Camina segura y con una sonrisa en su rostro. Parece un imán para atraer gente: todos quieren saludarle. Nelly Isidora Tadeo Rivera Ospino, de 31 años, es su nombre de pila, pero todos la apodan ‘Nitro’, igual que el compuesto mineral que multiplica la fuerza de los motores, porque ella está llena de fortalezas, pasión y empuje.
Esta hija de Calamar, Bolívar, es patrullera de la Policía Nacional desde hace ocho años y con orgullo dice que siempre se ha robado las miradas entre sus compañeros y ciudadanos. “Yo soy quien maneja la moto de patrullaje y eso se ve poco en Cartagena. Mirar a una mujer en semejante moto y llevando a un hombre causa curiosidad, admiración y empoderamiento”, ríe.
Desde niña supo que quería ser patrullera. Recuerda que un 20 de Julio vio un desfile de independencia y le dijo a su madre que iba a luchar para algún día estar allí, llevando con honor los colores de la bandera nacional. “Yo me enfoqué en eso y en 2014 lo logré”. El proceso en la institución ha sido duro pero satisfactorio para ella.
Luchadora
Nelly ha tenido que hacer de todo un poco para ser uniformada. ”Primero fui animadora de fiestas infantiles y el dinero era destinado para ayudar a mis padres y para mi ingreso a la Policía. También fui campeona nacional de atletismo en salto alto, salto con vayas y garrocha”, comenta.
La mujer, quien hace parte del grupo Carabineros de la Metropolitana de Cartagena, ha tenido experiencia en diferentes poblaciones del país, una de esas fue en el Bajo Cauca Antioqueño, donde estuvo al borde de la muerte en 2018. “Miembros de un grupo criminal lanzaron a nuestra estación una granada. Estábamos tres personas, de milagro nos salvamos. Gracias a la comunidad pudimos salir del sitio, nunca olvidaré que un carro recolector de basuras nos escoltó hasta las afueras del pueblo”, recuerda.
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Para Nelly ser mujer no le impide nada. ”Los obstáculos están en nuestra mente, yo me siento capaz de todo. Soy sociable, extrovertida y disciplinada, estoy tan entregada a mi profesión que todavía no tengo hijos ni esposo, aún así me siento íntegra y completa”, anota.
Se ha especializado en el cuidado de caballos y perros guías. Actualmente labora en el corregimiento Bayunca. “Allá vivimos unos 35 compañeros, tres de ellos somos mujeres. Es como estar en el campo, hacemos nuestra comida con leña, cuidamos a los animales y a la población”, explica.
Nelly tiene amplia experiencia en las áreas de talento humano, capacitaciones a jóvenes vulnerables, derechos y deberes de niños, niñas y adolescentes. “Siempre estoy coordinando actividades lúdicas, charlas y demás eventos para nuestros compañeros, sus familias y para las comunidades”, recalca.
Por estos días, la patrullera trabaja en las Faldas de La Popa con niños, jóvenes y mujeres. “Estamos en el sector La Bendición de Dios, allá hay 35 menores que son intervenidos en valores y buenos hábitos. Las mujeres también son capacitadas. Lo que queremos es hacer un mejor mundo para estas personas”, finaliza.
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