento de Valorización Distrital, entidad contratante del proyecto vial, cuyo costo global asciende a unos 50 mil millones de pesos, dijo que tras los rellenos, compactación de sub-bases y bases,  el tiraje de placas de concreto empezaría en dos semanas, en la transversal de Barú.
El Universal en un recorrido por las obras, a lo largo de los primeros 20 kilómetros de vía del proyecto, constató los avances de una obra que ha tenido múltiples impedimentos a lo largo de cinco años.
El Consorcio Vial Isla Barú es la firma contratista que adelanta el proyecto de 32 kilómetros de largo, 6 metros de ancho y que contará con 88 estructuras tipo box culvert.
Punto de partida
Puerto Bajaire es el punto por donde se ingresa en automotor a la Isla de Barú. Allí se llega en ferry sobre los que cruzan, desde una orilla del corregimiento de Pasacaballos, automóviles, buses, motocicletas camiones de carga y demás, para acceder a los tres poblados de la Isla de Barú (Ararca, Santa Ana y Barú); así como a los complejos hoteleros, proyectos habitacionales y balnearios de la isla entre ellos Playa Blanca.
Desde ahí empieza la Vía a Barú, pasando, en el primer kilómetro, por la vereda de Ararca,  un pueblo considerado por la ONU como el más pobre de Colombia. Dos kilómetros más adelante, está el corregimiento de Santa Ana al que pertenece el primer pueblo.
“La principal petición que hacemos los moradores de Ararca es que los constructores amplíen el box culvert que hicieron a la entrada del pueblo, porque cuando llueve nos inundamos más”, dijo Moisés Morales, miembro del Consejo de Comunidades Negras de Ararca. El Líder pide que le sean construidas calles internas al poblado. Ararca tiene unas 300 casas y 1300 habitantes afrodescenidentes.
El tramo a pavimentar
Pero los habitantes de Ararca y Santa Ana tendrán que esperar muchos meses para ver el concreto rígido en la vía, porque esté empezará unos 10 kilómetros más adelante en un punto conocido como Punta Iguana. Desde ahí empezarán los trabajos de  pavimentación en concreto, en sentido opuesto hacia donde comienza la vía. Al llegar a este punto se aprecian pilas de tierra dispuestas a lo largo de un lado de la calzada, grandes camiones que van y vienen con el relleno y máquinas trabajando en la compactación de la sub-base que recibirá el cemento.
Playetas, el problema
Pero tras 20 kilómetros recorridos, se llega al sitio en donde finaliza el último tramo de las obras hasta ahora adelantadas: Playetas, una reserva de manglares y playa por donde transitan motocicletas, animales y solo automotores de doble tracción para acceder a Barú, el último poblado de la isla.
“Por ser Playetas una reserva ecológica, no hemos empezado ningún trabajo allí, hasta que el ministerio del Medio Ambiente expida los permisos y licencias respectivas”, explica Germán Fonseca.
El funcionario dijo que se preparan dos propuestas para Playetas. La primera sería construir un tramo de carreteras sobre la línea de manglares de 1.5 kilómetros de largo; y la segunda sería rellenar el área de playa para construir la carretera sobre esa base y trasladar la línea de playa.
Con la superación del impedimento que representa Playetas, seguirían los 10 kilómetros de vía restantes hasta el corregimiento de Barú, que le da nombre a la isla, para completar la totalidad de la extensión de la esperada transversal.
En Santa Ana
En el corregimiento de Santa Ana, pueblo 4.300 habitantes y 800 casas, los habitantes que el proyecto de la transversal de Barú les ayude en la pavimentación de varias vías internas y alcantarillado para el poblado.
También que avancen los procesos de Consultas Previas, requisito interpuesto por una fallo de la Corte Constitucional en septiembre del año pasado, que ordenó parar las obras en la vía, hasta cumplir esta orden, y uno de las principales trabas la continuidad del proyecto este año.